La "infección respiratoria" (neumonía) del Papa Francisco preocupa, y mucho, en la Santa Sede. No tanto, que también, por los efectos a largo plazo en la salud del Pontífice, de 86 años, sino por la logística que un ingreso papal tiene en la vida del Vaticano, especialmente en estos días en que los cristianos celebran la Semana Santa.
En ambientes vaticanos se da casi por seguro que, al menos, Francisco no podrá participar en la procesión y misa del Domingo de Ramos, y se trabaja en la hipótesis de que no presidirá ninguna de las celebraciones de la Pasión, Muerte y Resurrección. Se trata de ceremonias largas, con un importante desgaste físico, y que el personal médico desaconsejaría después de permanecer varios días ingresado.
Porque Francisco tendrá que permanecer en la planta 10 del Policlínico Gemelli al menos unos días más (algunos apuntan a entre cuatro y cinco), aunque su estado de salud no es preocupante. Según confirma la agencia ANSA, los resultados del TAC y otras pruebas médicas han sido buenos.
El resultado de la tomografía de tórax a la que se ha sometido ha dado negativo respecto a algún presunto problema cardíaco y este elemento fue "valorado con alivio general" por las personas cercanas al Papa. Francisco ha pasado buena noche, y está recibiendo el correspondiente tratamiento médico en la décima planta.
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