"Un alarmante indicio del avanzado estado del cambio de época" Francisco pide "reflexión" y "propuestas" para "sacar de la marginalidad" la misa en Italia
"Observamos cómo en la vida real de las personas ha cambiado la propia percepción del tiempo y, en consecuencia, del propio domingo, del espacio, con repercusiones en la forma de ser y sentir la comunidad, las personas, la familia y de la relación con un territorio"
Insta a la Semana Litúrgica Nacional a hacer propuestas "para que el domingo, la asamblea eucarística, los ministerios, el rito salgan de la marginalidad hacia la que parecen precipitarse inexorablemente y recuperen la centralidad en la fe y la espiritualidad de los creyentes"
La reciente publicación de la tercera edición del Misal Romano y "la voluntad de los obispos italianos de acompañarla con una fuerte reactivación de la formación litúrgica del pueblo santo de Dios, auguran un buen camino en esta dirección"
La reciente publicación de la tercera edición del Misal Romano y "la voluntad de los obispos italianos de acompañarla con una fuerte reactivación de la formación litúrgica del pueblo santo de Dios, auguran un buen camino en esta dirección"
El coronavirus y "la triste experiencia del 'ayuno' litúrgico" durante la pandemia han agudizado un proceso de alejamiento de los fieles italianos de la liturgia. Este es el diagnóstico compartido por el papa Francisco, a través del cardenal Parolin, a los participantes de la 71 Semana Litúrgica Nacional, que se celebra entre hoy y el jueves en Cremona.
"La liturgia 'suspendida' durante el largo período de encierro, y las dificultades de la reanudación posterior, confirmaron lo que ya se encontraba en las asambleas dominicales de la península italiana, un alarmante indicio del avanzado estado del cambio de época", lamenta Bergoglio, quien observa "cómo en la vida real de las personas ha cambiado la propia percepción del tiempo y, en consecuencia, del propio domingo, del espacio, con repercusiones en la forma de ser y sentir la comunidad, las personas, la familia y de la relación con un territorio".
"La asamblea dominical se encuentra así desequilibrada en cuanto a la presencia generacional, la falta de homogeneidad cultural y la dificultad de encontrar una integración armoniosa en la vida parroquial, para ser la verdadera cumbre de todas sus actividades y fuente de dinamismo misionero para llevar el Evangelio de la misericordia a las periferias geográficas y existenciales", argumenta Bergoglio.
Restricciones necesarias para contener la pandemia
El lema escogido para las jornadas (que no pudieron celebrarse en 2020) no es otro que 'Donde se reúnan dos o tres en mi nombre...', viene al pelo ante la situación actual, que precisa "examinar aspectos y situaciones de la celebración, tan gravemente probados por la propagación del Covid 19 y las restricciones necesarias para contenerlo".
Y es que la reunión semanal en el "nombre del Señor", que "desde el principio ha sido percibida por los cristianos como una realidad irrenunciable e indisolublemente ligada a su propia identidad", se ha visto "gravemente afectada durante la fase más aguda de la propagación de la pandemia", recalca el Papa, quien agradeció cómo pastores y laicos llegaron a "explorar otras formas de alimentar la comunión de fe y de amor con el Señor y con los hermanos, a la espera de poder volver a la plenitud de la celebración eucarística en paz y seguridad".
"La triste experiencia del "ayuno" litúrgico del año pasado puso de manifiesto la bondad del largo camino recorrido desde el Concilio Vaticano II, por la senda trazada por la Constitución Sacrosanctum Concilium", insistió el Papa, quien admite "la importancia de la liturgia divina para la vida de los cristianos, que encuentran en ella esa mediación objetiva que exige el hecho de que Jesucristo no es una idea o un sentimiento, sino una Persona viva, y su Misterio un acontecimiento histórico".
Mediaciones concretas
Una oración que, añade, "pasa por mediaciones concretas: la Sagrada Escritura, los sacramentos, los ritos litúrgicos, la comunidad."
Por ello, y pese a las dificultades, el Papa espera nuevas "propuestas de reflexión y momentos de celebración" para "identificar y sugerir algunas líneas de pastoral litúrgica que ofrecer a las parroquias, para que el domingo, la asamblea eucarística, los ministerios, el rito salgan de la marginalidad hacia la que parecen precipitarse inexorablemente y recuperen la centralidad en la fe y la espiritualidad de los creyentes".
La reciente publicación de la tercera edición del Misal Romano y "la voluntad de los obispos italianos de acompañarla con una fuerte reactivación de la formación litúrgica del pueblo santo de Dios, auguran un buen camino en esta dirección".
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