¡A María y a todas las Marías de la casa común!!
¡Sabéis discernir, pacificar y sanar a la Iglesia, a la de todos,
A la de Jesús y María! ¡Y al mundo entero!!!
¡Qué poco se os tiene en cuenta, cuando con María y Jesús formasteis al mundo y a la gran familia de la humanidad!!
¡Sois muy humanas, extremadamente humanas y divinas como María!
El mundo no se cae de su eje por vuestra humildad y entrega.
Y nosotros los hombres, solo os acompañamos la mayoría de las veces
En vez de ser vuestros acompañantes a fondo perdido-
¡De vuestro corazón solo hablan vuestros hechos y sin publicidad son poco conocidos!
¡De vuestro Amor, solo se ve una cara, la menos protegida y la más escarnecida! ¡Y de la otra, la menos conocida es la cara oculta, como María!
¡Sabéis discernir, pacificar, sanar, amamantar y revolucionar con vuestro corazón lo humanamente imposible!
¡Para hacerlo posible humanamente por la gran fuerza humana y divina que os acompaña
Y que lo habéis sabido acompasar con vuestro séptimo sentido; el de Jesús y María!!!
¡Si el mundo avanza es por Vosotras! Si llora, es a pesar de Vosotras !
Si está agotado, le dais el calor de vuestro vientre y los besos de vuestra presencia!
¡Si tiene hambre y frío, lo acogéis bendiciéndolo con vuestra humildad!
¡Si se detiene por unos instantes, no es en vano- Vosotras habéis hecho una parada para volver a recostaros!
Salmo 23:1-2^ en verdes pastos me hace descansar y así renacer de la hermana tierra,
en esta nuestra casa común.
¡Benditas sean todas las Marías de buena voluntad porque cuando parieron lo hicieron como mujeres!
¡Benditas sean las pioneras porque fueron mujeres libres, a pesar de estar esclavizadas por todos nosotros, por nuestro egoísmo e indiferencia!
¡Benditas entre toda la Humanidad por los siglos de los siglos, porque sois imprescindibles para la lucha