J. M. Vidal y las cruzadas de J. Losantos y M. Camino

Conozco a José Manuel López Vidal desde hace bastantes años. Vino a Salamanca cuando yo era catedrático de Teología en la “universidad pontificia”.

. Hablamos, comimos y supimos que podíamos confiar uno en otro, desde nuestras diferencias. Más tarde, cuando me quitaron la cátedra, me ofreció un lugar en su “universidad virtual”, diciéndome sólo: «Escribe lo que quieras, pero procura buscar algún tema de actualidad y no seas muy largo, que te enrollas». Hoy quiero darle gracias por su acogida y amistad, en contra de aquellos que le han acusado duramente, en relación a las “cruzadas” de Losantos y Camino. Sabe bien que no comparto todo lo que dice, con algunas formas de decirlo, pero estimo mucho lo que hace y le ofrezco desde aquí toda solidaridad

«¡Gracias, Vidal! ¡Tú sigue, que seguimos! El espacio que tú abres nos resulta necesario, pues en tu religiondigital caben casi todos, todos los que quieren. Faltan quizá algunos obispos y teólogos (y algunas voces de la periferia hispana y de América), pero los demás están (¿estamos?) casi todos y eso lo has hecho posible tú, creando la Iglesia virtual más significativa de España y quizá de todos los países de lengua hispana». Pero paso al tema de las “cruzadas”.

Vidal y la última cruzada de Jiménez Losantos en la COPE

Prácticamente no le conozco. He oído sólo un programa y medio de los suyos. Uno porque hay que oír, otro para asegurarme de que había oído bien… Había oído bien y así, a la del segundo programa, desconecté la radio. Tengo muchas cosas que oír, que estudiar, que aprender, no puedo perder el tiempo con Losantos… A la mañana me gusta rezar un poco. El modo de argumentar, de insinuar, de avasallar de este “líder” de la COPE me resulta insoportable. Sin duda, la mejor solución a su “problema” sería que nadie le oyera, al menos desde una emisora de la iglesia. En este contexto quiero ofrecer cuatro reflexiones:

1. Losantos tiene derecho a hablar (con la limitación que le impongan los tribunales, que ya le han condenado una vez). Por eso, estoy a favor de que pueda coger un micrófono cada mañana y decir desde allí, si quiere, sus verdades ingeniadas. Pero me gustaría que nadie le oyera y opongo absolutamente a que ese micrófono sea de mi querida Iglesia. Cada vez veo más gente que deja de confiar en la Iglesia por Losantos… y los que, en la línea de Losantos, confían en la Iglesia no es por el Evangelio.

2. Losantos constituye en este momento un problema grave para la cúpula eclesial del Episcopado. Por lo que veo, casi ningún obispo quiere defenderle ya. ¿Por qué sigue? Ese es un misterio de intereses creados, de inercia administrativa, de dineros… y quizá otras razones que no sé explicar… Sea como fuere, Losantos es hoy un problema para la Iglesia española, un duro grano, difícil de arrancar.

3. Lo que ha informado J. M. Vidal sobre “la marcha de Losantos” me parece claro. Quizá al principio daba la impresión de exagerar cuando dijo que Losantos se iba (le echaban) y pensamos que se iba para el siguiente telediario (¡esa misma tarde!). Pero después me di cuenta que en general la Iglesia no actúa así, de improviso, sino que espera, espera... hasta el buen momento. Por eso, ls “marcha de Losantos” podía (y debía) durar algo más, quizá unos meses, pero la suerte estaba ya echada. Los que conocemos algo el funcionamaiento de las "entrañas" oficiales de la Iglesia sabemos que las cosas suelen ser asi: los procesos están ya decididos, pero tardan en culminar. Vidal ofreció los buenos argumentos, los que son de base, de la mayoría de los obispos… unidos a un tipo de “wishful thinking”, que es fundamental en todo periodismo. Pudo equivocarse en la "fecha externa", acertó en la realidad de base, al indicar que, según la mayoría de los obispos, Losantos se iba... y se va (los biblistas hablamos de un retraso de la parusía ya fijada, un ya, pero todavía no). Por otra parte, en esa línea, lo que dijo Vidal ha contribuido y sigue contribuyendo a “poner en marcha y dar carbón” al tren de despedida de Losantos. Conozco algo a los obispos y sé que no suelen actuar por un “impulso inmediato”. Dejan pasar los días para hacer las cosas cuando les conviene. Estoy seguro de que esto es lo que pasa nuestro caso; desde ahora, en la Cope, según el "ideario", Losantos es ya un hombre acabado... y cuando más tarde en irse peor para él.

4. No he escuchado en directo lo que Losantos ha dicho de Vidal/Vidalín, porque no oído su radio, pero sé que lo ha dicho. Por eso, quiero decirle a J. M. López Vidal: ¡No te preocupes”. Éste es de los casos claros del Quijote:… luego caminamos. Como nos has dicho, a Losantos le queda ya poca cruzada no cristiana en la COPE, que debería ser cristiana (que se dice cristiana, como dicen sus “idearios” que nos han repetido hasta la saciedad).

Vidal y la cruzada de Martínez Camino en Teología.

A Camino le conozco, todos los del oficio nos conocemos en el pequeño mundo de la teología hispana. Me han dicho que me citó bien en su tesis sobre Pannenberg y Jüngel. Pasó varias veces por Salamanca, coincidimos en algunas reuniones. Le he visto siempre como un hombre de cruzada, aunque quizá en línea un poco equivocada. Pues bien, lo que Vidal ha escrito sobre él me parece de lo más interesante, en relación con el “caso Pagola”, que en el fondo es el “caso Camino”. El problema no es el libro de Pagola (que ya he presentado y defendido en otra ocasión), sino el deseo de imposición teológica (¡seguramente con buena intención) de M. Camino. En este contexto quiero ofrecer también cuatro reflexiones.

1. J. M. L. Vidal ha mostrado con gran sagacidad periodística que el tema de fondo no son las posibles omisiones del libro de Pagola, que podría necesitar ciertas notas clarificadoras, para algunos lectores, como la que él ha puesto y como las que Uriarte, su ordinario, ha aceptado al ofrecerle el Nihil Obstat (que es por ahora la única palabra oficial sobre el tema). Son conocidos los nombres de aquellos teólogos que han leído por encargo de Uriarte (y de otros obispos) el libro de Pagola y le han defendido. Camino y los suyos no van a encontrar otros mejores para condenarle. Además, querido Camino, deja la cruzada, no quieras dividir a los teólogos y fieles. Y a ti, Vidal, gracias por hacernos ver la cruzada de Camino.

2. Como he dicho, a Camino le conozco. Como fue pública y se ha comentado por España y América, evocaré una anécdota. Estábamos en una reunión conjunta obispos/teólogos para dialogar sobre ciertos temas. Cada teólogo (con doctorados y cátedras mayores que las de Camino) iba diciendo “yo creo que…”. Y Camino, al final de cada discurso, puntualizaba “si, pero”, encontrando en cada teólogo un fallo, una herejía… Sólo él parecía tener la verdad completa. Y así, como Secretario de la Comisión de la Doctrina de la Fe, se sentía con el deber de amonestar a todos. Yo, que debo tener poca paciencia, me levanté y le dije ante todos: “Camino, eso que tú dices y haces no tendría derecho de hacerlo y decirlo ni siquiera el Papa, que tiene que escuchar también a todos. ¿Por qué no te callas y dejas que hablemos?”. Evidentemente, se creó un silencio en la gran sala. Al acabar la sesión, le esperé para tenderle la mano… pero él no me la dio, pensando, sin duda, que primero yo debía convertirme y que sólo después me `podría dar su mano (recordando quizá el gesto de Gal 2, 9, donde dar la mano significa compartir la fe). En el hueco de mi mano sigo esperando la suya. No sé si seguirá pensando que a los “distintos” no se les da ni siquiera la mano, ni se le dice “hola” (Si alguien va a vosotros y no lleva esta doctrina, no le recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!; 2 Jn 2, 10; de todas formas, no sé el tema viene al caso).

3. Camino es un hombre de cruzada. Es inteligente, es honesto, es muy capaz…, contemplativo y asceta. Guiando bien sus inmensas cualidades puede ser un gran hombre de iglesia. Pero quizá debe dejar un poco al lado su aire de cruzada, descargar la escopeta y dejar que los demás vayan diciendo, pensando e incluso equivocándose… porque sólo donde hay posibilidad de equivocación hay verdad (como sabe bien la ciencia)… y sólo donde hay amor se puede “hacer la verdad” (como sabe Ef 4, 15). Él es amigo de Ignacio de Loyola, amigo de Benito y Bernardo. Con su saber, su capacidad de trabajo y su entrega por la causa puede hacer un gran trabajo en la Iglesia. Si yo pudiera pedirle algo a Rouco, le pediría que pusiera a Camino en un lugar de apostolado directo, ante la realidad/realidad, olvidándose por un tiempo (¿quizá durante diez años) de la cruzada anti-pagola y de la Congregación de la Doctrina de la fe. Ganaría Camino, ganaría la Iglesia.

4. Todo esto iba en el fondo para decirle a Vidal que siga estando donde está. Desde aquí le doy las gracias por su confesión de fe y de amor, así como lo ha dicho, en público, ante todos los medios, respondiendo a las críticas de Losantes. José Manuel, has dicho lo que sabíamos casi todos; eres hombre de fe y de cristianismo, de matrimonio y familia…Desde tu puesto difícil, con riesgo de equivocaciones, amas a la Iglesia. Buen día de San Xoan: que las hogueras de ayer te iluminen y calienten para seguir caminando mañana.

Volver arriba