Quiero que volvamos a Jesús (con Gonzalo Haya y Francisco Mateo)

Julio es en España tiempo de encuentros académicos. Más de treinta universidades y otros centros culturales ofrecen sus cursos de verano sobre diferentes temas de actualidad, entre los que se encuentra Jesús y el cristianismo primitivo. En este contexto quiero volver a Jesús, reflexionando sobre un tema que ha inquietado no sólo a la Conferencia Episcopal Española (nota sobre el libro de Pagola) sino a miles y miles de lectores. Lo haré en los próximos días, desde mi propia perspectiva. Comienzo hoy, día de Santo Tomás apóstol, ofreciendo dos lecturas de lo que ha venido siendo mi trabajo sobre el tema a partir de mi libro sobre Hijo de Hombre. Jesús Galileo. Una es de Gonzalo Haya, fino teólogo, asiduo de este blog, que recoge y comenta una conferencia que impartí sobre el tema hace dos meses en Madrid (siguiendl el tema del libro citado). La segunda es una recensión que F. Mateo, poeta y pensador, ha hecho de mi libro, elevando en tono poético y filosófico las preguntas fundamentales. Sigue estando en el fondo la temática de ayer, con el amigo Gelpi y con San Pedro: ¿Quién dicen los hobmres que es el Hijo del Hombre?.

Gonzalo Haya:
Reflexiones sobre tu conferencia “La vida y el mensaje de Jesús”


Pongo entre comillas (“...”) lo que yo percibí de tus palabras, aunque no sé si son citas exactas.

“Jesús fracasó al seguir a Juan, fracasó en Galilea y en Jerusalén”. ¿El método de Jesús lleva al fracaso? Fracaso relativo, porque después de 20 siglos Jesús sigue influyendo en el mundo, pero fracaso en implantar la justicia en este mundo: “a los pobres siempre los tendréis con vosotros”.

“Jesús evitó las ciudades” ¿Es realista aplicar el método o estrategia de Jesús? ¿Es solamente un fermento, pero no un pan comestible? ¿Es un plan para comunidades, pero no para un gobernante? ¿Es una utopía que orienta, pero que no se alcanza?

“Jesús fue radicalmente judío y radicalmente universal”. Creo que llegó a este pluralismo universal profundizando en su conciencia humana. La Torá y los Profetas le sirvieron para leer más fácilmente en su conciencia la voluntad del Padre para los hombres.

“Cada vez que leemos un comentario a la Biblia encontramos interpretaciones diferentes”, y muy diferentes. Cada uno la interpreta a su manera. ¿Nos dejaremos influir por estas interpretaciones fluctuantes? ¿Cuál es la verdadera interpretación? Jesús tuvo que conocer pasajes de la Torá verdaderamente inhumanos. Jesús no los tuvo en cuenta porque no correspondían a la voz del Padre en su conciencia. Hubo una interpretación objetiva de las palabras de Jesús en su momento, lo que él pretendía comunicar; pero sus palabras –mejor o peor traducidas por los evangelistas- cobran un sentido humano universal, como la poesía, que adquiere diversas interpretaciones en cada persona y en cada momento. Para cada uno, esa puede ser su verdadera interpretación en ese momento.

Creo que la Biblia, los libros sagrados de otras religiones, los ejemplos heroicos o sencillos de nuestros semejantes, son como un proyector de rayos X que descubre lo que está escrito en nuestra conciencia con tinta invisible.

Toda religión es una puesta en escena de un humanismo ético; es una socialización del encuentro con Dios en la conciencia.

“Jesús volvió al espíritu de la creación: En el principio no fue así...”. Este espíritu está en todo hombre –“a su imagen y semejanza”- y en toda religión.

“Jesús fracasó en su lucha contra el Templo”, aun después de 20 siglos.

Jesús se consideraba enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel, pero reconoció que entre los paganos había personas con más confianza –fe- que en Israel. No es cuestión de religión, sino de conciencia.

“Al denominarse Hijo del hombre se consideraba un hombre más”. ¿No se consideraba como el Mesías prometido?

“Jesús impulsó un movimiento no una nueva religión”. Habría que sacar las consecuencias. Me da la impresión de que eres bastante conciliador. Eso es positivo porque evita la reacción defensiva; pero Jesús no se mostró conciliador con los Escribas y sacerdotes, se mostró conciliador y acogedor con los marginados. Habría que volver a lo que decía sobre la interpretación personal y en cada momento.

“Los grandes fundadores frecuentemente fueron expulsados de la obra que crearon”. Se me ocurre escribir algo así como “Jesús traicionado”, pero yo no puedo hacerlo con datos, sólo con sugerencias. Creo que la institucionalización del movimiento de Jesús -que en cierta medida puede ser una estructura básica de mantenimiento, como las comunidades rurales de Galilea- necesariamente termina convirtiéndose en una vuelta al fariseísmo, en una traición al movimiento. Habría mucho que decir sobre Pablo. [[Hasta aquí G. Haya. Gracias]]

Francisco Mateo
Recensión sobre el libro “Hijo de hombre” (Tirant lo Blanch, Valencia 2007?


Después de una lectura sobre un libro de Jesús, siempre se queda uno exhausto y contenido, como si no hubiera ya nada más que añadir, porque hemos quedado atrapados en el discurso de nuestra propia intimidad.
Por eso, hablar de Jesús, siempre me ha parecido una demasía; habida cuenta que, los contenidos sobre la información que dan los evangelios, no bastan para tener una experiencia en primera persona sobre Jesús. ¿Alguien sabe con exactitud quien fue Jesús? ¿Es suficiente para su conocimiento la fe eclesial que las corrientes de la historia nos han transmitido? Los enigmas que la exégesis de los teólogos nos transmiten nos ponen frente al umbral de un contenido misterioso que no es suficiente para colmar el objeto de la fe. Fe en un hombre, cuya vida, es la escritura humana de la historia de Israel.

Pikaza se ha aventurado a perfilar un personaje, que, sin estar construido de puras ficciones, quiere postular posiciones sólidas frente a la humanidad y la trayectoria definida de Jesús Galileo. No me atrevería a decir si hay consenso o no, sobre las distintas realidades que se constelan en torno a Jesús como ser histórico o como experiencia histórica compartida. Tampoco me atrevo a decir si hay consenso sobre su presencia en lo vivenciad lleno de onticidad o de experiencias de Espirita, que va a fundamentar la mayor parte de los atisbos y formalizaciones culturales de los últimos dos mil años en occidente. Todo esto da constancia de la historia del cristianismo. Si la historia del cristianismo ha sucedido en torno a un Jesús real y vivo o a uno meramente teológico e ideológico no nos corresponde dilucidarlo a partir de esta obra.
Con todo, ¿cual es la onticidad de Jesús Galileo? ¿su humanidad arrojada al huracán de la historia? ¿Una experiencia de Dios explicada y retroyectada en lo humano?...Sólo sabemos de Dios, lo que ha decantado la historia como trasfondo de una hermenéutica trascendental, cuyos embates sostienen la osadía de no ser más que humana para luego hablar de algo más allá de lo humano.
De no ser la historia otra cosa que humana, no se sabría nada de Dios. Jesús es un ejemplo de ello, porque, pudo cumplimentar que la historia tuviera rostro humano, e incluso, fue más allá de la posibilidad histórica de la génesis de ser hombre. ¿Qué es lo que hallamos en Jesús? ¿El hombre? ¿o la autoafirmación divinizada de la epifanía de lo humano?
Los evangelios tan solo ofrecen experiencias paradigmáticas postuladas por su fe en la concreción de Jesús, sea bajo un enfoque teológico que supera la pura fenomenología de lo humano, o simplemente porque las acciones de Jesús trascendían la crasa facticidad de la historia.

En estas tesituras nos ha colocado la lectura del Libro “Hijo de hombre”, en el trasfondo de las líneas de los evangelios que le hacen decir, a Xabier Pikaza, bastante más de lo que supone la evidencia. Pikaza dice más que la pura historia, pero, en cualquier caso, sin agotar el enigma frondoso de Jesús Galileo.

De este modo, la lógica de la sociología de Palestina y de las fuerzas que rigen los acontecimientos humanos,
nos diseñan unas siluetas fortísimas y luminosas, de lo que en la concreción humana de Jesús sucedió
–¿o diseñan sólo aquello que hemos decidido entre todos que sucedió y, se llegó a poner de manifiesto más o menos velado, en la experiencia pascual de sus amigos?.
Vemos en el libro de Pikaza las vecciones de la tradición israelita que hicieron del Galileo lo que fue, vemos su fuerte resonancia en las encrucijadas sociales y políticas de Palestina, palpamos la visión de humanidad y libertad más allá de lo supuesto por los acontecimientos; y nos queda sin resolver en el libro lo que es i la posible divinidad de Jesús:
si esa divinidad es un a-priori en su historia
–o si ella algo que la misma historia ha hecho transmitir en consecuencia.
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