( l-II ) ¡El amor no es amado...!
(San Francisco de Asís).
Como el amor de la rosa
y el ruiseñor!
Amando, amando, mucho, mucho
Amando tanto, tanto, tanto
¡Y nada más pudiendo ya hacer...!
¡Que confía, confía y déjate hacer...!
Déjate hacer en la absoluta pobreza para ser humildad absoluta
Como aquel galileo que lo fue
como el hermano Francisco, que lo quiso tanto.
Pues si amas tanto, pasarás por lo mucho que pasó él
Sin entender nada con la razón
para purificarte y formar parte de los artesanos del amor.
Amando mucho, y tanto, tanto.
Como el artesano Francisco
Sin los sentidos de la razón
Con los dardos del amor que,
haciendo diana, dejan heridos a los que muy cerca están
Con el vértigo del amor
Que luego va abrasando todo tu interior
Ya solo queda confiar, confiar
Y soltar las manos
de los altos muros de nuestro ego
Para dejarse llevar
Dejándose hacer todo, todo
Para no haciendo nada
¡Haciendo todo...!
Haciendo lo que él quiere
Como él lo quiere
Del Evangelio a la Vida
De la Vida al Evangelio