Iglesia católica USA 3. El futuro es mestizo
Grandes desafíos
Los problemas con los que se enfrenta USA desde su fundación y en estos momentos son grandes, de manera que podemos hablar de una serie de paradojas que marcan la misma existencia de USA como pueblo:
- el desafío de la libertad, y la marginación de grandes mayorías, dentro y fuera del pais;
- la apertura de espacios de liertad económica... y la expansiòn implacable del capitalismo, al servicio de unas élites;
- la declaración de la igualdad de todos los hombres... y un tipo de nuevo racismo fundado en las diversidades económicas y culturales;
- la búsqueda de la paz mundial y la militarización de la política, con la opresión de muchas poblaciones;
- la pasión por el conocimiento y los adelantos técnicos... y la aplicación de ese conocimiento al dominio implacable del mundo, para servicio propio;
- la veneración de la ley y la construcción de una sociedad que funciona a base de policías y cárceles;
- el deseo de eliminar fronteras comerciales y humanas y la edificación de nuevas fronteras;
- la búsqueda de la integración de todas las culturas y la exclusión de las culturas no dominantes:
- el respeto por la naturaleza... y la polución de la naturaleza, con los grandes riesgos ecológicos que surgen de ello etc etc…
En ese contexto, la Iglesia Católica puede jugar un papel muy importante, como quiero poner de relieve citando cuatro casos:
1. Una misa en la frontera, misa sin fronteras
Estados Unidos quiso y quiero superar las fronteras comerciales y humanas, para que todos los pueblos puedan vivir en libertad y concordia. De esa forma, USA ha querido presentarse como patria de todos aquellos que no tienen patria. Pues bien, a pesar de eso, los Estados Unidos de América están creando una frontera de miles de kilómetros con México, para que no entren los hispanos. En ese contexto me ha impresionado la experiencia de una “misa de frontera” que cuenta el P. Groody.
Hace unos años, yo participaba en una celebración eucarística en El Paso, Texas, en la frontera entre Estados Unidos y México. Celebrábamos la misa al aire libre, sobre el seco, arrugado y acorchado terreno, donde los Estados Unidos se juntan con México. Fue una liturgia para recordar la vida de Jesús, las vidas de todos los santos y de todos los difuntos de la historia, y las vidas de miles de miles de inmigrantes mexicanos indocumentados que habían muerto cruzando la frontera en los últimos años. Como en otras liturgias, se reunió una gran muchedumbre para orar y adorar juntos. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedía en otras ocasiones, una valla de cinco metros de altura dividía en dos la única comunidad cristiana, a una parte México y a otra parte los Estados Unidos.
Durante la eucaristía, patrullas de agentes de frontera en helicópteros y tanquetas de vigilancia mantenían una vigilancia severa sobre la muchedumbre. Después que la policía si hubo asegurado de que ninguna persona indocumentada pasaría de México a Estados Unidos, hombres y mujeres reunidos alabaron a Dios por la Pascua de Cristo, que había pasado de la muerte a la vida. Cada parte de esta celebración eucarística fue un testimonio de los lazos que unen al pueblo de Dios, por encima de las construcciones políticas que dividen a unos y otros. La aspersión de agua bendita al comienzo de la misa fue una expresión del bautismo común y signo de la fe en un mismo Señor, que ha vinculado a gentes de todas las naciones para formar un solo cuerpo.
La lectura bíblica del texto de Isaías hablaba de la promesa de Dios que “destruiría el velo que cubre a todas las naciones” (Is 25, 7) y el evangelio aludía a la promesa de reunir al pueblo, por encima de todas las fronteras, incluso por encima de la muerte, introduciéndole en el Reino eterno de la vida (Jn 11, 32-44). La unión de un altar común en la valla puso de relieve la unidad de la comunidad, y el saludo de la paz expresó una solidaridad compartida, aunque unos y otros sólo se pudieran tocar los dedos a través de los pequeños agujeros de la valla. El don del pan de vida en la comunión y el envío de la comunidad al final de la liturgia habló del don y del desafío de la fe cristiana y de la llamada para saciar el hambre del mundo en busca de reconciliación, en medio de la realidad fracturada del momento actual. En medio de una realidad que a menudo eleva muros y barreras, esta eucaristía ofreció el testimonio de la primacía del amor universal de Dios, un amor sin divisiones ni restricciones. Esa eucaristía nos hizo también conscientes no sólo de los muros que separan a un país de otro, sino también de los muros que separan contemplación de acción, devoción de discipulado y liturgia de justicia.
Esa misa de frontera, que podemos unir a Misa Sobre el Mundo de Teilhard de Chardin puede ser un signo de la vocación de los católicos USA: la vocación de superar las fronteras actuales que dividen a los hombres y mujeres de diversos pueblos, para crear una comunión universal de creyentes, de amigos.
2. Teología hispana: El desafío de la cultura
La teología USA ha sido básicamente anglosajona, importada de Europa (de Inglaterra e Irlanda, de Alemania y Francia…). Pero ahora están surgiendo en el interior de USA diversas teologías nuevas, que hablan de nuevos problemas, que integran nuevas perspectivas. Entre ellas, la más importante ha sido, desde una perspectiva histórica, la “teología negra”, muy relacionada con grupos protestantes del sur de USA. Pero en los últimos años está naciendo y creciendo también la teología hispana, con su gran reto cultural y social.
La teología hispana se enfrenta en USA con unos desafíos semejantes a los de América Latina, en el plano de la marginación y discriminación; pero, en Estados Unidos ella se vincula a la teología de los afro/americanos y adquiere rasgos propios. La Iglesia católica de USA está vinculada a la tarea inmensa de crear puentes entre los anglosajones y los hispanos, puentes culturales y sociales, puentes humanos y religiosos. El futuro de USA como pueblo (y el futuro de la Iglesia católica como Iglesia) depende de de esa tarea.
En esa línea, los hispanos de USA han elevado también el desafío de su identidad cultural. Entre los hispanos de USA hay una gran variedad de identidades culturales, que van de México a Cuba y a toda América Latina; pero la obra fundacional de la teología hispana de la liberación es el libro de Virgilio Elizondo, Galilean Journey. The Mexican American Promise. The Mexican American Promise, Orbis Books, Maryknoll NY 2000. En este libro, Elizondo realiza una lectura cultural del evangelio y una lectura evangélica de la cultura, especialmente una lectura de la cultura oprimida de los mexicano/americanos en los Estados Unidos de Norteamérica.
Según Elizondo, la tierra bíblica de Galilea no es simplemente una categoría geográfica, sino una categoría teológica, con un inmenso potencial para la liberación humana. Él descubre en la identidad galilea de Jesús muchas semejanzas con la identidad de los mexicanos de Norteamérica. Al ser galileo, Jesús fue un judío marginal, que venía de una provincia marginal, un hombre que compartía muchas notas comunes de lucha con los méxico-americanos que viven en los márgenes de la sociedad. A semejanza de Jesús, los méxico-americanos son frecuentemente despreciados por la cultura dominante anglosajona, blanca, de USA y están llamados a enfrentarse con los centros de poder que les oprimen. La finalidad de Elizondo no es simplemente la de criticar la sociedad USA o la economía global dominante, sino valorar la experiencia de los méxico-americanos y poner de relieve la gran contribución que su cultura ha ofrecido a la gran sociedad humana.
Elizondo está escribiendo en inglés, pero su lengua es el castellano, la lengua de millones de hispanos que han crecido en USA desde el principio (en los estados que pertenecían a México) y que han entrado después como trabajadores… El día en que la mayoría de los hispanos aporten su cultura y religión, USA será distinta, otro país, otra experiencia de vida.
3. Teología “mujerista”. El desafío del género
USA es la tierra privilegiada de la teología feminista, que quiere reflexionar sobre los problemas de la cultura patriarcal en la que Dios ha sido considerado como masculino y las mujeres han sido percibidas como seres humanos inferiores, apareciendo incluso algunas veces como fuente de pecado y de caída para la humanidad. En términos particulares, la teología feminista ha tomado diferentes formas en los diferentes continentes y en las diferentes culturas. Pues bien, en USA se ha dado y se sigue dando una teología feminista de las mujeres hispanas, una teología que ha tomado el nombre muy significativo de teología “mujerista” o propia de mujeres.Esa teología feminista va más allá del dualismo de género y cree que la opresión concreta de las mujeres está vinculada a una opresión más amplia en la que se vinculan elementos de raza, género y clase. La teología mujerista (esa palabra ha entrado en el idioma inglés de USA) asume la opción preferencial por los pobres a la luz de las mujeres latinas, aunque entre las mismas teólogas latinas hay diferencias y matices. Así lo ha puesto de relieve una mujer llamada Ada Maria Isasi-Díaz, que ha escrito diversos libros muy significativos, que por ahora se conocen menos en España, aunque ella escribe en ingles y castellano. Entre esos libros quiero citar: Mujerista Theology , Orbis Books, Maryknoll NY 1996; En la lucha. In the Struggle. A Hispanic Women’s Liberation Theology, Fortress, Minneapolis 2004; La lucha continues, Orbis Books, Maryknoll NY 2004
Isasi-Días y otras mujeres creen que los textos de la Escritura, aunque están inspirados, tienen una base patriarcal, que debe ser superada, de manera que ellos puedan hablar para todos, en especial para las mujeres oprimidas. Por eso, ellas, las mujeres oprimidas, han procurado realizar una relectura de esos textos desde su propia situación de opresión, que ha hecho posible el surgimiento de una nueva visión y de nuevas interpretaciones de esos documentos bíblicos. En este proceso, las mujeres se refieren a esta situación diciendo que ella es una situación de doble o triple opresión (a causa de su condición económica, a causa de su cultura y a causa de su género); al mismo tiempo, ellas manifiestan la esperanza de una igualdad mayor con los hombres y de una participación mayor en la Iglesia y en la sociedad.
4. El tema del pluralismo religioso
El otro gran tema de la Iglesia católica es el del pluralismo religioso. Desde el comienzo de la constitución de los Estados Unidos, se ha querido respetar y se respeta la pluralidad de iglesias, confesiones y religiones. USA es un continente “religioso” plural, donde se corre quizá el riesgo de la disgregación de iglesias, confesiones, grupos…un continente donde puede dar la impresión de que todo da lo mismo, pues todas las confesiones religiosas son iguales. Puede dar esa impresión, pero ella no es cierta. En el fondo de USA, de la iglesia católica USA, sigue habiendo una intensa búsqueda de verdad y de justicia, a través del diálogo y del respeto mutuo.
No quiero detenerme aquí en este tema, pues lo vengo desarrollando, a partir de un libro de J. M. Vigil, en otro lugar (cf. Atrio: http://cursotpr.adg-n.es/). Pero lo he querido citar. En medio de sus grandes problemas, la iglesia católica USA ofrece una gran esperanza, no sólo a los cristianos, sino a todos los hombres y mujeres del mundo.