Francisco reflexiona sobre el papel de la ley en su Audiencia de este miércoles "¿Vivo con el miedo de pensar que si hago esto voy al Infierno, o sabiéndome justificado por Jesucristo?"
"Nos hará bien preguntarnos si todavía vivimos en la época en la que necesitamos la Ley, o si en cambio somos bien conscientes de haber recibido la gracia de habernos convertido en hijos de Dios para vivir en el amor"
"Una vez que se alcanza la fe, la Ley agota su valor propedéutico y debe ceder el paso a otra autoridad"
“Esta enseñanza sobre el valor de la ley es muy importante y merece ser considerada con atención para no caer en equívocos y realizar pasos en falso"
“Esta enseñanza sobre el valor de la ley es muy importante y merece ser considerada con atención para no caer en equívocos y realizar pasos en falso"
"¿Cómo vivo yo? ¿Con el miedo de pensar que si hago esto voy al Infierno, o con la esperanza de la salvación de Jesucristo, sabiendo que quien me justifica es Jesucristo?", se preguntó Bergoglio durante sus catequesis veraniegas desde el Aula Pablo VI, en este extraño ferragosto romano sin pasaporte verde en las audiencias generales. En esta ocasión, preguntándose sobre el auténtico significado de la ley, pasando de San Pablo a Jesús.
"¿Desprecio los mandamientos? No. Los observo, pero no como absolutos, porque sé que el
que me justifica es Jesucristo", añadió. "Nos hará bien preguntarnos si aún vivimos en la época en que necesitamos la Ley, o si en cambio somos conscientes de haber recibido la gracia de habernos convertido en hijos de Dios para vivir en el amor", incidió el Papa.
“San Pablo nos ha enseñado que los «hijos de la Promesa» por la fe en Jesucristo, no están bajo el vínculo de la Ley, sino llamados al estilo de vida arduo en la libertad del Evangelio. Pero la Ley existe”, sostuvo Bergoglio, quien se preguntó “¿cuál es el papel de la ley?”.
Antes y después de conocer a Jesús
“El apóstol parece sugerir a los cristianos dividir la historia de la salvación, y también su historia personal, en dos momentos: antes de haberse hecho creyentes y después de haber recibido la fe”, recalcó el Papa. Por tanto, “a partir de la fe en Cristo hay un “antes” y un “después” respecto a la misma Ley”, según Pablo.
“El Apóstol lo explicita diciendo que cuando uno está “bajo la Ley” se está como “vigilado” o “cerrado”, una especie de custodia preventiva”, señaló Bergoglio. En la Carta a los Romanos, Saulo sistematiza esta relación entre ley y pecado.”En síntesis, la Ley lleva a definir la trasgresión y hacer a las personas conscientes del propio pecado”.
En este contexto adquiere su sentido pleno la referencia al rol pedagógico desarrollado por la Ley. “En el sistema escolar de la antigüedad -recalcó el Papa- el pedagogo no tenía la función que hoy nosotros le atribuimos, es decir la de sostener la educación de un chico o una chica. En esa época se trataba de un esclavo que tenía el encargo de acompañar al hijo del amo cuando iba donde el maestro y después acompañarlo de nuevo a casa. Así tenía que protegerlo de los peligros y vigilarlo para que no asumiera comportamientos inadecuados. Su función era más bien disciplinaria. Cuando el joven se convertía en adulto, el pedagogo cesaba sus funciones”.
Educar, disciplinar, sostener
Por ello, San Pablo apunta que “la Torah había sido un acto de magnanimidad por parte de Dios con su pueblo. Ciertamente había tenido funciones restrictivas, pero al mismo tiempo había protegido a su pueblo, lo había educado, disciplinado y sostenido en su debilidad”.
“En resumen, la convicción del apóstol es que la Ley posee ciertamente su propia función positiva, pero limitada en el tiempo. No se puede extender su duración más allá de toda medida, porque está unida a la maduración de las personas y a su elección de libertad. Una vez que se alcanza la fe, la Ley agota su valor propedéutico y debe ceder el paso a otra autoridad”, indicó el Santo Padre.
“Esta enseñanza sobre el valor de la ley es muy importante y merece ser considerada con atención para no caer en equívocos y realizar pasos en falso”, concluyó Bergoglio. “Nos hará bien preguntarnos si aún vivimos en la época en que necesitamos la Ley, o si en cambio somos conscientes de haber recibido la gracia de habernos convertido en hijos de Dios para vivir en el amor”.
Saludo del Papa en español:
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy san Pablo nos ayuda a responder a la siguiente pregunta: “¿Cuál es el papel de la Ley?”. En su respuesta considera que hay dos tiempos en la Historia de la Salvación y en la propia historia de cada uno. En un primer periodo éramos como los niños, estábamos dominados por las pasiones, la debilidad de la carne, y, por tanto, necesitados de un guía, alguien que nos llevara y nos trajese, y nos impidiera meternos en problemas. Ese era el papel de la Ley y su bondad. Pero san Pablo añade que la Ley, además de sostenernos en este combate, también pone de manifiesto nuestro sometimiento.
En un segundo periodo, Jesús nos ha librado del pecado y de la muerte con su muerte y resurrección, y la Ley puede dejar paso a la libertad de los hijos de Dios, pues ya no estamos sometidos a ella. Sin embargo, esto implica un estilo de vida comprometido, en el que nos hacemos conscientes de la gracia de ser hijos de Dios, para vivir en el amor de forma adulta.
Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Los animo a dejarse interpelar por esta pregunta que nos ha suscitado san Pablo: ¿Estamos todavía bajo la Ley o hemos alcanzado ya la madurez para abrazar con convicción a Jesús y al proyecto de amor que el Padre reserva para cada uno de nosotros? Que Dios los bendiga. Muchas gracias.