Hic Rhodus, hic salta. El tema de verdad es Dios (Cuenca 2010).



Por dos veces he destacado en este blog la importancia de las cuestiones que vamor a desarrollar en la Universidad de Castilla-La Mancha, en Cuenca los días 11-13 de marzo, con ocasión de unos cursos de primavera. El tema de verdad es Dios; ahí está de las decisines y las discusiones: Hic Rhodus, hic salta, aquí esta Rodas, salta aquí (palabras de Esopo que hicieron pensar a Hegel y a Marx y a muchos otros); se trata de identificar el obstáculo que debe saltarse, o el trampolín que nos permite elevar de nivel la vida humana. ¿Donde está el Rhodus de Dios, la Isla divina en la que podeos y debemos saltar hacia su Altura o dejar que ellas nos eleve? ¿Habrá desaparecido el Rhodus de Dios del Archipiélago de islas y luces, de estrellas y agujeros negros de la inmensidad humana?

Para hablar de eso queremos ir a Cuenca, personas de diversaas religiones y crencias (o increencias, si se permite esa palabra). Por eso queremos tratar de los "lugares" (de algunos lugares principales) que nos permiten hablar de Dios, en clave académica, de discusión intensa pero siempre respetuoso.

¿Nos permite la Biblia hablar de Dios, o la Biblia es un hermoso libro de historia pasada que ya no tiene autoridad en el debate de la vida?

¿Nos alientan las religiones tradicionales hablar de Dios o sería preferible buscar otros caladeros, para decir una Palabra o para guardar silencio? ¿Se podrá decir "buscando mis amores" y evocar a Dios o habrá que confesar que no hay amores duraderos en la historia de los hombres?

¿Siguen siendo las religiones y los libro sagrados el lugar de lo divino o, si hay Dios, ha de buscarse en otros montes y riberas?
¿Es Dios el signo del hombre que se eleva por encima de sí mismo, o es una referencia de ideales y sueños ya pasados, vencidos, derrotados... de manera ahora ya no queda más remedio que cuidarnos a nosotros mismos, los seres humanos, pues no hay nadie por arriba que nos cuide?

Un servidor (y el Prof. A. Piñero) hablaremos de la relación entre creyentes y ateos, partiendo de la Biblia. Desde ese fondo ofrezco en este blog una visión del ateísmo en perspectiva judía y cristiana: ¿Como entender el ateísmo desde la Biblia de Israel? ¿Qué significa el ateísmo en un contexto que ha sido básicamente cristiano, como el de una parte considerable de Eurora y de Occidente?

Otros profesores hablarán de ateísmo y religión, de Dios o del hueco de Dios (si el Dios de la historia ha dejado un hueco... desde ddiversas perspectivas, dentro de un mundo culturalmente plural.

Al final presento de nuevo el programa, por si alguien quiere recordarlo.




1. Judaísmo

El ateísmo es un fenómeno moderno, vinculado a la Ilustración occidental, que ha influido casi por igual en judíos y cristianos, aunque de formas distintas. Para el judaísmo antiguo el problema no es el ateísmo, sino la idolatría; por eso, cuando el necio dice en su corazón que “no hay Dios”, eso significa que “se ha corrompido”, que busca otros dioses, poderes distintos que definen su vida (cf. Sal 14,1).



En esa línea, se puede afirmar que para el judío antiguo la existencia de Dios resulta algo “evidente”, forma parte de su propia realidad, de tal manera que podría decirse que la misma existencia de Israel es una “prueba de Dios”. Más aún, estrictamente hablando, a un judío no se le pide, como a un cristiano, que “crea en Dios”, sino que “no crea en otros dioses”. Por eso, uno puede ser judío sin creer expresamente en Dios (siempre que viva como judío), pero no puede serlo si admite la existencia de otros dioses.

En sentido más concreto, judío es aquel que ha nacido de judía (o se ha convertido expresamente al judaísmo) y no ha renegado de hecho de Dios o no se vinculado a otros dioses. En esa línea, estrictamente hablando, el judaísmo podría mantenerse de algún modo como tradición cultural y como unidad de pueblo, sin que todos los miembros de ese pueble acepten expresamente la fe en Dios.

Así suele hablarse de “judíos no religiosos”, cuyo número resulta difícil de precisar, judíos que sólo aceptan los textos sagrados como testimonio de una tradición nacional, sin ver en ellos el signo o presencia de un Dios personal que actúa en la historia. Se les puede llamar judíos seculares, aunque difícilmente se podría añadir que son ateos, en el sentido técnico del término.

Se suele decir que el judaísmo secular, representado por filósofos y pensadores como Marx o Freud, ha influido de un modo considerable en el ateísmo moderno de occidente. Más aún, muchos añaden que una parte muy considerable del judaísmo actual (prescindiendo de aquello que son muy religiosos) se está volviendo ateo. Pero esa afirmación resulta difícil de probar. Por eso es mejor mantener una reserva atenta sobre el tema, sin adelantar lo que puede suceder en el futuro.

3. Cristianismo

El ateísmo es un fenómeno ilustrado, propio del pensamiento de la modernidad (especialmente de origen cristiano), que ha querido juzgar y razonar sobre todo lo que existe, declarando, de modo asertivo, que no existe Dios (pues, de lo contrario, no tendríamos ateísmo, sino “agnosticismo”, que es la renuncia a juzgar sobre la existencia o no existencia de Dios). Actualmente, en el mundo de origen cristiano, hay más agnósticos que ateos. Los agnósticos se abstienen. Los ateos, en cambio, piensan que conocen el mundo de tal modo que lo abarcan con su propio pensamiento, negando así que haya Dios. En ese sentido, en contra de los → agnósticos, los ateos se declaran capaces de "resolver" el problema de Dios, pero lo hacen rechazando su existencia como pura proyección (social, psicológi¬ca, afec¬tiva etc.). De manera general, este ateísmo puede explicitarse en varios niveles.

(1) Ateísmo cósmico. El mundo ha quedado sin Dios, desacra¬lizado, desdivinizado. Sobre ese mundo sin Dios, donde todo parece dirigido por el frío azar, dominado por la necesidad, los hombres deben encontrar un sentido diverso a su existencia.

(2) Ateísmo social. La sociedad ya no es signo de Dios, no está avalada en su existencia y estructura por fuerzas o ideales de un Dios que va guiando su camino; ella es lugar de pura lucha, espacio de enfrentamiento y creatividad para los hombres que deben realizarse a sí mismos en un proceso duro de conformación social.

(3) Ateísmo antropológico estrictamente dicho. Antes parecía que el hombre se encontraba sostenido y potenciado en su existencia (en sus verdades y valores) por un Dios que le guiaba. Ahora se halla solo. Hay un ateísmo religioso, que más que negación de Dios es silencio sobre Dios.

(4) Ateísmo filosófico. Algunos pensadores (como Fichte) han destacado la dificultad de concebir a Dios como de persona, pues al hacerlo le introduciríamos en las fronteras de lo limitado. La persona es para ellos limitación: si tiene unos rasgos, no poder tener otros. Por eso, si Dios lo es todo, no podemos llamarle persona, sino sólo "lo ab-soluto", desligado de todo límite, perfecto en sí mismo, más allá de lo personal e impersonal. Así han pensados algunos filósofos, siendo a menudo acusados de ateísmo (o de monismo como en el caso de Espinosa).

(5) Cristianismo ateo. Algunos cristianos de los últimos decenios han querido desarrollar un “cristianismo sin Dios”, aceptando algunos valores esenciales de la tradición bíblica (sensibilidad social, solidaridad, respeto ante el misterio de la vida), sin afirmar expresamente la existencia de Dios. En esa línea se habló, en los años 60 al 80 del siglo XX de una “teología cristiana de la muerte de Dios”.

Una de las formulaciones más influyentes sobre el ateismo, desde una perspectiva cristiana, ha sido la de del Concilio Vaticano II:
«La palabra ateísmo designa realidades muy diversas… Unos niegan a Dios expresamente. Otros afirman que nada puede decirse acerca de Dios… Los hay que someten la cuestión teológica a un análisis metodológico tal que reputan como inútil el propio planteamiento de la cuestión... Hay quienes exaltan tanto al hombre que dejan sin contenido la fe en Dios… Hay quienes imaginan un Dios por ellos rechazado que nada tiene que ver con el Dios del evangelio. Otros ni siquiera se plantean la cuestión de la existencia de Dios… Además, el ateísmo nace a veces como violenta protesta contra la existencia del mal en el mundo o como adjudicación indebida del carácter absoluto a ciertos bienes humanos. En esta génesis del ateísmo pueden tener parte no pequeña los propios creyentes, en cuanto que, con el descuido de la educación religiosa o con la exposición inadecuada de la doctrina o incluso con los defectos de su vida religiosa, moral y social han velado más bien que revelado el genuino rostro de Dios» (Gaudium et Spes 19).

En ese contexto, se podría decir que el ateísmo constituye un fenómeno positivo: la posibilidad del ateísmo (es decir, del rechazo de Dios) constituye un elemento esencial de la revelación judeo-cristiana de Dios como persona, es decir, como alguien que habla sin imponerse), dejando al hombre autonomía, incluso para negarle. Sólo podemos afirmar de verdad a alguien a quien pudiéramos negar. Sólo es gratuito un encuentro que no estamos obligados a mantener. Sólo donde es posible el ateísmo puede haber fe en Dios como experiencia de libertad.

Curso ATEOS Y CREYENTES, Cuenca 2010


Información:
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Unidad de Extensión Universitaria
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E-mail: extension.universitaria@uclm.es
http://extensionuniversitaria.uclm.es

PROGRAMA

Jueves 11 marzo (tarde)
16:30-17:00
Credenciales. Presentación del curso.
17:00-18:45
¿El estudio de Biblia nos lleva a la fe o al ateísmo?
Xavier Pikaza y Antonio Piñero
19:00-20:45
¿Las religiones orientales también se basan en la fe?
Agustín Paniker y Juan Masiá
Viernes 12 marzo (tarde)
17:00-18:45
¿Qué sería la fe para Jesús de Nazaret?
Alexander Zatyrka y José Manuel Martín Portales
19:00-20:45
¿Es necesaria la fe para vivir?
Fernando Bermejo y Abdelmumin Aya
Sábado 13, mañana
10:00-11:45
Fe cristiana y Paganismo: dos creencias enfrentadas
Jacinto Choza y Jesús Garay
12:00-13:45
La experiencia mística, ¿culminación o superación de la fe?
Santiago Catalá y Yaratullâh Monturiol
13:45
Clausura
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