En recuerdo a Pere Casaldaliga(l)
¡Detente, Nos salvamos con los pobres, con los de Jesús!
Ellos nos salvan
A ti y a mi
Y nos condenamos sin ellos.
Yo y Tú.
Benditos sean los pobres
en ellos ya habita el Padre
Y en el corazón del Hijo pobre y resucitado
el pobre se conforta en Él
Con la mirada del Espíritu Santo,
El Espíritu muestra al pobre.
¡Ellos siempre nos redimen!
Bienaventurados los que optan por acoger
y liberar al Espíritu del pobre.
Porque por ellos, Jesús alargará su misericordia
sobre todos nosotros
Y en ella, liberándoles, seremos redimidos por Él.
Hemos creado un tercer mundo
Viviendo en el primer mundo del hombre sin Dios.
Que este mundo no es el de Dios,
hasta que hagamos su verdadera casa, la casa común.
¡Y cada vez hay más, más ricos!
Por nuestra vida sin fe hemos apartado a Jesús,
De nuestro egoísmo hemos, invisibilizando a los pobres,
para perpetuar por siempre su pobreza.
¡Habrá un día en el que los pobres asaltaran las conciencias!
Solo Jesús puede perdonarnos
Dándonos su fuerza para todo el que lo quiera, para ser testigos
Para que un día los pobres nos salven..
Cuando a tu hermano, hermana, padre, madre, reconozcas.
habrás reconocido a Jesús:
Tú hermano,
hermana, padre, madre.
Y Tú serás de su familia
La familia ahora incompleta de Nazaret
la familia oculta de los pobres de Nazaret
dónde el pobre, como Jesús,
no tiene un lugar para reclinar su cabeza.
Se testigo de Jesús, con sus pobres, con tus hermanos.
¡ De la vida al Evangelio !
Y habrás renacido al Espíritu de Jesús pobre y resucitado en tu vida
Y esto es muy serio
para tu compromiso de por vida...
Los pobres están muy cansados de que siempre hablemos de ellos
Y no hagamos nada...
No nos extrañemos que un día,
se rebelen contra su pobreza,
contra este primer mundo.
Jesús siempre fuiste pobre, elegiste la pobreza
para recordarnos lo verdaderamente importante,
¡Hacen falta testigos del Evangelio!
¡Del Evangelio a la vida, Y de la vida al Evangelio! (San Francisco de Asís)
Bienaventurados los pobres porque vuestro es el reino de Dios.
(Lc 6, 20-38)