La Biblia. Libro del pueblo de Dios (y de Francisco)... con traducciones bíblicas de VD

Es una Biblia clásica, traducida y editado por A. Levoratti con A. Trusso, Buenos Aires (1981), utilizada desde entonces en toda América Latina y ahora actualizada. El mismo Levoratti, con la colaboración de otros biblistas ha preparado esta nueva edición de estudio, editada en Verbo Divino y presentada al Papa, con gran aparato de notas explicativas, de tipo exegético, cultural y teológico, teniendo en cuenta los tres pilares en los que descansa su estudio: Historia, literatura y teología.
Con esta ocasión, presento una semblanza de Armando Levoratti, para detenerme después en otras traducciones y ediciones castellanas de la Biblia, preparadas con todo esmero por Verbo Divino, por sí misma o en colaboración con otras editoriales. Buen día a todos, y felicidades a Verbo Divino por esta edición, y a Elías por su encuentro con el Papa.
LEVORATTI, ARMANDO J. (1933- ).
Biblista y teólogo católico argentino. Estudió en la Universidad Nacional de la Plata, en el Instituto Bíblico de Roma y en el Instituto Oriental de Chicago. Desde 1960 enseña Sagrada Escritura en el Seminario Mayor de La Plata. Ha sido director de la Revista Bíblica Argentina y es miembro de la Pontificia Comisión Bíblica. Integró el equipo coordinador del Comentario Bíblico Internacional, y es miembro honorario de la Sociedades Bíblicas.
Ha publicado diversos libros destinados al conocimiento más extenso de la Escritura, como La Biblia para el ciudadano (Buenos Aires 1983); Lectura política de la Biblia (Buenos Aires 1990); Hermenéutica y Teología (Buenos Aires 1996); El trabajo a la luz de la Biblia (Buenos Aires 1998); Evangelio según san Mateo (Buenos Aires, 2002). Sus aportaciones más significativas en el campo del pensamiento bíblico son dos.
1. Una traducción de la Biblia, titulada El Libro del Pueblo de Dios (Buenos Aires 1981), realizada en colaboración con Alfredo Trusso. Ha sido reeditada varias veces y quiere ofrecer el texto bíblico en el español que se habla actualmente, de un modo especial en Argentina. Su lenguaje es sencillo y claro. Siendo popular, ésta es una Biblia catequética, para emplearse en la instrucción cristiana y en la liturgia. Puede utilizarse en la lectura personal y familiar, en un contexto de cultura básica cristiana. El mismo Levoratti, con otros colaboradores, ha publicado esta nueva nueva versión actualizada de la Biblia para la Editorial Verbo Divino, de Estella.
2. Grandes comentarios bíblicos. Levoratti es editor de los dos comentarios bíblicos más significativos que se están editado en castellano en los últimos años. a. Ha codirigido la edición original y la traducción castellana del Comentario Bíblico Internacional (Estella 1999), dirigido por W. R. Farmer (con la colaboración de Sean McEvenue, David Dungan y William R. Farmer. Ésta es una verdadera enciclopedia de la Biblia, con un estudio sobre sus temas básicos y una presentación y comentario de cada uno de sus libros. b. Levoratti es el director principal del gran Comentario Bíblico Latinoamericano I-III (Estella 2003/2005). Esta obra, escrita con la colaboración de exegetas de todos los países de lengua española quiere ofrecer una visión científica, ecuménica y pastoral del conjunto de la Biblia.
OTRAS TRADUCCIONES DE LA BIBLIA EN VERBO DIVINO
CASA DE LA BIBLIA, LA BIBLIA
(PPC, SÍGUEME, VERBO DIVINO 2006).
Edición completa de La Biblia, preparada por un grupo de expertos de “La Casa de la Biblia”, institución católica española, fundada el año 1964 para el estudio y difusión de la Biblia. Los miembros del grupo, dirigidos en su etapa final por Santiago Guijarro y Miguel Salvador, tenían una larga experiencia académica, pues, siendo profesores de Sagrada Escritura, eran también expertos en trabajo pastoral y catequético, de forma que no sólo conocían el texto en su lengua original, sino que sabían exponer y compartir también su contenido con grupos de creyentes, en la nueva etapa de contacto con la Biblia que se inició tras el Concilio Vaticano II (1962-1965).
Por eso, su traducción, que culminó y fue publicada el año 1992, siendo exacta y rigurosa en un plano científico, resulta accesible y popular, en el mejor sentido del término, pudiendo utilizarse no sólo para el mejor conocimiento personal de la Biblia y para su exposición en grupos de estudio, sino también para el diálogo pastoral y para el trabajo catequético. Ha sido la primera traducción hecha por un grupo de expertos, bien coordinados entre sí, que han sido no sólo profesores (con amplio bagaje intelectual), pero también pastores, dirigentes y animadores de comunidades; una traducción que no evita ni elude el fondo teológico de texto, pero que destaca más su aspecto histórico y literario, respetando siempre el sentido original del texto, presentándolo en un castellano moderno de España.
Ésta traducción ha surgido como resultado del mayor conocimiento y experiencia que habían ido acumulando los grupos de estudio de la Biblia en diversos lugares de la Iglesia Católica española. Por eso se puede afirmar que es la traducción del post-concilio, propia de los nuevos grupos de estudio y actualización bíblica, cosa que aparece clara sobre todo en el Nuevo Testamento. Es una traducción católica, pensada para militantes cristianos, comprometidos en la causa de Jesús, dentro de la tradición católica española. Pero es, al mismo tiempo, una traducción abierta a todos aquellos que quieran conocer la Biblia en el lenguaje de hoy, sean o no católico, creyentes o no creyentes.
Es una traducción ajustada a los originales, redactada con sobriedad y belleza, aunque no haya querido destacar los aspectos literarios; una traducción viva, realizada en el lenguaje cercano y accesible, que se habla en los medios populares cultos (pero no especializados) de lengua castellana. Ha surgido así una Biblia compartida, fruto del diálogo de los especialistas entre sí, y de los especialistas con el pueblo, logrando así que los antiguos textos resuenen y se sientan como nuevos, en un plano histórico y religioso.
Es una traducción para leer en privado, con las introducciones y notas necesarias que sitúan cada libro en su contexto y dentro del conjunto de la Escritura cristiana, en la línea de eso que suele llamarse una “lectura canónica”, es decir, eclesial y católica de la Biblia. Pero es, al mismo tiempo, una traducción pensada par el estudio en común de los textos, en familia, o en un grupo de estudio o catequesis, para profundizar en lo leído y para compartir el resultado de las diversas lecturas, recorriendo juntos los caminos de la Biblia. Para eso sirven las introducciones, escritas con los mejores criterios de la investigación reciente, pero adaptadas a la mentalidad y a las preocupaciones de aquellos que no son especialistas en historia y en literatura antigua.
Es una traducción, finalmente, “religiosa”, es decir, atenta a la voz de la palabra de Dios, tal como se escucha en la vida diaria y no sólo en las ceremonias de la liturgia. Por eso es apta para la escuela y la casa, para las comunidades y grupos de oración. Una Biblia, en fin, para la vida diaria, de manera que cada casa pueda presentarse como Casa de la Biblia.
Muchos hogares católicos de España (y de otros países de lengua castellana) han estado presididos por una imagen del Sagrado Corazón de Jesús o de la Virgen María, de manera que ha podido decirse que han sido y son Casas de Jesús y de María. Sin negar en modo alguno esa costumbre y tradición, podemos afirmar que está Biblia está pensada par que los hogares católicos (cristianos) sean también Casas de la Biblia; para está está pensada y preparada esta traducción, pues, retomando una famosa palabra de Santa Teresa de Jesús, podríamos decir que “también entre los pucheros habla y resuena la Biblia de Dios, es decir, su Palabra”.
CASA DE LA BIBLIA, BIBLIA DE AMÉRICA
(PPC, SÍGUEME, VERBO DIVINO 2004)
Ésta es la misma Biblia anterior, que había sido traducida y preparada en España por el equipo de La Casa de la Biblia (1992). Pero ya en los años de su gestación (1982) se constituyó un grupo especial de expertos, de diversos lugares países de lengua española de América Latina, para adaptarla, en sus textos y notas, al carácter especial de la cultura y problemas de América Latina.
La Biblia que así ha resultado es sensiblemente igual que la anterior, incluso en paginación, tipografía, notas y mapas, pues ambas, la edición española y la latinoamericana, se han influido y fecundado mutuamente, produciendo un texto común, que puede utilizarse, sin dificultades ni diferencias, a uno y otro lado del Atlántico, con las ventajas que ofrece la unificación lingüística de base.
Algunos lectores pueden preguntarse a qué se debe el cambio de título, porque en ambos casos aparece como autor o responsable el equipo de La Casa de la Biblia, con los mismos directores (Santiago Guijarro y Miguel Salvador), pero en el primero el texto se titula simplemente La Biblia, y su edición está aprobada por la Conferencia Episcopal Española, y en el segundo se titula Biblia de América, y su edición está aprobada por las Conferencias Episcopales de México, Colombia y Chile.
Pues bien, ese cambio se debe, sin duda, al hecho de que la nueva Biblia de América no es simplemente una reedición americana del texto español, sino una revisión y adaptación de su contenido, manteniendo las características del texto español, ya señaladas en la recensión anterior, pero actualizadas para el contexto latinoamericano.
Se trata, como he dicho al hablar de la edición española, de una Biblia para el pueblo, pero no está pensada para una lectura directa del pueblo (como sucede en La Biblia Latinoamericana, de la que luego hablaremos), sino que exige cierto conocimiento añadido, propio de teólogos, sacerdotes y catequistas especializados, que conocen de algún modo la historia de fondo y la cultura de los pueblos del entorno de la Biblia, y especialmente del pueblo de Israel y de la Iglesia primitiva. Por eso, las introducciones a cada uno de los libros suponen un conocimiento esencial de los temas de la Biblia, lo mismo que las notas a pie de página, que están pensadas para resolver problemas exegéticos, más que para responder a las preguntas normales y más repetidas de la gente de la calle.
Por eso, esta Biblia para América implica un mayor conocimiento que La Biblia Latinoamericana de la que hablaremos luego. No es que sea mejor ni peor, pues las dos son muy buenas, cada una en su campo, pero es diferente, y así debe indicarse. La Biblia Latinoamericana se halla más inserta en la cultura de los pueblos latinoamericanos, respondiendo a sus problemas directos, en línea de iluminación y transformación social; por eso exige menos estudio teórico y más compromiso práctico. Por el contrario, esta Biblia de América, que ha sido producida básicamente en España, empieza respondiendo a los problemas de la misma Biblia, más que a los del pueblo; por eso implica un mayor conocimiento teórico de los problemas de la misma Biblia, un mayor estudio académico.
Así puede afirmarse que en La Biblia Latinoamericana lo primero es el pueblo, con sus necesidades y problemas, de manera que la Biblia viene después, como iluminación y solución de esos problemas. Por el contrario, en esta La Biblia de América lo que más importa es la misma Biblia, las etapas de su composición, los temas y problemas de su estructura; ciertamente, ellas responde a los problemas del pueblo, pero lo hace en un segundo momento, y de un modo especial, poniendo de relieve la tradición exegética de la Iglesia.
Ambas aproximaciones resultan válidas y pueden (deben) completarse. Quizá podamos afirmar que en los ambientes populares tendrá prioridad La Biblia latinoamericana, pues ella nos empieza colocando ante la realidad concreta de las poblaciones americanas. Pero es bueno que después, en un determinado momento, es bueno que los mismos cristianos del pueblo de América Latina, sin olvidar ni marginar sus problemas, puedan acceder también al mismo texto de la Escritura (tal como aparece en esta Biblia de América), pues el mejor conocimiento de la Palabra de Dios les permitirá descubrir problemas y riquezas que antes quizá no habían advertido.
Sólo nos quede añadir que esta Biblia de América ofrece al final un riquísimo Vocabulario Bíblico (págs. 1931-1970), con aclaraciones literarias, teológicas y sociales que permiten conocer mejor los temas principales de la historia y contenido de la Escritura del Pueblo de Dios.
LA BIBLIA CATÓLICA PARA JÓVENES
(INSTITUTO FE Y VIDA, CASA DE LA BIBLIA, VERBO DIVINO, 2005)
Ésta es quizá la más bella, la más útil, la más pedagógica de todas las biblias católicas de estudio que hoy existen en lengua castellana. La traducción de los textos bíblicos, con el material de algunas notas exegéticas y el vocabulario final, está tomado de la Biblia de la Casa de la Biblia (Biblia de América), cuyo sentido y contenido acabo de evocar. Sobre esa base el Instituto Fe y Vida (Stockton CA, Estados Unidos de América) y la Editorial Verbo Divino (Estella, España) han elaborado esta Biblia Católica para Jóvenes, que es la obra más significativa de este tipo que hoy existe, tanto por su belleza y cuidado tipográfico como por la cantidad de material catequético y didáctico que incluye.
Es la Biblia ideal para la catequesis de confirmación, y así debían repartirse ejemplares de ella en todos los países de lengua castellana. Ciertamente, puede ser una Biblia para la Casa (como he dicho al presentar la Biblia de la Casa de la Biblia), pero quiere ser, ante todo, una Biblia Personal, para estudio y oración de los cristianos, a partir de su confirmación.
Para eso ayudan ya las primeras páginas, con dedicatoria y firma personal, los amplios espacios dedicados a la reflexión y al estudio privado, con los índices temáticos donde se ponen de relieve los diversos niveles y temas de estudio, con las aplicaciones litúrgicas y la profundización orante. No es simplemente una Biblia, sino un programa de estudio y conocimiento personal de la Biblia, de manera que al fin aparecen, con los índices bellísimos de su contenido, las páginas abiertas anotaciones personales, con planes de estudio.
Es una Biblia que no se puede (¡no se debe!) prestar, pues está pensada para que en ella se inscriba y se grabe la vida personal de cada uno de sus lectores, como en la corteza de un árbol añoso de familia donde van escribiéndose los hitos y recuerdos principales de la propia historia. Como digo, no es una Biblia para prestar, sino para regalar a los que empiezan a recorrer su historia cristiana, desde la juventud (catequesis de confirmación, adolescencia) a lo largo de toda la vida. Es la primera vez que en los países de lengua española tenemos algo semejante. Por eso, desde ahora, el signo de identidad personal de nuestros cristianos, desde su juventud, puede ser y será la Biblia Personal de estudio, meditación y compromiso, para hacer con ella la trayectoria de la vida.
Es una Biblia pensada, en principio, para jóvenes cristianos de lengua española de USA, pero también de América Latina y de la misma España, pues estamos entrando en una era de cultura universal. Su texto base es como he dicho en la Biblia de América (Casa de la Biblia), pero esta edición especial (de estudio y reflexión, para jóvenes) ha sido preparada por el Instituto Fe y Vida, de California (USA), y así su diseño y algunos comentarios están tomados de la Catholic Youth Bible (Biblia Católica de la Juventud), de Sait Mary’s Press (Winona, Minnesotta USA 2000).
Ésta es una Biblia que se sitúa en la línea algunos intentos famosos de adaptación y estudio de la Escritura Cristiana, en línea personal y en grupos, como la Serendipity Bible for Goups (New International Bible, Zondervan, Colorado USA 1988), con sus temas de profundización y sus esquemas de estudio y discusión comunitaria. Pero ofrece materiales y utiliza métodos de reflexión, conocimiento y compromiso que están tomados también de la tradición del cristianismo hispano (especialmente de América Latina), aunque ellos nunca se habían empleado de esta forma, de un modo riguroso, entre nosotros (en lengua española) para el estudio de la Biblia.
Para realizar este proyecto se creó una comisión de expertos de diversos países de USA y América Latina que, tomando como base la Biblia de América, han compuesto diseñado esta Biblia Católica para Jóvenes, que ha sido aprobaba por varios obispos de Estados Unidos (USA) y de América Latina (especialmente de Chile), pues ella responde a las directrices del episcopado del CELAM, en las asambleas de Puebla y de Santo Domingo, centradas en el tema de la Nueva Evangelización. Dos son las finalidades básicas de esta edición: (a) Estudio y comprensión del texto. (b) Vivencia y oración cristiana.
(a) Ésta es, ante todo, una Biblia para el estudio y comprensión de la Escritura. Por eso, en las introducciones y recuadros se ponen de relieve los temas vinculados al conocimiento, en línea histórica y literaria. En esa línea, los responsables de esta edición han hecho un gran esfuerzo por seleccionar las preguntas y temas de estudio, que aparecen sobre fondo azul en las márgenes del texto (¿sabías que…?), con paralelos culturales de otros tiempos y circunstancias. En ese mismo contexto se sitúan los temas de reflexión, con recuadros, resúmenes y síntesis que ayudan a situar, comprender y desarrollar el texto.
(b) Ésta es, en segundo lugar, una Biblia para orar y celebrar, tanto en línea personal (de meditación y vivencia de la Palabra) como social (litúrgica, sacramental). La Biblia no es simplemente un libro de cultura (¿sabías que…? ¡piensa!), sino también, y sobre todo, un testimonio y manual de vivencia orante, en un plano de interioridad personal y de comunicación social, sobre todo en un ámbito de catequesis y de liturgia de la Iglesia. En esa última línea son fundamentales los recuadros en los que se invita a “vivir la Palabra”, es decir, a personalizarla, convirtiéndola en experiencia de plegaria.
Ésta es, por tanto, una Biblia para que los jóvenes aprendan (en línea de conocimiento) y, sobre todo, para que experimenten y vivan la riqueza del texto sagrado, con la tradición de la iglesia católica. Por eso (de una forma que es lógica en un contexto interconfesional como el de USA) aparecen con frecuencia unos recuadros que ponen de relieve la interpretación católica del, para distinguirla de la protestante (sin condenar, en modo alguno, la lectura protestante). En esa misma línea, ella pone de relieve los elementos fundamentales de la identidad católica en un mundo multi-cultural y multi-religioso.
Un lector acostumbrado a la Biblia Latinoamericana puede echar quizá en falta la ausencia de fuertes criterios sociales, en línea de encarnación social y compromiso por los pobres, en clave de justicia. Pero esos temas se encuentran también en el fondo de esta Biblia, aunque están quizá algo matizados desde una perspectiva más cercana a la que tiene la juventud en USA, con los problemas vinculados a la droga, a la falta de sentido de la vida y a la fuerte ruptura personal y social en la que vive una parte considerable de su población.
Es evidente que esta Biblia no responde a todas las preguntas, ni resuelve todos los problemas, pero es, en una línea, el mejor instrumento que tenemos, en lengua castellana, para la formación bíblica de un tipo de juventud inmersa en un mundo plural como el que está surgiendo ya en otros países América Latina, tanto en México como en las naciones del cono sur (y en España), con un nivel medio creciente de cultura, y con necesidad de “catequesis”, es decir, de lectura acompañada comprensiva y comprometida de la Biblia.
Sorprende la riqueza de sus introducciones, la amplitud de las cuestiones que plantea y, al final, tras el vocabulario bíblico (tomado de la Biblia de América), resulta extraordinario el valor pedagógico de los diversos índices, que recogen la aportación de las introducciones y recuadros del texto: Hechos y enseñanzas de la Biblia; comentarios para la vida; oraciones bíblicas, personajes, símbolos, mapas, temas sacramentales, con lugares en los se evoca y estudia la perspectiva católica.
Ciertos lectores dirán que aquí falta un compromiso de acción más expreso (siguiendo en la línea del ver-juzgar-actuar de las comunidades más comprometidas con la vida); otros podrán añadir que quizá no se respeta el equilibrio de la lectio divina (donde es fundamental el conocer, profundizar y orar, pero también el comprometerse par la vida concreta, en plano social); pero, en conjunto, aunque quizá menos destacados, esos elementos aparecen también en esta Biblia para Jóvenes, que es la mejor que conocemos en lengua castellana (quizá la única que existe).
En esa línea, como reflexión final, podemos decir que este libro ofrece una de las mejores aportaciones actuales al estudio de la Biblia, en lengua castellana. No es simplemente una Biblia Para Jóvenes (hispanos o latinoamericanos), sino una Biblia Guiada (o, quizá mejor, una guía de estudio y compromiso bíblico), para todos aquellos que quieran estudiarla, conocerla y vivirla. Con pequeños retoques, esta misma edición serviría para lectores, especialmente jóvenes, de España.
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BIBLIA LATINOAMERICANA
(SAN PABLO, VERBO DIVINO, 2010).
Ésta es una Biblia que se ha vuelto ya mítica, la más difundida y famosa de todas las que se han hecho en lengua española (y quizá en todos los idiomas modernos del mundo, en el pasado siglo XX). La cosa empezó de un modo sencillo, como suelen empezar todas las grandes empresas, como idea del P. Bernardo Hurault, un joven sacerdote francés (1924-2004), que llegó a una zona deprimida de Chile (1963) y descubrió que no había traducciones de la Biblia para el pueblo, pues el lenguaje que empleaban las que había resultaba extraño en aquel contexto.
En aquel momento (antes de las grandes traducciones posteriores que se han hecho también en España), las biblias que había resultaban anticuadas, empleaban un lenguaje teológico/sacral, poco inteligible, hallándose muy lejos de las preguntas y necesidades concretas de la gente. Por eso tomó, el P. Hurault tomó la decisión de traducir y adaptar la Biblia al lenguaje del pueblo, para que todos pudieran entenderla, y así lo hizo con la ayuda de otro sacerdote chileno, llamado Ramón Ricciardi, publicando la primera Biblia Latinoamericana (1ª edición 1970; edición definitiva 1972).
El éxito fue fulgurante. Nunca, ningún libro castellano había alcanzado tanta difusión, ni se había vuelto tan popular. Nunca, ningún libro realizó un servicio mayor a la cultura y a la vida de la gente del pueblo, y así se multiplicaron las ediciones con miles y millones de ejemplares, tanto en Chile como en Argentina, para todos los países de habla castellana de América Latina. Ésta ha sido y sigue siendo la Biblia preferida de los movimientos pastorales de renovación de América Latina, una Biblia que el pueblo ha entendido y querido como propia.
Así la he visto, año tras año, en los lugares más distintos y extraños de América Latina, allí donde nadie había tenido antes un libro, en sacristías, capillas, casas particulares y salones de catequesis. Ha sido una Biblia para aprender a leer y pensar, decidiendo juntos, la Biblia de gentes que apenas sabían leer, pero que sabían que éste era si Libro de Dios, para recorrer el camino de la libertad cristiana, con introducciones y notas para entender el mensaje (y no para confundirlo y explicarlo con tecnicismos).
Una Biblia que apareció muchas veces con imágenes y fotos antiguas y modernas, como le gusta al pueblo, fotos de lugares de Palestina y de personas de la actualidad, que habían entendido el mensaje y lo habían aplicado al pueblo (Luther King, Helder Cámara, Oscar Romero…). Quiso ser de esa manera el libro para todos, la Biblia de la gran renovación de la Iglesia Católica Latinoamericana.
Fue un texto que encontró también dificultades, tanto por parte de políticos intransigentes (dictadores empeñados en impedir que el pueblo piense), como por parte de algunos círculos de Iglesia, más puristas, que tenían miedo de que el pueblo pudiera pensar por sí mismo, entender a Jesús, leyendo y aplicando su Biblia, para construir así la Iglesia. Tuvo pues dificultades, pero la Iglesia Latinoamericana en su conjunto defendió siempre esta Biblia, a pesar de que los especialistas le pusieran (pusiéramos) algunos reparos de detalle, diciendo que a veces el texto se volvía demasiado coloquial, e incluso acomodaticio, tendiendo a explicar y aplicar algunas cosas con demasiada facilidad.
Pero reparos como esos (de un tipo o de otro, de una parte o de otra), se pueden poner a todas las traducciones de la Biblia, incluso a las más tradicionales, aquellas que han sido oficiales en la Iglesia Católica, como la versión la griega de los LXX (Setenta) y la latina de San Jerónimo (Vulgata). Ésta no ha querido ser una Biblia “oficial” de ninguna Iglesia, pero ha sido de hecho la Biblia más querida de millones de cristianos, que la siguen tomando, leyendo y comentando como suya.
Por eso, esta Biblia, con su letra grande y más pequeña (según la importancia de los textos del Antiguo Testamento), con sus pasajes en letra redonda y cursiva (para distinguir motivos especiales), con sus introducciones y notas para entender y aplicar el texto a nuestras circunstancias, ha logrado imponerse y se sigue utilizando en todos los países de lengua castellana, de manera que se han hecho incluso ediciones adaptadas a otros idiomas (empezando por el inglés de Estados Unidos).
Teniendo en cuenta algunos reparos, que parecían justificados (¡como pasa en todas las traducciones vivas, que se van revisando sin cesar, en contra de las traducciones muertas, de museo, para filólogos y coleccionistas), el año 1995, los autores revisaron y actualizaron ciertos giros de la traducción precedente, con el deseo de ponerla aún mejor al servicio de las comunidades cristianas, especialmente católicas, de Latinoamérica. En esa línea, ésta sigue siendo una Biblia popular, es decir, para la gente del pueblo, más que para teólogos y especialistas (que podrán utilizar además otras traducciones, o acudir a los textos originales, en hebreo o griego). Ésta es una Biblia actualizadora, es decir, hermenéutica: es fiel a los textos antiguos, pero, al mismo tiempo, los interpreta y aplica desde la situación actual, a fin de que los mismos lectores cristianos posean así una herramienta para entender su fe y para comprometerse al servicio del evangelio y del pueblo.
La edición actual ha sido revisada de nuevo el año 2005, con diagramación e ilustración de Hernán Rodas, cuidando más el texto, que es lo importante, con las 259 enseñanzas previas, las notas aclaratorias a pie de página, las notas al fin de cada libro, y el índice final de personas, palabras e instituciones. Por otro ello, puedo afirmar que ésta Biblia es un lujo de libro “de lujo”, si así puede decirse (a pesar de su precio que es muy accesible), quizá el libro más importante que se ha publicado en los últimos siglos en América Latina (y en todos los países de lengua española) para servicio de la cultura y del despliegue de la religión cristiana.
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BIBLIA CATÓLICA DE LA FAMILIA
(Center for Ministry Development y Editorial Verbo Divino 2013)
‒ Center for Ministry Development. Fundado en 1978, tiene como misión habilitar a las comunidades de fe católicas y a sus líderes para que puedan realizar una pastoral efectiva con adolescentes, jóvenes y familias, por medio de una formación pastoral para líderes articulada en programas, talleres, recursos y publicaciones.
‒ Editorial Verbo Divino. A partir de la publicación de su primera obra, Los Santos Evangelios, en 1959, Editorial Verbo Divino ha centrado su actividad en la difusión de la Palabra de Dios. A lo largo de los años, esa vocación inicial se ha reforzado hasta convertirse en una de las casas editoras con mayor proyección en producción y difusión bíblica en el ámbito hispanohablante, y especialmente en los países de América. aña www.verbodivino.es
Finalidad.
Es una Biblia concebida por el Center for Ministry Development y Editorial Verbo Divino para iluminar el poder de la Palabra de Dios en la Escritura, facilitar su comprensión y ayudar a las familias católicas a crecer en la fe. La Biblia Católica de la Familia es una Biblia concebida y realizada especialmente para:
• Las familias católicas de habla hispana de los Estados Unidos de América y el conjunto de los países de América Latina.
• Las familias católicas latinas de los Estados Unidos que son bilingües español/inglés.
• Las parroquias católicas que trabajan con las familias de habla hispana.
• Utilización del texto bíblico de La Biblia. El libro delPueblo de Dios, traducción de reconocido prestigio, avalada por su uso como texto litúrgico.
• Introducciones a cada libro de la Biblia para facilitar su comprensión global e invitar a su lectura.
• Complementación del texto bíblico con más de 600 artículos realizados por un equipo de pastoralistas hispanos y estudiosos de las Escrituras, laicos y religiosos.
• Visión y concepción propia de la mentalidad y espiritualidad latinas en las presentaciones, textos complementarios, notas de estudio e ilustraciones.
• Con bellas ilustraciones que ayudan a la reflexión y facilitan la interiorización de los pasajes más representativos.
• Edición a dos colores, con alta legibilidad, especialmente concebida para resultar atractiva a todos los miembros de la familia.
• Contiene prácticos preliminares y apéndices con una guíapara leer la Biblia como familia, índices temáticos, planes de lectura, lecturas del Leccionario, oraciones católicas tradicionales, grandes relatos de la Biblia, mapas, etc.
Elementos de la Biblia Católica de la Familia
La Biblia Católica de la Familia fue diseñada para que las familias puedan leer, entender y aplicar las Escrituras a sus vidas diarias y para que sus miembros puedan crecer juntos en la fe. Todos los elementos de esta Biblia están dirigidos a ayudarles a escuchar y comprender el ardiente deseo de Dios de que ustedes estén en relación con Él, así como de poner en práctica lo que aprenden en las Escrituras en sus relaciones con su familia, amigos, vecinos, comunidad y miembros de la Iglesia.
Cada sección y libro de la biblia empieza con una introducción que pone de relieve las historias más importantes o las personas, y ofrece lecciones para nuestro presente. que incluye las siguientes partes:
Datos generales. Ofrece datos interesantes sobre los autores, las fechas en que se escribieron los libros, la audiencia para quien se escribió y los estilos literarios.
Visión de conjunto. Expande el texto introductorio, proporcionando el contexto cultural e histórico y acompañándolos a través de los temas más importantes.
Esquema. Divide el contenido de la sección o libro por libros o capítulos, identificando los temas más importantes, los acontecimientos y los personajes. Introducciones a las secciones y a los libros.
Artículos de texto. Breves artículos que se van intercalando en cada libro para ayudar a la reflexión y el compartir de la familia y para enfatizar los pasajes clave de la Biblia
Niveles de lectura:
Conoce a... Introduce a los personajes importantes de la Biblia y las lecciones que podemos aprender de ellos
Comprende la Palabra. Ofrece datos importantes sobre la Biblia y la fe católica, trata de asuntos difíciles en la Biblia y muestra cómo la Biblia es significativa para la vida familiar católica hoy día.
Siente la Palabra. Invita a la familia a reflexionar sobre el pasaje de la Biblia, a descubrir el mensaje de Dios para su vida hoy y a tomarlo muy en serio.
Actúa según la Palabra. Anima a la familia a involucrarse en alguna acción inspirada por el pasaje bíblico, tal como obras de misericordia o justicia.
Ora con la Palabra. Proporciona oraciones y rituales sencillos para su familia con el fin de ayudarlos a guiar su oración con la Escritura
LA BIBLIA
TRADUCCIÓN INTERCONFESIONAL (BTI).
(BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS, EDITORIAL VERBO DIVINO,
SOCIEDAD BÍBLICAS UNIDAS, MADRID 2008)
El año 1972, la Conferencia Episcopal Española y las Sociedades Bíblicas Unidas, con la colaboración técnica de La Casa de la Biblia, se comprometieron a elaborar una traducción interconfesional de la Biblia, tomando como modelo la excelente traducción francesa: Traduction Oecuménique de la Biblia (1975 y 1977). La primera parte de la obra apareció pronto con el título Biblia interconfesional. Nuevo Testamento (BAC, Casa de la Biblia y Sociedades Bíblicas Unidas, Madrid 1978). La obra total, donde se incluye el Antiguo Testamento, ha tardado muchos años, para publicarse, al fin, la Biblia entera el año 2008.
Se trata de un proyecto español, no de los países de lengua castellana, y aparece avalado, por parte católica por Mons. Adolfo González Montes, de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, y por parte protestante por Samuel Escobar, presidente honorario de las Sociedades Bíblicas Unidas. Como promotores y responsables técnicos aparecen, de parte católica y protestante, Miguel Salvador, Ricardo Moralejo e Ignacio Mendoza, aunque los colaboradores han sido muchos, y no sólo los reseñados en la página correspondiente de la Introducción.
La publicación de esta Biblia (aunque por ahora sólo es propia de España y no de otros países de lengua castellana) constituye un acontecimiento de primera magnitud en la historia cultural y religiosa de nuestras comunidades. Desde la traducción protestante de Casiodoro de la Reina: Biblia del Oso (Basilea 1569), reelaborada y reeditada por Cipriano de Valera (Biblia de Reina-Valera, Ámsterdam 1602), católicos y protestantes hispanos habían (habíamos) estado divididos por la Biblia. Ahora, por vez primera, tenemos una Biblia común (aceptada por todos), y además podemos emplear unos las Biblias de los otros, sin dificultades ni condenas, sabiendo que son valiosas, aunque tengan matices distintos.
Por otra parte, esta nueva Biblia común (Interconfesional) tiene muchos valores, empezando por las introducciones que son, en general, pertinentes y sobrias, tanto en el aspecto histórico-exegético (aceptando las hipótesis y perspectivas más extendidas en estos momentos) como en el aspecto doctrinal, donde se han puesto de relieve los presupuestos comunes, sin ocultar las diferencias.
El orden y división de los libros del Antiguo Testamento recoge el de la Biblia Hebrea, pero se añaden, entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, como un cuerpo especial, los deutorocanónicos, no sólo aquellos que se han concebido en forma independiente (Jud, Tob, 1-2 Mc, Sab, Eclo, Bar y Carta Jer), sino los capítulos que han sido a libros ya existentes del canon hebreo (en especial a Est y a Dan).
Se trata de una traducción sobria y precisa, donde el afán por la exactitud ha primado sobre el principio de “equivalencia dinámica y formal”, que los promotores del primer proyecto del año 1972 habían (habíamos) propuesto, siguiendo las indicaciones de Eugene A. Nida (The Theory and Practice of Translation, Brill, Leiden 1969). Esos principios, que siguen siendo muy valiosos, podían aplicarse mejor cuando el grupo de traductores resulta homogéneo y tiene los mismos intereses. Pero, en el caso de esta Biblia, dada la diferencia de origen y tendencia de los traductores, ha resultado algo difícil conseguir esa “equivalencia dinámica”, de forma que el texto resulta más exacto que bello, con una equivalencia más literal que dinámica.
A pesar de ello, y sacrificando a veces la belleza de los originales, los traductores han logrado un texto de gran exactitud, en buen castellano, en lenguaje comprensible, que tanto católicos como protestantes pueden (podemos) aceptar agradecidos. El valor de la traducción resulta especialmente claro en aquellos pasajes donde tradicionalmente han podido existir divergencia entre católicos y protestantes, como son los referentes a la eucaristía o a la justificación por la fe. La solución que los traductores han logrado en esos casos resulta positiva y de valor notable.
Por todo eso, y por el valor del texto en sí, queremos afirmar que nos hallamos ante un acontecimiento religioso, social y cultural de inmensa importancia. Nunca antes nos habíamos puesto de acuerdo católicos y protestantes, nunca habíamos podido “comulgar” sobre una Biblia, ahora podemos y queremos hacerlo.
Sólo nos queda desear que esta Biblia no quede reducida a ser el signo de un compromiso de acuerdo puntual, de manera que católicos y protestantes sigan (sigamos) empleando cada uno nuestras biblias particulares (y pensando por separado), como si nada hubiera sucedido. Es preciso nos acostumbremos a emplear unos y otros esta misma Biblia, y que esto sea el punto de partida de un encuentro más hondo entre las iglesias.
Para ello será bueno que, en lo posible, en nuevas ediciones se ofrezca un texto que sea tipográficamente más hermoso (más digno), con márgenes más amplios para el estudio personal, e incluso con más mapas e ilustraciones de la historia bíblica. No estaría mal que se añadieran referencias a los intérpretes más conocidos de la Biblia, sobre todo en lengua castellano, tanto protestantes como católicos (empezando, como es de rigor, por C. de la Reina y C. Valera, hasta llegar a los grandes traductores del siglo XX, como podría ser L. Alonso Schökel).
Es necesario que esta Biblia sea Biblia de estudio y manejo diario, y no sólo una simple referencia muda de un acuerdo logrado entre iglesias. Es necesario que ella funcione en sí misma y se extienda, por el valor que ella tiene, por su lenguaje preciso y cercano y por la forma en que plantea y resuelve temas que han sido discutidos a lo largo de los siglos y que ahora forman parte del patrimonio común de todos los cristianos.
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