No la Razón, que para los cristianos es Cristo Crucificado (1 Cor 1), sino unas razones que brota del Jesús de Marcos (Pagola) y del Jesús de unas definiciones de la Iglesia (Obispo de Getafe). Es evidente que, a mi juicio, esas dos “razones” no se oponen y me parece bien que estén ahí y que se confronten, amistosamente, que eso es lo cristiano (pensando que una, la razón del sumar, es más importante que la del restar y dividir).

Pagola tiene la razón del sumar (el multiplicar), con el Jesús de Marcos, abierto a todos los enfermos y excluídos, a mujeres y niños, a pobres, en gesto de comida multiplicada, sin pedir carnet de identidad, en el monte o en el llano (dos veces). Pagola tiene la razón del Reino de Dios que Jesús ha proclamado en Galilea, entre las gentes de la orilla de un lago/mar abierto a todos los pueblos, en la frontera caliente de Tiro y Sidón, en la Decápolis de todos los demonios que deben ser acallados, para que la gente se siente y hablar, sin herir a los demás, sin piedras en la mano (Mc 5).

El Obispo de Getafe y sus censores dicen que tienen la razón del restar (y el dividir),la del Dominus Jesús, sobre la unicidad de la Iglesia católica como religión verdadera-; la razón del CEC, de la Dei Filius -constitución dogmática sobre la fe del Vaticano I-, del Credo del Pueblo de Dios, de la encíclica Veritatis Splendor de Juan Pablo II, y de los textos del Concilio de Trento (así lo han dicho todas las notas de prensa que he leído)... Son bellísimas razones a las que se podrían agregar las del Concilio de Constantinopla III (de Justiniano, muy sabrosas) y las de otros muchos documentos. Admito todas esas razones, pero, en principio, ellas están más pensadas para restar (y dividir) que para sumar y multiplicar. Son necesarias, pero no se pueden poner por encima de las razones de Marcos y Mateo, de Lucas y Juan.

Pagola no quiere hacer oficio de “restar”, que es oficio bueno, pero no es el primero, el primero es sumar, lo que hacía Jesús, abriendo un espacio para todos en su mesa. Ni siquiera pretende ofrecer en este libro el único evangelio (que es el de la mesa es el de la mesa abierta para todos, según Pablo en Gal 1-2)… sino el de Marcos. Significativamente, la Iglesia antigua, después de haber quedado muy contenta con el evangelio de Marcos, dijo: «Vamos a sumar, pongamos al lado el de Mateo, y Lucas, e incluso el de Juan… No nos olvidemos del difícil "hermano" Pablo (no lo digo yo, lo dice 2 Pedro), tampoco olvidemos a Hebreos…». Aquella Iglesia hizo oficio de sumar, pensando quizá que ya vendrían luego tiempos de restar y dividir, que para todo hay lugar en la Iglesia (con una interpretación sesgada del Qohelet: tiempo de sembrar, tiempo de segar, tiempo de sumar, tiempo de restar….).

El obispo de Getafe y sus censores cumplen el buen deber de “restar” (de decir que no todo se puede sumar) y de dividir (diciendo que no todo se puede mantener…). Pero allí donde el restar y el dividir dominan y se imponen por decreto… al fin no queda nada, ni nadie, sino sólo el decreto de los que restan y dividen. Significativamente, en la línea del restar y el dividir se sitúan las acusaciones que los censores del obispo de Getafe lanzan a Pagola:

a) Que relativiza la verdad…diciendo que hay varias perspectivas (Pero eso lo dijo la Iglesia al aceptar cuatro evangelio, no uno).

b) Que no importa la verdad, sino la acción…. (Pero en Jesús la verdad es acción, no pensamiento, como lo sabe cualquiera que se haya enterado un podo de pensamiento hebreo…, cualquiera que haya leído un poco de Pablo en 1 Cor: los griegos buscan verdad, los judíos quieren acción…, pero nosotros… confesamos a Jesús crucificado). Pagola ha querido buscar las razones de por qué crucificaron a Jesús: Porque SUMABA Y MULTIPLICABA demasiado, sin restar, sin dividir…

c) Acusan, en fin, a Pagola de negar la existencia del Diablo… (Pero eso es lo que hacía Jesús, negaba su existencia, le expulsaba… diciendo que la Casa era de Dios y de los hombres: Mc 3). Negar la existencia del Diablo es luchar contra el Diablo, sumando, multiplicando, acogiendo…

Quería seguir comentando la visión de fondo de Marcos y de Pagola, apelando al testimonio de mi querido R. Pesch, el biblista más citado por el Papa Benedicto XVI en Jesús II. Pero este post se alarga. Si a alguien le interesa le sigue interesando el tema, por los comentario, hablaré de ello (del Jesús de Marcos, leído por Pesch y Pagola... y por Benedicto XVI, más cerca de Pagola-Pesch que de sus censores) el próximo lunes.

POSTDATA

Agradezco infinito a todos los que ayer han comentado mi post, aunque lamento que algunos utilicen más el tema puro restar y dividir (en gallego, castellano o euskera)… Me gustaría que no olvidemos que hay cuatro reglas (sumar y multiplicar, restar y dividir…). Y que Jesús fue más un hombre del sumar (llamó a todos) y del multiplicar (quiso que hubiera panes para todos…)… y que le mataron los del restar (sólo nosotros, los del buen templo de Jerusalén) y los del dividir (los del divide et impera romano del “buen” Pilatos).

Personalmente me gusta más el suma y sigue que el resta y para... Pero comprendo que haya personas (y varias en mi blog) que prefieren en resta, expulsa y para (quedamos nosotros). Para esto estamos dialogando... El mero hecho de dialogar implica ya que importa más el suma... y vamos juntos

El oficio del obispo de Jetafe y de sus censores me parece necesario… para orientación en la carretera, como las señales del prohibido y las limitaciones de velocidad… Pero con prohibiciones y limitaciones no anda el carro, no vuela el coche. Hace falta gasolina y la de Jesús es infinita. Buen día a todos.