Francisco agradece la liberación de los dos curas en Ucrania, y pide "que todos los prisioneros regresen a casa" La advertencia del Papa a los pastores: "Una autoridad que no es servicio, es dictadura"
El 'autoconsejo' del Papa: "La misión que Jesús confía a Pedro no consiste en atrancar las puertas de la casa, sino en ayudar a todos a encontrar el camino"
"No es necesario accionar mecanismos y cerrojos de seguridad, sino cultivar virtudes como la paciencia, la atención, la constancia, la humildad"
“Pienso con dolor en los hermanos y hermanas que sufren por la guerra, pensemos en todas las poblaciones heridas y amenazadas por los combates. Que Dios los proteja a los que luchan por la paz”
“Pienso con dolor en los hermanos y hermanas que sufren por la guerra, pensemos en todas las poblaciones heridas y amenazadas por los combates. Que Dios los proteja a los que luchan por la paz”
En uno de los laterales de la imponente plaza de San Pedro, se erige una estatua de San Pedro, portando las llaves de la Iglesia. Hoy, día de San Pedro y San Pablo, Francisco se asomó a la ventana del palacio para el rezo del Angelus para explicar a los fieles, y a sí mismo como sucesor del pescador, que la misión de Pedro no es tanto mandar, como "servir a toda la Iglesia". "Una autoridad que no es servicio, es dictadura", aclaró.
"Tengamos cuidado de comprender bien el significado de todo esto. Las llaves de Pedro, en efecto, son las llaves de un Reino, que Jesús no describe como una caja fuerte o una caja blindada, sino con otras imágenes: una semilla pequeña, una perla preciosa, un tesoro escondido, un puñado de levadura, es decir, como algo precioso y rico, sí, pero al mismo tiempo pequeño y poco visible", subrayó Bergoglio.
Para alcanzarlo, por tanto, "no es necesario accionar mecanismos y cerrojos de seguridad, sino cultivar virtudes como la paciencia, la atención, la constancia, la humildad". Por ello, prosiguió el Papa, "la misión que Jesús confía a Pedro no consiste en atrancar las puertas de la casa, dejando entrar sólo a unos pocos invitados selectos, sino en ayudar a todos a encontrar el camino de entrada, en fidelidad al Evangelio de Jesús". Una Iglesia de todos, todos, todos. "Todos, todos, todos, podrán entrar".
"Pedro recibió las llaves del Reino no porque fuera perfecto, sino porque era humilde y honesto y el Padre le había dado una fe franca", recalcó Francisco. "Por eso, confiando en la misericordia de Dios, pudo sostener y fortalecer, como se le pedía, también a sus hermanos".
Ante ello, el Papa preguntó a los fieles presentes: "¿Cultivo el deseo de entrar, con la gracia de Dios, en su Reino, y de ser, con su ayuda, su guardián acogedor también para los demás? Y para ello, ¿me dejo "pulir", suavizar, modelar por Jesús y su Espíritu, que habita en mí?".
“Hoy quisiera que mi saludo llegue a todos los habitantes de Roma, a todos, con mi oración por las familias, especialmente por las que tienen más dificultades, los ancianos, los que están solos o encarcelados. Les deseo a cada uno la experiencia de pedro y Pablo, que el amor de Jesucristo salva la vida y lleva a donarla. La vida no se vende”, recalcó el Papa en sus saludos al término del Angelus.
“Pienso con dolor en los hermanos y hermanas que sufren por la guerra, pensemos en todas las poblaciones heridas y amenazadas por los combates. Que Dios los proteja a los que luchan por la paz”, señaló Francisco, quien quiso dar “gracias a Dios por la liberación de dos sacerdotes greco-católicos. Que puedan todos los prisioneros regresan a casa”.
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