¡Jesús, No dejes que me aparte de Ti!
Por mi indiferencia, Por creerme imprescindible.
Por sentirme saciado y satisfecho. No dejes que te invisibilice.
A pesar de mi pereza Y mis contradicciones.
A pesar de querer ir siempre por donde yo quiero. Y hacer lo que no me conviene. Jesús, tú no has sido rico. Ni un hombre satisfecho.
Ni un hombre saciado. Ni te has considerado imprescindible. Ni perezoso.
Tú has sido un hombre como yo con las mismas emociones y pensamientos.
Pero has sido un hombre honesto y justo Y has hecho de la Confianza en tu Padre el camino que yo no he hecho.
Y que a pesar de las luchas y las dudas que tuviste `cogiste al toro por los cuernos´
Jesús no dejes que me aleje de ti. A pesar de mis tendencias, Mis incoherencias y mis Sueños de polvo y barro.
A pesar de querer ir siempre por donde yo quiero. Jesús no dejes que te abandone en la cruz que me ha tocado en los Crucificados de este mundo.
En el templo que te hemos construido y te hemos crucificado.
En tu soledad y desnudez las 24 horas en la Iglesia nuestra. Y en las periferias de nuestra indiferencia.
No Jesús, No dejes que te abandone todos los días.
Que lo que esperas de mí es que te baje de la cruz cada día y te lleve donde están tus hermanos crucificados.
Y mis hermanos que me esperan todos los días. Que no les defraude una vez más.