IBICLA 18-22 Marzo. Compañeros y Amigos de Jesús. La iglesia antes de Pablo
A partir de hoy (18.3.24) imparto por zoom, de 11 a 1 de la noche (hora España), es decir, de 5 a 7 PM (hora Chicago) un curso gratuito sobre Compañeros y amigos de Jesús, titulado Orígenes, identidad y tarea de la iglesia. insisto en el carácter "abierto" del movimiento de Jesús, que no es "dios" por imponerse con poder superior sobre los hombres y mujeres, sino por caminar con ellos en gratuidad y comunión de amor, asumiendo y superando así la muerte.
| Xabier Pikaza
INTRODUCCIÓN.
Tema. Este curso plantea de forma histórica, teológica y pastoral (de actualización) los principios e identidad de la iglesia: los cristianos son compañeros (comparten el pan), amigos (se quieren) y hermanos (forman una institución de tipo familiar). El tema se inscribe dentro del proyecto sinodal y de actualización bíblica y comunitaria de la iglesia y se desarrolla conforme al libro: X. Pikaza, Compañeros y amigos de Jesús. La Iglesia antes de Pablo (Sal Terrae, Santander/España 2024).
- Definición clásica: Una, santa, católica y apostólica (romana). Variantes: Ortodoxa, evangélica, protestante.
- Problemas actuales: Cambio social, cultural, estructural. Posible descristianización, crisis de fe, crisis de práctica, problemática de los ministerios.
- Tareas básicas: Compartir el pan (ser compañeros,solidaridad económica), crear espacios de comunión activa (ser amigos, comunicación personal) y de fraternidad en un plano institucional: todos hermanos, función de la jerarquía, grupos de fraternidad espacial.
- Nombres de la iglesia
- Pueblo de Dios(Israel, nueva humanidad…; modelo de Hans Küng, el tema de las iglesias populares)
- Cuerpo de Cristo (=Esposa de Cristo, modelo dialogal: Místicos, Juan de la Cruz, modelo de VonBalthasar; H. de Lubac))
- Templo del Espíritu santo (De la encarnación personal/individual del Hijo de Dios a la encarnación social, Dios como intercomunión humana: Heribert Mühlen)
Otros nombres: Vegetales y animales Siembra, olivo, viña, grano de trigo; rebaño…
TRES LIBROS PIKAZA
- Los orígenes de Jesús (=Familia de Jesús, Salamanca 1976). Iglesia como cuerpo místico de Cristo. Hermanos de Jesús son creyentes…Riesgo de separar el “misterio de Cristo” de la historia y vida concreta, social, de los hombres y mujeres.
- Mt 25, 31-46: Hermanos de Jesús y servidores de los más pequeños, Salamanca 1984. Iglesia como cuerpo y revolución social. Hermanos de Jesús son los más pequeños…
- Compañeros y amigos de Jesús, Santander 2024, En el principio de la iglesia está Jesús con sus compañeros y amigos galileos, entre los que destacan unas mujeres que fueron a ungir (despedir) su cadáver en la tumba, gritando emocionadas: ¡Está vivo! (Mc 16, 1-8). Partiendo de su grito, ellas y otros amigos, compañeros y hermanos retomaron su proyecto y rehicieron su camino.
LIBRO CURSO. COMPAÑEROS Y AMIGOS DE JESÙS
En el principio no está sólo Jesús, sino Jesús y sus amigos galileos, entre los que destacan unas mujeres que fueron a ungir (despedir) su cadáver en la tumba de Jerusalén, gritando emocionadas que se hallaba vivo (Mc 16, 1-8). Partiendo de su grito, otros amigos retomaron el camino, entre ellos destaca Pedro con sus once compañeros (Mt 16, 17-18; 19, 28), Santiago, hermano de Jesús, con algunos familiares (1 Cor 15, 3-8) y, más tarde, vendrá Pablo con un grupo organizado de nuevos apóstoles, mensajeros de su nueva justicia entre los pueblos (Ef 1-2).
Jesús pudo tener más amigos, como Tomas, presunto autor del evangelio de su nombre, con un discípulo amado d (Jn 21) y otros varones y mujeres que sellaron con su vida la alianza de amor de aquellos años sorprendentes que siguen definiendo el origen y sentido de la iglesia antes de la “conversión” de Pablo (hacia año 35 d.C.) que recreará con su figura los pilares de la Iglesia cuya historia de base quiero presentar en este libro, precisamente ahora (2023) en un tiempo en que algunos afirman que ella está muriendo.
Hablo de iglesia (hebreo qahal, griego ekklesia) en el sentido de asamblea o congregación de personas reunidas en nombre de Jesús, a quien confiesan como Dios encarnado, muerto y resucitado en este pequeño mundo/tierra, en este inmenso universo de galaxias, estrellas y planetas en el que los hombres parecemos perdidos, pero estando, al mismo tiempo encontrados en Dios. Podría emplear otros nombres (camino o pueblo de Dios; cuerpo y plantación de Cristo; templo y esposa del Espíritu…). Pero he querido destacar iglesia, convocatoria o grupo de amigos (filoi), como Jesús llamó a sus seguidores (Jn 15, 15), vinculados por un mismo Espíritu de amor, inmersos en la vida del Padre, Dios de los astros, de todos los seres conocidos y desconocidos.
Así lo mostró hacia el 90 d.C. Josefo Flavio, historiador judío (romano), diciendo que aquellos que habían amado (agapêsantes) a Jesús, le siguieron amando después de su crucifixión (Ant 18 3.3.) y formaron un grupo-familia de amigos que existían entones, y que siguen existiendo en este tiempo difícil (año 2023) de fidelidades cambiantes. Este pasaje de Josefo contiene elementos discutidos, pero su referencia básica es fiable, pues, lo mismo que Jn 15, 15, define a la iglesia como grupo de amigos de Jesús, añadiendo que pudo sobrevivir al desastre de la guerra judía (67-70 d.C.) que había puesto en riesgo la existencia de Israel y la estabilidad del imperio romano.
La iglesia mantuvo su camino en medio del gran apocalipsis judío del I d.C. y los que actualmente nos seguimos concibiendo como amigos (filoi,agapountes) de Jesús tenemos la certeza de que mantendrá su identidad y seguirá anunciando con su vida el amor de Dios en este duro siglo XXI.
Algunas eclesiologías de tipo más sacral utilizan otros nombres para referirse a la iglesia, destacando su misterio “espiritual y su organización social. Sin negar esos aspectos, aquí insisto en el amor de Jesús en el sentido de comunión afectiva (filoi) y comunicación de vida (agapountes). Así quiero narrar su origen y primer sentido, desde la perspectiva de tres amigas que fueron a ungir su cadáver en la tumba, descubriendo que había transformado en mensaje y vida de resurrección (Mc 16, 1-8), como iré indicando en lo que sigue.
Entre esos compañeros/amigos destacan Pedro con sus Once (Mt 16, 17-18; 19, 28), Santiago/Jacob, hermano de Jesús, con algunos familiares (1 Cor 15, 3-8) y, más tarde, vendrá Pablo con un grupo organizado de nuevos apóstoles.
Hacia el 90 d.C. Josefo Flavio, historiador judeo/(romano) afirma que aquellos que habían (agapêsantes) a Jesús, le siguieron amando después de su crucifixión (Ant 18 3.3). Lo mismo que Jn 15, 15, Josefo define a los cristianos como amigos de Jesús, añadiendo que pudo sobrevivir al desastre de la guerra judía (67-70 d.C.)
- La iglesia no viene de Israel, sino que es el Israel de Jesús. No es el único Israel, pues a su lado está el “Israel nacional”, como pueblo histórico que apena a las mismas tradiciones de la Escritura, que pueden llamarse “primer testamento… La iglesia es Israel, pero el Israel de Jesús abierto a todas las naciones, como iglesia universal.
- La esencia Iglesia es Jesucristo, con sus amigos/compañeros/hermanos (mujeres y varones) y con aquellos a quienes dedicó su movimiento, enfermos, posesos, marginales (cojos, prostituidos, expulsados, mancos, ciegos, leprosos etc.)
- Siendo Pueblo de Dios y proyecto mesiánico de Jesús, la Iglesia escuerpo del Cristo, es decir, la presencia y fermento de nueva humanidad del mesías israelita a quien los cristianos llaman Hijo de Dios encarnado para todas las naciones, como ratifica Pablo, con sus compañeros y amigos (cf. Rom 9,1-8).
ROSMINI. (1797- 1855). LAS CINCO LLAGAS DE LA IGLESIA ACTUAL
(1) La primera era a su juicio la separación entre el pueblo cristiano y el clero, es decir, el clericalismo (como sigue diciendo el Papa Francisco), un clericalismo que sigue dividiendo a los cristianos y que se expresa sobre todo en la liturgia. Rosmini criticaba, especialmente, el hecho de que las celebraciones católicas resultaban con frecuencia incomprensibles para el pueblo. Además, la distancia existente entre el clero y los laicos no respondía al evangelio. La liturgia era del clero, no del pueblo de Dios de Dios, como debía ser.
Frente a la llega de la liturgia separada de la vida está vida hecha liturgia, como sabía Pablo cuando habla de la liturgia de la vida entera hecha celebración del misterio de Dios en la existencia entera, la oración personal, el amor mutuo, la cena que recrea, descansa y enamora. Pero ahora, pasados casi 200 años desde Rosmini escribió aquel libro seguimos con la misma “llaga: La liturgia sigue siendo extraña al conjunto del pueblo de Dios, que participa como observador extraño, de algo que hacen otros, una liturgia separa de la vida concreta de los hombres y mujeres, de los niños, de los pobres…, de la comunión social, de la justicia social y de la esperanza de los creyentes. Miles de años separan nuestras liturgias de la celebración originaria de la vida de Jesús, con el “ágape” (amor de los creyentes) renovado, actualizado en la liturgia de la vida.
(2) La segunda llaga era la insuficiente formación cultural y espiritual del clero, pues a juicio de Rosmini, los clérigos eran incapaz de dialogar con la nueva cultura de su tiempo. Se había abierto un foso entre el clero y el pueblo en la forma de pensar y de vivir, entre el pueblo cristiano y la nueva humanidad naciente. El pueblo iba por un lado, el clero por otro, y todos lejos de Jesús... Un tipo de teología y de derecho eclesial ha vuelto la espalda a Jesús. Esto lo sabe bien el papa Francisco.Frente a esa llaga surge hoy la necesidad de volver al conocimiento Jesús, a su historia concreta, a su forma de sentir, de esperar, de compartir, pues en parte la teología y la cultura social de la iglesia ha venido a ser contraria al mensaje y vida de Jesús
(3) La tercera llaga era la desunión de los obispos entre si y de los obispos con el clero y con el papa, una iglesia dividida en búsqueda de poderes, de influjos externos… El problema era a Juicio de Rosmini la falta de fraternidad y diálogo en el conjunto del clero, pues obispos y presbíteros buscaba su parcela de poder, de manera que unos se enfrenaban con otros. La unión de la Iglesia en el misterio arriba no se reflejaba en la caridad entre los obispos y entre los obispos y el clero.
Frente a esa llega de la desunión la respuesta no es hoy la reunificación impuesta, sino el diálogo en fraternidad, desde la diferencia, desde las diversas perspectivas que abre el evangelio. Es preciso ser distintos, muy distintos, pero no para luchar o imponerse unos sobre otros, sino para dialogar y compartir, no sólo el pan, sino toda palabra que viene de la boca de Dios.
(4) La cuarta llaga era la injerencia política en el nombramiento de los obispos, que se habían convertido en funcionarios del poder establecido, monarcas ricos de una iglesia rica, dominando con su dictadura (y a veces con su terrorismo) espiritual sobre el conjunto de los fieles… Esta es la llaga de la política episcopal, que a juicio de Rosmini era contraria al evangelio. En un primer momento, él deseaba que el papa tuviera libertad para nombrar a los obispos (sin injerencia del poder civil); pero inmediatamente después quería que se volviera al uso antiguo de la Iglesia, de manera que fueran los propios sacerdotes y el pueblo de cada diócesis los que nombraran a sus obispos. El nombramiento de los obispos por parte de los reyes o del papa le parecía contrario a la fraternidad y libertad del evangelio y de la Iglesia.
Hoy sigue el tema pendiente. Los obispos y presbíteros se nombres y “colocan” desde fuera, desde un arriba extraño a la comunión de los creyentes. Por eso es necesario volver a la práctica primera, que obispos y presbíteros surgen de la misma Iglesia, y eso significa que ha de existir iglesia, creyentes capaces de vincularse en amor, de compartir en camino de Jesús en libertad, con sus propios animadores, en comunión con las demás iglesias, sin más poder y riqueza que la riqueza y poder de la vida en amor. Un tipo de alta iglesia quiere seguir teniendo un alto poder social y político, ése es un poder llagado, contrario al evangelio.
(5) La quinta y última llaga era para Rosmini la riqueza de la Iglesia, es decir, los bienes temporales que esclavizan a los eclesiásticos... Una iglesia que se había hecho rica, y vivía esclavizada defendiendo su riqueza frente a otros poderes que deseaban hacerse dueños de ella. Una vez que había entrado en la iglesia la riqueza se introducía en ella la falta de transparencia en su administración, la búsqueda de puestos de honor, una pirámide de cargos… Desprenderse no significa no tener, sino tener para compartir… Compartir la vida, buscar juntos los valores de la vida, para enriquecerse unos a otros, sabiendo que sólo tenemos aquello que damos, que sólo vivimos en le medida en que compartimos lo que somos, teniéndolo todo, sin tener egoístamente nada, dándolo todo para así tenerlo todo… Es claro que la riqueza sigue siendo la llaga mayor de la iglesia (riqueza económica, deseo de poder...).
UNA PARÁBOLA AMERICANA, LA IGLESIA FARO, SALVAMENTO, CLUB SOCIAL
Parábola Sobre la costa de un mar peligroso, donde se producían naufragios con frecuencia, había una vez una vez una tosca y pequeña estación de salvamento, el faro para náufragos, con luces de ayuda. El edificio era sólo una choza y en ella sólo había una barca, pero los pocos y fieles miembros de la estación mantenían una vigilancia constante sobre el mar y, sin preocuparse de sí mismos, se dedicaban día y noche, de un modo infatigable, a buscar a los perdidos en el mar. Esta pequeña y maravillosa estación salvó muchas vidas, de formas que ella se hizo famosa. Algunos de aquellos que habían sido salvados y otras personas del entorno, quisieron asociarse a la estación y emplearon parte de su tiempo, dinero y esfuerzo para apoyar aquella obra. Se compraron nuevos botes de salvamento y se adiestraron nuevas tripulaciones. Así creció la pequeña estación de salvamento. Un club social.
Algunos miembros de la estación de salvamento empezaron a sentirse insatisfechos con el edificio, tan tosco y pobremente equipado. Pensaron que debía construirse un lugar más cómodo como primer refugio para aquellos que fueran salvados del mar. Así reemplazaron los catres de emergencia por camas y pusieron mejores muebles en los edificios agrandados. Desde entonces, la estación de salvamento vino a convertirse en un lugar de reunión social para sus miembros, que la decoraron con gran belleza y la amueblaron de un modo exquisito, pues empezaron a frecuentarla como si fuera un tipo de club social. Fue el palacio del faro; el más hermoso de los faros y palacios de todas las costas del mundo, club para bodas y bautizos de lujo, para convenciones de políticos y negociantes. Se establecieron honores, se hicieron distinciones y jerarquías y los miembros de la vieja estación de salvamento se convirtieron en señores de la belleza del mar y de sus costas.
Negocio de salvamento
Sólo unos pocos miembros de la estación estaban ya dispuestos a lanzarse al mar para misiones de salvamento, de manera que los jefes del gran faro de la salvación contrataron tripulaciones de pago para realizar esa tarea. Había dinero suficiente, por eso se pagaba a los que debían salir todavía y navegar entre las olas para buscar algún náufrago perdido y así poder decir que se dedicaban a la función de salvación de salvamento. Ciertamente, los motivos de salvamento resultaban todavía dominantes en las decoraciones de este club, y había una habitación especial donde se celebraban las reuniones relacionadas con las iniciativas del club… y se creó una editorial de salvamento (para publicar libros sobre el tema) y se hicieron congresos… Pero los miembros de la clase superior del gran faro de la salvación ya no salieron más al mar... Pero el Club del Faro acabó siendo un negocio muy lucrativo, con canal de televisión para hablar de los peligros del mar... y de los salvamentos heroicos, sin que nadie saliera ya al mar en las noches de galerna.
IGLESIA NUEVA. CAMINO DE COMUNIÓN Y DE PAZ MUNDIAL
1. Superación de los pactos militares: no-violencia profética. El sistema de producción‒mercado‒capital culmina imponiendo a todos su ley (quizá alcanzada por métodos de democracia política). Por eso actúa en el nivel de la retribución y tiene que apelar a los "pactos" militares. Conforme al testimonio de Israel, la religión tiene que situarse más allá de esos pactos, en un plano de gratuidad y comunión.
las iglesias cristianas tienen que romper todos sus pactos con las instituciones militares, renunciando a vincularse cualquier tipo de agresión y de defensa armada. Esto no significa que ellas deban luchar contra el ejército, ni satanizarlo, sino algo muy distinto: los cristianos han de actuar siempre como objetores de conciencia, desertar del ejército, negarse a la guerra, con todas las consecuencias que ello implique.
2 Educar para la paz, es decir, para la comunión interhumana. Asumiendo la dinámica del número anterior (salir del sistema militar), avanza esta nueva palabra esencial sobre el desarme y la cultura de la paz: «Venid, subamos al monte del Señor: Él nos instruirá en sus caminos... De las espadas forjarán arados, de las lanzas podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra» (Is 2, 2-4). Para superar la violencia del sistema hace falta un don de Dios (nos instruirá...) y un compromiso de educación humana, que se expresa en dos momentos: uno más teórica (instrucción de Dios: no se adiestrarán para la guerra), otro más práctico (de las espadas forjarán arados...). Esa nueva praxis (definida aquí en forma negativa: ¡no se adiestrarán...!) no puede ser el resultado de un pacto del sistema, pues, como señalaba el número anterior, los pactos del sistema han de ser sancionados por la fuerza (necesitan una espada para que se cumplan). La iglesia que "salir" del espacio de esos pactos, asumiendo de un modo unilateral la iniciativa de la paz, como lo han hecho por siglos los mejores judíos y muchos cristianos, a pesar de que el conjunto de las iglesias oficiales, quizá por poca fe, aceptaron desde antiguo, para su seguridad mundana (no cristiana), el escudo defensor de las espadas.
Economía para la paz y la comunión de vida.La iglesia cristiana acepta la existencia de un sistema económico ("dad al César lo que es del César...": Mc 12,17, cf. Rom 13, 1-6), pero ella se sitúa en otro plano ("dad a Dios lo que es Dios"), en absoluta gratuidad. Para ser signo de paz, ella, en cuanto tal, no puede utilizar los bienes en línea de posesión, sino de comunión.
Las Cartas Pastorales (1 y 2 Timoteo; Tito) suponen que los ministros cristianos pueden tener autonomía económica: no buscan la iglesia para encontrar un puesto de trabajo, pero ella les ofrece su solidaridad económica (como a todos los creyentes, creando entre ellos un espacio de bienes compartidos
Dentro del sistema, todo está relacionado: la posesión de bienes resulta inseparable de una dinámica de ley y retribución que, en último término, depende del ejército. Los cristianos pueden poseer y administrar sus bienes (sabiendo que a ese plano no son libres, pues el dinero que poseen y administran resulta inseparable del orden de violencia de este mundo). Pero en cuanto cristianos (como iglesia), ellos no pueden tener nada: todo lo regalan y comparten.Eso significa que unas iglesias que fueran dueñas de fortunas más o menos cuantiosas, administradas en bancos y servicios del sistema, no serían cristianas ni podrían servir a una paz que sólo es posible donde los hombres se sienten capaces de pasar del nivel de la ley (posesión y retribución económica) al plano de la gratuidad.
Jesús, mensaje y presencia del Reino de Dios. Los judíos decían dicho: "¡Dios vendrá! Estemos mientras tanto separados y cumplamos su Ley mientras no llega". Jesús, en cambio, ha proclamado: "¡Dios llega! ¡Vivamos a la luz de su venida, abiertos a los pobres y excluidos del sistema!" (cf. Mc 1, 14-15 par). En este contexto se expresa la novedad radical del evangelio, como experiencia teológica (Dios es fuente inmensa de riqueza y gratuidad para los hombres) y como experiencia social (los hombres pueden comunicarse y compartir la vida de un modo gratuito, a partir de los más pobres: cojos, mancos, ciegos...). Desde esa perspectiva podemos precisar mejor los dos rasgos del evangelio, vivido en la iglesia.
- Es culminación teológica. Antes no sabíamos cómo era Dios; le veíamos envuelto en luchas, imposiciones y venganzas. Ahora, en cambio, le hemos descubierto como Padre-Madre: vida infinita, generosa, gratuita, que hace posible que los hombres puedan darse y compartir la vida.
- Es,culminación antropológica. Los hombres se encontraban antes inmersos en leyes y poderes exteriores y parecían condenados a vivir respondiendo con violencia a la violencia, amontonando bienes para asegurarse (ley del capital), organizando ejércitos para defenderse (ley del imperio) y buscando razones para justificarse (ideología). Ahora que Dios ha venido, según el evangelio, el hombre puede ser sencillamente lo que es: conciencia de comunicación.
Jesús no ha presentado su idea en un mercado de ideas, sino que ha iniciado un proceso de comunicación (amor compartido) para todos los hombres, en forma de iglesia.
Iglesia, mutación cristiana. La "mutación" cristiana se identifica con la confesión práctica de la divinidad de Jesús, es decir, de su poder salvador, expresado en su vida como don (regalo) y en su muerte como ratificación suprema de ese don. Para mantener sus privilegios y seguir dominando como hacían, los poderes establecidos que controlaban las redes sacrales (sacerdotes) y e imperiales (soldados) mataron a Jesús, pensando que así deshacían su obra y acallaban su mensaje. De esa forma mostraron su impotencia: se negaron a dialogar con él. Sacerdotes y soldados podían apelar a fuerza, pero no tenían palabra ni proyecto de vida compartida. Mataron a Jesús, pero no pudieron destruir su mensaje, ni su vida, sino todo lo contrario: hicieron posible que Jesús mostrara y desplegara radicalmente su proyecto, como nuevo comienzo de vida (grano de trigo que cae en la tierra...: Jn 12, 24).
- Para promover la paz, la iglesia no necesitan mejores ejércitos, sino todo lo contrario: deben renunciar a los ejércitos, que sólo sirven para realizar su tarea, siempre ambigua, según ley violenta, de una forma limitada y peligrosa.
- (3)Para promover las paz la iglesia no necesita más dinero, pues aquello que se adquiere con dinero continúa situándose en un plano de la ley, dentro del sistema. Sólo así ha podido presentarse como "hombre de vida compartida", creador de humanidad pacificada.
Novedad y universalidad cristiana, la alternativa del Crucificado. Jesús no fue un héroe, ni un superman, ni un santo asceta o moralista..., sino sólo un hombre que vivió en plenitud por los demás, abriendo un cuerpo o comunión de humanidad compartida. Esta es la propuesta de la paz cristiana. Jesús ha sido y sigue siendo aquel en quien muchos hemos descubierto la gracia que es Dios y la comunicación de amor que somos (que podemos ser) los hombres.
Este es el tesoro (capital no monetario), ésta es la fuerza (imperio no-militar) de los cristianos: Jesús resucitado como presencia (conciencia) de Dios y "cuerpo" donde pueden comunicarse todos los hombres (cf. 1 Cor 12-14). Las iglesias cristianas han buscado muchas formas de extender la paz mesiánica de su Fundador: han apelado a los poderes civiles para defenderse, han creado instituciones sacrales y sociales, con aparatos de poder administrativo y legal, han edificado catedrales, han creado grandes obras de cultura... Pero en el fondo todo eso es secundario, pues sólo hay un camino de paz: la gracia de la Vida, la Vida compartida, no como información de noticias y datos, sino como entrega personal.
Por eso, la iglesia es el triunfo de la comunicación, esto es, de la vida compartida.. Por eso, la paz de los cristianos no necesita instituciones centrales (pues en ella todo es centro y todo periferia), ni nuncios políticos o pactos especiales con los poderes del sistema (que apelan siempre a las armas para defenderse). Ella necesita sólo comunidades cristianas donde el mismo amor mutuo de los fieles sea testimonio de la gracia y del impulso de la fe cristiana, esto es, de la fe en el hombre.
Diferencia cristiana: No tener diferencia. Jesús es el Mesías, es decir, la humanidad compartida. Jesús es la presencia de Dios, es decir, la vida que se comunica acogiendo y dando vida, un cuerpo abierto a todos los pobres y excluidos de la historia. También puede formularse en términos teológicos: Jesús, Palabra encarnada, es "conciencia de Dios", siendo conciencia de comunicación trinitaria.
La “diferencia cristiana” consiste en negar toda diferencia particular, todo poder propio… La diferencia cristiana está en promover (simbolizar, expresar) la comunión universal de vida de los hombres, como Dios que es Luz en los colores, como la Palabra que es la comunicación de todas las palabras. De manera sorprendida y gozosa, los cristianos han traducido el mensaje de Gen 1, 1 (en el principio, Dios creó...) en claves de "comunicación personal” intradivina: “en el principio era la Palabra...”, de tal manera que Dios mismo es Palabra que se da, se acoge, se comparte (Jn 1, 1).
He querido culminar esta propuesta con dos conclusiones sencillas que, a juicio de algunos, podrán ser decepcionantes. No propongo grandes tratados, ni acuerdos espectaculares, ni estrategias militares, políticas o económicas, pues todo ello pertenece al orden del sistema, que podrá ser valioso en su nivel pero que, al fin, resulta insuficiente, pues deja al hombre en manos de unas formas nuevas de violencia. Desde una perspectiva religiosa, en línea cristiana, la paz es Palabra y Evangelio.
El futuro del hombre (es decir, de la iglesia) es la Palabra encarnada, esto es, la vida compartida, no un no argumento racional, ni un poder económico. El argumento, en cuanto palabra separada de la vida, es una ideología que plantea por encima de la humanidad, como una ley que se impone sobre ella. En contra de eso, la iglesia sólo puede ofrecer paz siendo ella misma palabra encarnada de paz.
El cristianismo cree solamente en la Palabra: vive de ella y la comparte con los hombres, como espacio y camino de comunicación donde ellos puedan encontrarse (si es que quieren). Por eso, la propuesta de paz que en este libro hemos querido formular desde las religiones y en especial desde el cristianismo es una propuesta de palabra. No contamos, ni queremos contar, con otra cosa: pactos políticos, ejércitos, dinero... Pero tenemos algo anterior y superior, universal: la palabra. Ella es el principio y base de la propuesta cristiana de paz.
Por eso, el cristianismo no condena a las otras religiones, ni quiere destruirlas o convertir a sus creyentes por la fuerza, pues la fuerza es lo contrario a la palabra universal del evangelio. La verdad del cristianismo es su oferta de palabra; por eso, allí donde triunfara por imposición habría fracasado. La finalidad del cristianismo no su triunfo, ni la extensión de una iglesia que dice llamarse cristiana, sino que los hombres y mujeres puedan darse vida y compartirla en gratuidad, siendo así Palabra encarnada y comunicada, de un modo directo, inmediato, sin la mediación impositiva de una ideología, de un capital, de un ejército. Por eso, una iglesia que utilizara algún poder para imponer o expandir su pretendida verdad dejaría de ser cristiana. La verdad solo es "verdadera" allí donde no apela a su verdad, donde no toma ni impone ningún tipo de ventaja (cf. Mt 12, 18-21). Por eso, si los cristianos buscaran el triunfo de su iglesia como institución dejarían de ser evangélicos y la iglesia no sería ya cristiana. Ellos no quieren su bien, sino el de los otros, no quieren su paz, sino la paz de los demás, para compartirla con ellos. Eso significa que quieren el triunfo del budismo y el Islam, del hinduismo y de los otros caminos religiosos, siempre que sean caminos de Palabra encarnada, compartida, esto es, de paz humana.
La iglesia ha de morir como iglesia particular, como estructura de poder, para ser espacio y camino de comunión universal y de esperanza de futuro.La iglesia no tiene que dar lecciones a otros, ni resolver problemas en un plano de sistema, diciendo a políticos o economistas, a militares o jueces lo que ellos han hacer en sus respectivos campos. La iglesia debe limitarse a ser iglesia, espacio de diálogo de paz con otros movimientos religiosos y humanos que también la buscan, escuchando y ofreciendo de manera esperanza su propuesta, es decir, su Buena Noticia.
La verdad de la iglesia no es un dogma separado, sino su misma vida, que ella ofrece y comparte con todos los hombres. Ella no está para decir cosas (doctrinas, teorías), sino para presentarse a sí misma como itinerario de paz, lugar donde es posible la palabra. Ciertamente, hay en la iglesia creyentes que acentúan el aspecto sacral y presentan la fe como una cosa que está fuera de ellos, como un depósito casi objetivo de verdades y sacramentos que los jerarcas cristianos deberían custodiar y proponer y los simples fieles recibir agradecidos y sumisos. La fe tendría un sentido y consistencia (realidad) en sí misma, fuera de la comunicación creyente. En contra de eso, conforme a todo lo que he venido destacando, pienso que el "contenido" de la fe no se puede separar de su comunicación. No hay primero fe cristiana, sin comunicación personal ni diálogo gratuito, y luego comunicación, porque el contenido de la fe es la misma comunicación, es decir, el amor mutuo entre los fieles y todos los hombres.
Por eso, una propuesta de comunión cristiana que fuera independiente de la vida de la Iglesia o viniera después, de forma separada, como una consecuencia que brota de otros contenidos, no sería cristiana. No hay verdad cristiana independiente del amor. No hay amor cristiano sin oferta y despliegue de paz. Así culmina nuestra propuesta cristiana de paz.