Tres caudillos (Josué, David, Judas) y una “calamidad” llamada  Netanyahu

  Tres han sido los caudillos militares de Israel, conforme a la Escritura: Josué (guerrero imaginario), David (guerrillero coronado) y Judas Macabeo (insurgente derrotado). Ellos han marcado por siglos el simbolismo religioso/militar de Israel y de un tipo de Iglesia cristiana.

Pongo al fin de esta lista  a Netanyahu (calamidad, shoah), promotor de la guerra sistemática de Gaza, desde una perspectiva falsamente israelita (2023). Muchos lectores no me darán la razón, pero así lo veo, con miedo y esperanza al iniciar esta Navidad 2023, cuando los ángeles cristianos cantan “paz a los hombres a los que ama al Señor, Dios de Israel"

Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu In Self-Quaratine after ...

JOSUÉ, CONQUISTADOR IMAGINARIO

 Posiblemente no existió, o fue guerrero marginal, con un nombre famoso (Josué/Jesús) que significa “Dios vence”.   Hubo previamente en Israel guerreros y combates, de los que habla el  Pentateuco (Gen, Ex, Lév, Núm, Dt), pero la guerra total (y final) comenzó según la Biblia tras  la muerte de Moisés, cuando el Dios/Yahvé (=el que es) a Josué, hijo de Nun, que había sido ayudante militar de Moisés, diciéndole: 

Moisés, mi siervo, ha muerto. Levántate pues y atraviese ese Jordán, tú y todo este pueblo, hacia la tierra que yo doy a los hijos de Israel. Todo lugar sobre el que pise la planta de vuestros pies os lo doy, como dije a Moisés... Nadie resistirá ante tí todos los días de tu vida... Cobra ánimo y sé fuerte, porque tú has de hacer que este pueblo tome en heredad la tierra que juré dar a sus padres. Solamente ten ánimo y esfuérzate mucho, actuando de acuerdo con toda la Ley que Moisés, mi siervo, te ordenó. No te apartes de ella ni a derecha ni a izquierda... No se aparte de tu boca este libro de la Ley, antes medita en ese libro día y noche, para que procures obrar conforme  a cuanto en él está escrito, pues entonces prosperarás en todas tus empresas y tendrás éxito... (Jos 1, 1-10).

 La Biblia se convierte así en manual de guerra, guerra imaginaria,  en la que Dios veces sobre el mundo, por medio de Josué/Jesús (Dios vence) a todos sus enemigos.  

Josué había pudo haber sido, como he dicho, el nombre  un guerrero israelita antiguo. pero el libro de su nombre borra (o deja en muy segundo plano) su recuerdo histórico, para venir a presentarse como manual utópico de conquista religiosa de la tierra,  un libro al que sigue apelando Netanyahu, para re-conquistar toda la tierra de Israel. 

Más que un soldado concreto, inmerso en la complejidad de la historia, Josué aparece como testigo de la protección militar de Dios. Por eso, su libro es una especie de novela ejemplar donde los israelitas van experimentando la intervención de Dios que ha guiado y guía a su pueblo: litúrgicamente atraviesan el Jordán, llevando en procesión el arca de la alianza (Jos 3), para conquistar la tierra entera, desde  hasta  Jericó hasta Gaza, desde Edom hasta el Hermón.  Dios mismo le da su espada (la Espada vencedora de todas las guerras, cuando se le aparece cerca de Jericó diciéndole:  Hombre, con la espada desenvainada en su mano. Y Josué fue hasta él y le dijo:

Yo soy Príncipe del Ejército de Yahvé. Ahora he venido. Y Josué cayó rostro en tierra y le adoró. Y le dijo:– ¿Qué manda el Señor a su siervo? Y respondió a Josué el Príncipe del Ejército de Yahvé:– Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar que pisas es santo… Quítate las sandalias y vete a conquistar toda la tierra  (cf. Jos 5, 13-16).

   Este Hombre de la Espada  es  el Ángel de Yahvé de Ex 3, 1-5, el mismo Dios que se aparecía a Moisés y que ahora se aparece a Josué dándole su espada para que conquiste por derecho divino toda la tierra,  aniquilando a todos los enemigos satánicos. ).  Dios mismo se le presenta y habla a Josué como  como Hombre de Guerraish ha milhama (Ex 15, 3).

Josué, y en nuestro caso Netahyahu  aparecen de esa manera como mediadores del poderío de Dios que en aquel que  aparece como el que realmente actúa y vence en esta guerra. Por eso, Josué (Jesús, Netanyahu)  puede pedir a Dios se detenta el tiempo, para completar la obra, matando a todos los enemigo, de Gaza y del conjunto de la tierra:

¡Sol, detente en  Gabaón y tú, luna, en el valle de Ayalón.Y el sol se detuvo y la luna se paró... (Jos 10, 12-13). 

Vea los detalles de la imagen relacionada. Gran diccionario de la Biblia - Editorial Verbo Divino

 Paró en su curso el sol, la luna se detuvo hasta que Josué y los suyos culminaron la victoria, matando a todos los enemigos, sin que ninguna siguiera con vida.

  Así venció Josué y los israelitas conquistaron la tierra prometida, en rápida campaña militar en la que Dios mismo guiaba los pasos de su pueblo. Más que un general humano, estratega en las artes marciales, Josué aparece así, en el principio de la historia militar israelita, como ministro religioso de la guerra santa, soldado imaginario, victorioso, destructor…

Él es el primero y en algún sentido el más grande de todos los soldados de esta galería de figuras militares del AT. Obedeciendo a Dios y cumpliendo su Ley ha ganó la primera guerra santa: la espada del Hombre de Dios guaba, concediéndole victoria.

Pero ese Dios de la guerra de Josué no era el Padre de Jesús de Nazaret, Dios universal de todos los pobres del mundo, éste no es el Dios israelita de Isaías y del libro de la Sabiduría. 

 DAVID, EL REY MESIÁNICO, GUERRILLERO CORONADO

Tampoco David es un héroe religioso que pueda ser venerado e imitado por cristianos.  1 y 2 Sam han querido presentar su historia en un relato lleno de luces y sombras, especialmente en lo que toca a su tragedia familiar: las divisiones y luchas de sus hijos. Pues bien, en medio de esas divisiones, Dios mismo va guiando el camino de David en una línea "mesiánica", si es que vale esa palabra. Dios es quien actúa y no David; sólo Dios quien la pervivencia de su trono

Este mismo criterio de acción divina puede y debe aplicarse a su historia militar que ha iniciado Netanyahu, convencido de que  gigante militar que es Goliat, con todos los enemigos anti-israelitas, desde Gaza, Filistea, al fin del mundo. David, sólo muchacho, un pastor adolescente derrota al gigante que es el símbolo de los poderes del mal. Conforme a un texto más antiguo (2 Sam 21, 19), el  soldado que venció Goliat era un hombre llamado Elkana, uno de miembros de la escolta de David.  Pero en la propaganda posterior de Israel fue David (y en los tiempos nuevo Netanyahu) el que derroto a Goliat, representante de todos los pueblos y estados enemigos, desde Gaza y Palestina al fin del mundo. Así cuenta la Biblia su historia:

 Los filisteos estaban sobre la montaña, de un lado, y los israelitas sobre la montaña, del otro lado, y entre ellos mediaba el valle. Y entonces salió de las huestes filisteas el retador, llamado Goliat, natural de Gat; su altura era de seis codos y un palmo. Un yelmo de  bronce cubría  su cabeza y iba vestido con una coraza de escamas, siendo el peso de la coraza de cinco mil siclos de bronce. Cubrían sus piernas grebas de bronce y llevaba una jabalina de bronce sobre sus espaldas. El asta de su lanza era como un engullo de tejedores y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro. Le precedía su escudero.   (1 Sam 17, 1-11)

Goliat es el símbolo del Guerrero Fuerte, profesional de la violencia, un tipo de símbolo de Hamas, armado con todas las armas del mundo. Es claro que nadie le puede vencer en un plano militar. Pero allí donde todos se esconden de miedo, sale a la palestra David,  pastor y guerrillero,  dispuesto a luchar contra Hamás, el filisteo:

 – Cuando el filisteo miró y vio a David le menospreció: era un muchacho, rubio y de lindo aspecto. Y el filisteo maldijo a David por sus dioses y dijo después a David: ¡Ven a mí, que yo entregaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo!

– David replicó al filisteo: ¡Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina; más yo voy a tí en el nombre de Yahvé de los ejércitos, Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has escarnecido. Hoy te entregará Yahvé en mi mano y te mataré y cortaré tu cabeza de sobre ti... y todos estos aquí congregados sabrán que Yahvé no salva con espada ni lanza, pues a Yahvé pertenece la guerra y os entregará en nuestras manos (17, 43-47).

 Estamos, pues, ante una lucha religiosa. Los enemigos, simbolizados por Goliat de Gaza, son los poderes demoníacos del mundo…  Pero se eleva David, el Netanyahu antiguo: 

 Y sucedió que cuando fue el filisteo y se puso en marcha, dirigiéndose al encuentro de David, se apresuró David a correr hacia la línea de batalla, al encuentro del filisteo. Luego David alargó la mano al zurrón, tomó de él una piedra, volteó la honda e hirió al filisteo en la frente, clavándole la piedra en su frente y haciéndole caer de bruces en la tierra. Así venció David con la honda y la piedra al filisteo: le hirió y mato sin que hubiera espada en su mano. Luego, David se echó a correr y se acercó al filisteo y, agarrándole la espada, la sacó de la vaina, le remató y le cortó con ella la cabeza(17, 48-51).

Esta es la guerra de las guerras, la batalla de todas las batallas de la Biblia. Se trata de matar a todos los “goliates”, con una honda de pastor, con una piedra o canto rodado del camino. Este David guerrero está en la línea de Josué; con la ayuda de Dios ha triunfado y no por méritos o fuerzas militares de la tierra.  Pero ese Dios que da el triunfo a David no es el Dios de Isaías y Job, no el Dios profetas de Israel, ni el Dios de Jesucristo, crucificado por los “goliates” de Templo de Jerusalén y de Roma

JUDAS MACABEO, HÉROE FINAL

     Conforme a la historiografía judía, David venció a Goliat, y estableció un reino “eterno”, pero ese reino fue derrotado y los judíos cayeron en manos de asirios, babilonios, persas y sirios. En ese contexto, en tiempo de los sirios, surgió el movimiento de los guerrilleros (¿terroristas?) macabeos, y al frente de ellos  ha puesto la tradición a Judas Macabeo.  Así le presenta el primer libro de los macabeos:

 Judas Extendió la gloria de su pueblo,  se revistió la coraza como un gigante, ciñó sus armas y trabó combates, protegiendo el ejército con la espada. En sus empresas era como un león, como un cachorro que ruge tras la presa. Fue buscando y persiguiendo a los sin Ley, que perturbaban a su pueblo… Los que rechazaban la  Ley se de Israel acobardaron por temor de él, los transgresores de la Ley se vieron confundidos, por su mano se llevó a buen término la liberación….. Recorrió las ciudades de Judá y destruyó totalmente a los impíos, apartando la ira de Israel; su fama llegó hasta los confines de la tierra, y congregó a los que se estaban perdiendo (1 Mac 3, 2-9).

En esa línea entiende su guerra Netanyahu: como sucesores de  los celosos de la Ley (Abrahán, José, Finées, Josué, Caleb, David, Elías, Ananías-Azarías-Misal y Daniel: cf. 1 Mac 2, 52-60) han querido matar enemigos y ganar la guerra del fin de los tiempos.   Así desaparece Israel como pueblo de Dios y se convierte en un alfil o torre, caballo o peón de las infinitas guerra de la tierra. Judas venció y mato a Nicanor, que era por entonces  como el jefe de Hamás ahora, pero en la siguiente jugada del ajedrez de la guerra murió también…  Pero el Dios de Israel, que Jesús invoca como Padre no está con Nicanor ni con Judas Macabeo.

NETANYAHU ¿HEROE DE LA GUERRA DE GAZA? UNAS PREGUNTAS

Benjamín  Netanyahu (Tel Aviv, 1949) es desde  diciembre del año 2022 primer ministro de Israel, cargo que también ocupó desde 1996 a 1999 y desde 2009 a 2021.   Su figura política y militar ha sido y sigue siendo muy discutida, dentro y fuera de Israel.  Aquí quiero situarle a la luz de los tres grandes políticos y soldados de Israel.

 La guerra actual de Gaza (XII 2023) tiene muchos claro-oscuros. Plantea más preguntas que respuestas. Llevo más de 40 años estudiando el tema, no tengo respuesta. Puedo ofrecer sólo doce anotaciones, que responden a  mis sentimientos, más que a mis razones. 

Estamos en guerra, no sabemos qué es verdad y qué es mentira… (Como dice Emmanuel Levinas, Totalidad e infinito, y como asegura Ap 13), lo primero que muere en la guerra es la verdad… de forma que no sé quien me miente o me engaña…El oficio de la guerra es mentir y engañar, y mintiendo se destruye nuestra humanidad, pues como sabe la Biblia judía: El justo, la justicia, vive por la fe (Habacuc 2, 4).

Recuerdo de infancia, un día después de la proclamación de la independencia del Estado de Israel, el año 1948. Yo era un niño, siete años, bajo el alto de la Lunada, en el destierro. Escuché la discusión del cura (socialista) y del alcalde (falangista), adversarios pero amigos… No entendí mucho, pero supe que decían: Israel se ha hecho un Estado independiente; según la Biblia (Romanos) y según la ideología falangista (poblada de conspiraciones judeo-masónicas) con el triunfo de Israel vendría el fin del mundo. Ahora, pasados 75 años, pienso que aquella conversación entre Don Vicente y don Santiago, era profética… Si Israel quiere ser Israel en la línea Netanyahu este mundo pierde su sentido.

Mi admiración por Israel ha sido y es inmensa, mi patria intelectual ha sido el judaísmo. He defendido dos tesis doctorales sobre sobre la historia y sentido de Israel, he escrito por lo menos seis libros sobre el tema. Creí durante mucho años, en contra del cura y alcalde de San Roque de Riomiera, que el Estado de Israel sería (con la iglesia católica) garantía de futuro de humanidad sobre la tierra. Pero ahora, en unos años de caída en picado de un tipo de Iglesia y de militarización total de Israel, pienso que las profecías del cura y del alcalde franquista pueden cumplirse.

Sigo creyendo en el Israel del Espíritu (como decía Pablo en Romanos), pero el Israel de la carne (de la ley del talión y de la venganza guerrera) me ha vencido. Hoy me cuesta confiar en el Estado de Israel, me hace muchísimo daño… Amo al “Israel del Espíritu”, de los rabinos misnaicos, de los talmudistas y cabalistas, de los pensadores y poetas, de los místicos y artistas… Sigo necesitando de Israel para ser cristiano, occidental, moderno… Pero el Estado de Israel me hace daño. Se lo digo a ellos, a los cientos de judíos que he conocido. Si dejaran de apoyar la ley del Estado militar, si se atrevieran a vivir al descampado de la tierra, en comunión de pueblos, los judíos podrían ser uno de los pilares de la nueva humanidad.

Pero eso no se lo pide sólo a Israel, se lo pido a la Iglesia cristiana… a las iglesias: que dejen de divinizar a sus estados (España, USA. RUSIA…). Quiero una iglesia sin estados, sin poder económico, sin leyes de imposición… Una iglesia de los pueblos (no de los estados), de emigrantes y los pobres, todos los compañeros y amigos del mundo.

El estado de Israel tiene mil cosas buenas, de pluralidad interna, de un tipo de democracia directa, pero, al final, en el fondo, por una mímesis que se explica psicológica y antropológicamente…  se está convirtiendo de hecho en una imitación del Estado tipo Nazi (dime contra quien combates y te diré quién eres). El Estado de Netanyahu (no el de los pioneros de Israel) tiene un dogma de fondo, que es la “divinidad del pueblo de Israel” (en la línea de la divinidad del pueblo alemán…).Por eso, para conservar esa “identidad divina” (esa elección, esa diferencia esencial) todos los medios son buenos. Esa es, a mi juicio, la fe de fondo de Netanyahu y de sus halcones militares. No estoy defendiendo a Hamás, sino todo lo contrario (como diré mañana o pasado), sino viendo lo que pasa día a día… Ciertamente, hay dentro del Estado de Israel tesoros de humanidad, de solidaridad, de compasión… Pero al fondo rige la ley primera: Todo lo que sirva para el Estado de Israel es bueno (ése es su imperativo categórico).

En ese fondo, sin saber del todo lo que pasa, tengo el convencimiento de que en el comienzo de esta guerra no se encuentra sólo Hamas… Pienso que el Estado de Israel (la Mosad) sabía lo que se estaba preparando… y dejó que pasara, para herir después con más fuerza y destruir hasta la nada a los enemigos, entendidos como demoníacos… Ésta es la primer ley de la política del mundo, perfectamente narrada en Mc 3: El Diablo/Satán sacrifica a unos peones de segunda categoría, para así apoderarse del mundo entero. Pienso que Netanyahu y otros de su élite han dejado “perder” a unos rancheros del borde, incluso en su fiesta, para descargar después su bomba total contra todos los enemigos de la franja, para destruirla físicamente, para apoderarse de sus “bienes” (metales raros, un tipo de gas…).

Ésta es la ley del sacrificio, perfectamente representada en la fiesta del Yom Kippur, con el chivo expiatorio y emisario (Lev 16). Pero esa ley necesita mucha inteligencia, y creo que Netanyahu no la tiene, le puede pasar lo que a su padre, cuando escribió la historia de la expulsión de los judíos de España (se dio cuenta de que la presumida heroicidad judía no era tal, pues dos  tercios de los judíos de España del XV y XVI prefirieron pactar, en vez de salir al destierro)

Pero el mal no es solamente de Israel. Netanyahu no está sólo, sino en manos de los comerciantes de la muerte (Am 2-3). Ése es el tema de fondo… Esos comerciantes (que no son el Estado de USA, aunque muchos son de USA) están aprovechando la guerra para vender armas… en un juego en el que apuestan e invierten dinero USA e Inglaterra, Francia, Ucrania, Rusa, Irán etc. etc (o, mejor dicho, las grandes corporaciones económicas). 

Tengo el convencimiento de que Israel como Estado Militar triunfante que quiere Netanyahu tiene los años contados… Morirá esté Israel de Estado totalitario y moral de venganza (ojo por ojo…), pero surgirá de nuevo, de otra forma, el Israel el Espíritu de las promesas de paz de Isaías, del siervo que da la vida, del pacto por la paz. O cambiamos de estilo de vida o morimos todos.  Hay un Estado de Israel tipo Netanyahu que se empeña en la escalada del conflicto de guerra y de muerte,  como sabían el cura socialista y el alcalde falangista de San Roque de Riomiera… Pero hay una mayoría de judíos que, educados por Isaías y Ezequiel, por los Salmos  de la Biblia y los rabinos hasidim de muchos siglos, harán que caiga Netanyahu y este tipo de Estado de Israel.

Por eso es Navidad, una fiesta originalmente judía, pero desarrollada por los cristianos, como dijo Hanna Arendt y como siguen diciendo millones de israelitas, contrarios a este tipo de Estado de Israel. 

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