Cristo 6. Cinco cuestiones disputadas sobre la Historia de Jesús

Ayer presenté seis cuestiones disputadas sobre la historia/vida de Jesús. Hoy utilizo la historia en un sentido más extenso. Los alemanes distinguen entre Historie (hechos datables en espacio y tiempo; en castellano historia con minúscula ) y Geschichte (interpretación y sentido real de esos hechos; en castellano Historia con mayúscula). Gran parte de lo que decimos aquí pertenece más al plano de la Geshichte que de la Historie… Es decir, pertenece a la Historia con Mayúscula. En ese plano se sitúan gran parte de los temas que siguen (continúo la numeración de ayer).


7. Tumba vacía y Resurrección.

Las opiniones de los investigadores siguen estando divididas. Muchos piensan que Jesús fue enterrado en una fosa común, de manera que no pudo encontrarse su cadáver. Otros siguen admitiendo un “entierro honorable”, por un judío distinguido (José de Arimatea y/o Nicodemo), defendiendo la historia de la tumba vacía. En general, la exégesis histórica desvincula la fe pascual del hecho físico de la desaparición del cadáver de Jesús.
Entre la bibliografía reciente, cf. F. G., Brambilla, El crucificado resucitado: resurrección de Jesús y fe de los discípulos, Sígueme, Salamanca 2003; J. D. Crossan, Los orígenes del cristianismo, Sal Terrae, Santander 2002; M. Deneken, M., La Foi pascale. Rendre compte de la Résurrection de Jésus aujourd’hui, Cerf, Paris 1997; Th. Lorenzen, Resurrección y discipulado. Modelos interpretativos, reflexiones bíblicas y consecuencias teológicas, Sal Terrae, Santander 1999; G. Lüdemann y A. Özen, Resurrección. Historia, experiencia, teología, Trotta, Madrid 2001, U. Müller, El origen de la fe en la resurrección de Jesús: aspectos y condiciones históricas, Verbo Divino, Estella 2003; G. Theissen, Teoría de la religión cristiana primitiva, Sígueme, Salamanca 2002; A. Torres Queiruga, Repensar la resurrección. La diferencia cristiana en la continuidad de las religiones y de la cultura, Trotta, Madrid 2003.


8. Apócrifos y canónicos. Fuentes de la historia de Jesús.

La discusión se centra en el estudio del valor histórico de Marcos (centrado en la muerte de Jesús) y en la aportación del Q (que sería testigo de una comunidad donde la muerte de Jesús tenía menos importancia). Sigue la disputa sobre el valor histórico de los apócrifos, especialmente el de Tomás y el de Pedro. Para una discusión de fondo, cf. J. P. Meier, Un judío marginal I, Verbo Divino, Estella 2004 (es crítico respecto a la aportación histórica de los apócrifos) y H. Koester, Ancient Christian Gospels. Their History and Development, SCM, London 1990 que concede más importancia a los apócrifos (en esa línea se sitúa J. D. Crossan).
Entre la bibliografía reciente, cf: W. E. Arnal, Jesus and the Village Scribe: Galilean Conflict and the Setting of Q., Fortress Press, Minneapolis 2001; R. W. Funk (Jesus Seminar), The Acts of Jesus. The Search for the Authentic Deeds of Jesus, Harper, San Francisco 1999; The Gospel of Jesus according to the Jesus Seminar, Polebridge Press, Santa Rosa 2000; S. Guijarro, Dichos primitivos de Jesús. Una introducción al “Proto-Evangelio de dichos Q”, Sígueme, Salamanca 2004; H. J. Klauck, Los evangelios apócrifos. Una introducción, Sal Terrae, Santander 2006; J. Robinson, Klopenborg, J. S. y P. Hoffmann, El Documento Q. Edición Bilingüe, con paralelos del evangelio de Marcos y del evangelio de Tomás, Sígueme, Salamanca 2002; A. Piñero (ed.), Bibliotreca de Nag Hammadi. Evangelios, Hechos, Cartas, Trotta, Madrid 1999; Guia para entender el NT, Trotta, Madrid 2006; G. Theissen, Colorido local y contexto histórico en los evangelios. Una contribución a la historia de la tradición sinóptica, Sígueme Salamanca, 1997; La redacción de los evangelios y la política eclesial, Ágora 11, Verbo Divino 2003; R. Trevijano, Estudios sobre el Evangelio de Tomás, Ciudad Nueva, Madrid 1997.

9. Exégesis canónica y teología bíblica.
La obra de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), Jesús de Nazaret. Primera Parte: Desde el Bautismo a la Transfiguración, Esfera de los Libros, Madrid 2007, ha sido un acontecimiento mediático importante. Es una obra representativa de una generación de teólogos que, tras el Vaticano II, y cerrada una línea de diálogo con la modernidad, reafirman la doctrina tradicional dogmática, identificando el Jesús histórico con un tipo de Cristo de la fe, elaborado por la liturgia y piedad confesional, a partir de los evangelios canónicos (leídos desde la dogmática posterior, a la luz de Nicea y Calcedonia). No es una investigación, sino una meditación sobre el Jesús de los evangelios (págs. 7-21), en la que J. Ratzinger rechaza la pretendida falta de solidez de la exégesis científica, que estaría centrada en aspectos superficiales de economía, sociología y arqueología. En contra de eso, el Papa opta por identificar al Jesús histórico con un Cristo canónico y dogmático, descubierto por la fe pascual. De esa forma proyecta sobre la historia un dogma venerable, unificando de forma acrítica los evangelios (según la hipótesis del Papa, no habría un Jesús histórico, sino cuatro).
Entre los que han relacionado el Jesús histórico y el Cristo de la fe, en diversas líneas, distintas a la del Papa, cf. R. Bauckham, Monoteísmo y Cristología en el NT, Clie, Terrasa 2003; R. E. Brown, Introducción a la cristología del NT, Sígueme, Salamanca 2001; O. Cullmann, Cristología del NT, Sígueme, Salamanca 1998; Ch. Duquoc, El único Cristo. La sinfonía diferida, Sal Terrae, Santander 2002; O. González de C., Fundamentos de Cristología I-II BAC, Madrid 2005/2006; R. Haight, Jesus Símbolo de Dios, Trotta, Madrid 2007; M. Karrer, Jesucristo en el NT, Sígueme, Salamanca 2002.

10. ¿Miedo al Jesus de la historia?

Algunos han acusado a J. A. Pagola, Jesús. Aproximación histórica, PPC, Madrid 2007, de herético y arriano. En otro lugar he dicho que es un libro ejemplar, concebido y escrito como aproximación histórica a Jesús, desde la primera tradición cristiana (http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2008/01/02). No es un libro de dogmática, sino una narración de la Buena Nueva de Dios, que se ha revelado en la vida y el mensaje de Jesús, un libro que sintetiza y expone en forma temáticas los resultados básicos de la investigación crítica, que nos permiten descubrir al Jesús histórico como presencia definitiva de Dios. Está bien organizado, dividido y ordenado, siguiendo las facetas y momentos de su vida y de su obra (Judío, Vecino de Nazaret, Buscador de Dios, Profeta, Sanador, Maestro, Creyente, Mártir, Resucitado…), vinculando rasgos sociales y personales, que permiten un buen conocimiento de su historia y mensaje básico.
No ha sido «condenado» por ninguna instancia oficial, aunque ha sido «amonestado» por la Comisión de la Doctrina de la fe de la CEE y lo critican muchos que no quieren aceptar la exégesis histórica, pues tienen miedo de ella (como si la historia de Jesús – la ciencia – pudiera destruir su fe). Estos parecen los motivos de su miedo.
(1) Hasta ahora, muchos dogmáticos habían creído tener el monopolio de la fe y la buena comprensión del Cristo. No les molestaba la exégesis científica, mientras sus resultados no entraran en su campo o en la vida real de la Iglesia. Pues bien, sin ser dogmático en sentido clásico, Pagola ha presentado una figura de Jesús que no sólo es coherente, sino que es capaz de alimentar la fe de los cristianos y de guiar la vida de la Iglesia. Es normal que los dogmáticos se sientan nerviosos, pues temen perder su monopolio en la fe y la vida eclesial.
(2) Estos dogmáticos se creían portavoces de un Cristo asegurado, por encima de la exégesis bíblica y la búsqueda histórica. Pagola no les ha criticado, pero ha tenido el atrevimiento de no dejarse “modelar por ellos”, mostrando que el Jesús de la Iglesia ha de ser el Jesús histórico, pues los concilios (y la fe común) depende del testimonio de los evangelios (debiendo ajustarse a ellos). Eso ha debido molestar a los que pensaban tener su verdad asegurada de antemano, sin depender del Jesús de la historia.
(3) Los críticos de Pagola (y de otros) quieren absolutizar un tipo de pensamiento racional, que parece vinculado a los concilios (Nicea, Calcedonia), pero que no forma parte de sus definiciones. Les cuesta volver al Jesús hombre y dejarse interpelar por su llamada y por su historia. Parecen tener miedo de Jesús y del mismo dogma de Cacedonia (donde Jesús sólo es Dios verdadero si es hombre verdadero). Parece que el problema no es libro de Pagola (¿no habrá detrás razones de política eclesial) sino el miedo a dejar que hale el Jesús histórica. Para seguir en esa línea, cf. J. N. Aletti, Jesucristo ¿factor de unidad del NT?, S. Trinitario, Salamanca 2000 y por J. Moingt, El hombre que venía de Dios I-II, DDB, Bilbao 1995; Dios que viene al hombre, Sígueme, Salamanca 2008/2009.

11. Jesús y el diálogo de las religiones

Hace diez años dediqué un capítulo al tema en Este es el hombre. Ensayo de cristología bíblica, S. Trinitario, Salamanca 1998. Desde entonces, esa problemática ha venido a situarse en el centro de la discusión teológica y cultural de la actualidad. Debemos relacionar a Jesús con otros creadores religiosos, no sólo de su entorno judío, sino de diversas culturas y religiones (budismo, hinduismo, Islam etc.).
Quizá es pronto para ofrecer una visión de fondo del tema. Entre los libros que lo estudian (algunos ya antiguos), cf. B. Cobb, Christ in a Pluralistic Age, Westminster, Philadelphia,1975; J. Hick y P. Knitter (eds.), The Myth of Christian Uniqueness. Toward a Pluralistic Theology of Religions, SCM, London 1988; G. D’Costa, La Trinidad y el diálogo interreligioso, S. Trinitario, Salamanca 2006; J. Dupuis, Jesucristo al encuentro de las religiones, Paulinas, Madrid 1989; W. E. Phipps, ¿Con Jesús o con Mahoma?, Acento, Madrid 2001; X. Pikaza, Monoteísmo y globalización. Moisés, Jesús, Mahoma, Verbo Divino, Estella 2002; C. Wessels, Jesus in the New Universe Story, Orbis Books, Maryknoll 2003.
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