En la mañana te levantas
Y esto te parece muy normal
has respirado el aroma divino de tu madre,

que en la noche
te ha acompañado.

Caminas en la calle
Y Ella te protege del peligro

Todo el día caminando
Y ella todo el día cogida de tu mano, muy fuerte, muy fuerte.

¡Si por un instante sintieras su dulce

y fuerte presencia...!
¡Entenderías tantas cosas...!

Que todo lo bueno que te sucede
No es por tu mérito
Que todo lo malo que te acontece es siempre,

por dejar a la Madre.
Para que entiendas como niño

y hagas como hijo adulto lo que tienes que hacer.

¡Si por un instante sintieras como te quiere la Madre!
¡Cómo te quiere...!
Serias para siempre de la Madre
Y ya nada más preguntarías.

Si por un instante supieras como te quiere la madre!

Dejarías de vivir inmediatamente
Por eso te mantiene la Madre en vida
Para que vivas por ella cada día

Que ya nada te preocupe
Que si quieres ser de ella
Dile que quieres ser
Y como hijo ya, todos los asuntos serán de la madre

Esto Créetelo, porque has confiado,

y ya verás lo que has creído, porque ya has confiado.

Ella, te evita de los mil peligros cada día
De no pasar a la acera equivocada
De no caer en los pensamientos de tristeza

y llevarte al mar de la desolación.

¡Te saca y te recoge,

de donde no quiere la Madre que hagas...!

Y te lleva por donde no quieres
Para que hagas lo que ella quiere.

¡Si por un instante vieras su rostro!
Fíjate en el rostro de la humildad
Y allí está, muy, muy cerca de ti.

Porque Todo el que se acoge a la Madre
Ella lo abraza más fuerte, más fuerte
Para que las corrientes de este mundo
No le arrastren a la deriva.

¡Aunque el mundo nos haga creer que somos huérfanos

y la vida vale lo que en el mundo hagas...!

 !Haz lo que a Madre quiere...!      

Y eso solo te importe, y no hagas otra cosa 
Para darle a la Vida la medida,

Con la que el hijo le da a la Madre

¡Y así serás el dueño de tu Vida

Con la Virgen Maria!

Soy feliz, soy un hombre feliz
Soy El Señor de mis emociones y pensamientos.