Invita a la Academia de la vida a "recorrer caminos inexplorados y desconocidos, liberarse de todo 'indietrismo' estéril" Francisco advierte de la "tentación insidiosa" de la técnica de "reproducir al ser humano" de forma artificial
"No es posible estar a priori "a favor" o "en contra" de las máquinas y las tecnologías, porque esta alternativa, referida a la experiencia humana, no tiene sentido"
Francisco alertó de la "hegemonía tecnocrática" que se esconde en "el intento de reproducir al ser humano con los medios y la lógica de la técnica"
"Los seres humanos se enfrentan así a la limitación y la vulnerabilidad y son llamados a respetar la alteridad y a cuidarse mutuamente"
"Los seres humanos se enfrentan así a la limitación y la vulnerabilidad y son llamados a respetar la alteridad y a cuidarse mutuamente"
"No es posible estar a priori "a favor" o "en contra" de las máquinas y las tecnologías, porque esta alternativa, referida a la experiencia humana, no tiene sentido". Tras su histórico encuentro con Javier Milei, el Papa Francisco ha recibido esta mañana a los miembros de la Pontificia Academia para la Vida, a los que ha advertido de la "tentación incidiosa" de la técnica para "reproducir al ser humano" de forma artificial, con modos que recuerdan a la "Torre de Babel".
La academia, reunida en Asamblea General para abordar el tema 'Humano. Significados y desafíos', escuchó al Pontífice agradecer su "compromiso en el campo de la investigación en ciencias de la vida, de la salud y del cuidado", que lleva a cabo desde hace tres décadas.
Centrándose en el tema del congreso, el Papa recalcó la importancia de "comprender lo que califica al ser humano", algo que "las nuevas tecnologías están presentando de forma aún más compleja". Tras mostrar su dificultad para "recurrir únicamente a la distinción entre procesos naturales y artificiales, considerando los primeros como auténticamente humanos y los segundos como ajenos o incluso contrarios a lo humano", Francisco alertó de la "hegemonía tecnocrática" que se esconde en "el intento de reproducir al ser humano con los medios y la lógica de la técnica".
Reducción digital del ser humano
"Tal planteamiento implica la reducción del ser humano a un agregado de prestaciones reproducibles a partir de un lenguaje digital, que pretende expresar todo tipo de información mediante códigos numéricos", recalcó Francisco, quien puso un paralelismo con el relato de la Torre de Babel para recalcar que "el deseo de una lengua única está inscrito en la historia de la humanidad; y la intervención de Dios, que con demasiada precipitación se entiende sólo como un castigo destructivo, contiene en cambio una bendición intencionada".
Una intervención que "manifiesta un intento de corregir la deriva hacia un "pensamiento único" a través de la multiplicidad de lenguas. Los seres humanos se enfrentan así a la limitación y la vulnerabilidad y son llamados a respetar la alteridad y a cuidarse mutuamente".
Acto creador y "máquinas parlantes"
Así, el Papa señaló "las crecientes capacidades de la ciencia y la tecnología", que "llevan al ser humano a sentirse protagonista de un acto creador semejante al divino, que produce la imagen y semejanza de la vida humana, incluida la capacidad de lenguaje, de la que parecen estar dotadas las "máquinas parlantes"".
"¿Estaría entonces en manos del hombre infundir espíritu a la materia inanimada?", se preguntó el Papa. "La tentación es insidiosa", respondió, llamando a discernir "cómo ejercer responsablemente la creatividad que el hombre se ha confiado a sí mismo".
Frente a ello, el Papa llamó a "reconocer y promover lo humano en su irrepetible especificidad", lo que definió como "una tarea cultural, pues la cultura modela y dirige las fuerzas espontáneas de la vida y de las prácticas sociales". ¿Cómo llevarlo a cabo? Francisco dio dos pistas. En primer lugar, "un esfuerzo por llevar a cabo un diálogo efectivo, un intercambio transdisciplinar". En segundo término, "un modo de proceder sinodal, acertadamente adaptado para abordar los temas que constituyen el núcleo de la misión de la Academia", para "recorrer caminos inexplorados y desconocidos, liberarse de todo "indietrismo" estéril".
"Para quienes están comprometidos con una renovación seria y evangélica del pensamiento, es indispensable cuestionar incluso las opiniones adquiridas y los supuestos que no han sido examinados críticamente", culminó.