Hambre en África... ¿Por qué?

(JCR)
África vuelve a acaparar la atención de los medios de comunicación en España, cosa poco habitual. Y como suele suceder siempre, es por una noticia

que tiene que ver con catástrofes
: desde hace pocas semanas sabemos que hay una situación de urgencia extrema en Somalia y otras partes del Cuerno de África, donde millones de personas sufren una hambruna sin precedentes. Varios miles han muerto ya. La FAO ha celebrado una cumbre en Roma, en la que ha declarado que 10 millones de personas necesitan ayuda de urgencia, no sólo en Somalia sino también en Yibuti, y en partes de Sudán, Etiopía, Kenia y Uganda. Dice Naciones Unidas que se necesitan mil quinientos millones de dólares para hacer frente a esta catástrofe, pero hasta la fecha solo ha podido reunir la mitad.

Haciendo un poco de memoria, la primera vez que en España escuchamos hablar de hambre en África fue en 1968, cuando comenzó la crisis de Biafra, en Nigeria. Pocos años más tarde, la hambruna de Etiopía de 1985 saltó a los medios al ritmo de los conciertos de «We are the world». Hoy, como en años anteriores, seguimos quedándonos en la superficie y no acabamos de entender por qué hay hambre en África.

En realidad hay muchas Áfricas, y hay también distintas causas. En el caso de Somalia está claro que el origen de este desastre hay que buscarlo en la durísima sequía que asola esta región desde hace años. Y las cosas se agravan con el estado de guerra que se vive en el sur del país, donde los rebeldes islamistas de Al Shabab no permiten la entrada a las agencias humanitarias y además niegan que haya hambruna. Ni que decir tiene que fanáticos de este pelaje a los que les importa tres pitos su propia gente, agravan la situación hasta extremos insospechados. Y algo más podrían hacer los dirigentes africanos, que últimamente se dedican mas a proteger a sus peores dictadores que a buscar soluciones para tragedias como esta que afectan a su pueblo.

Desde que la Unión Africana decidió intervenir en Somalia, solo Uganda y Burundi han aportado tropas, y esta claro que no dan abasto para vérselas con estos criminales. Si en lugar de hacer reuniones en lugares de superlujo (como la reciente y vergonzosa cumbre de la Unión Africana en Lipopo, el enclave de lujo construido por Obiang en Guinea Ecuatorial) para gritar a la Corte Penal Internacional que no toquen a Gaddafi o que no se metan con el genocida sudanés Omar el Beshir, se dedicaran a buscar soluciones para sus pueblos, otro gallo cantaría.

Pero en África hay situaciones muy distintas. Donde estoy trabajando durante las ultimas semanas, a las afueras de Goma (R D Congo) todos los días veo muchos niños con desnutrición aguda. Y sin embargo, esta región del Kivu es una de las más fértiles de África. Son niños de familias desplazadas por la guerra que han perdido sus tierras a manos de señores de la guerra, algunos de los cuales viven como marajás y están integrados en el ejército congoleño. Cuando yo trabajaba en el norte de Uganda se daba el mismo contrasentido : casi dos millones de personas vivían -vivieron hasta hace cuatro años- en campos de desplazados a causa de la guerra, y no tenían acceso a sus fértiles tierras a pocos kilómetros de estos campos. Recuerdo haber visto a decenas de personas morir envenenadas porque estaban tan desesperadas que se comían las semillas - tratadas con conservantes tóxicos- repartidas por distintas ONG.

Es cierto que en África hay muchas zonas donde llueve poco. Pero hay soluciones si se ponen los medios. En la ONG donde trabajo empezamos en Enero de este año un proyecto en el Norte de Etiopia, la region del Tigray. Allí llueve unos dos meses al ano y los campesinos apenas alcanzan a consumir unos 200 kilos de grano al año. Pensemos que un europeo, según la FAO, consume algo mas de 700 kilos de cereales al año. Gracias a tres kilómetros de canales de riego y un sistema de represas, cientos de familias han triplicado su producción. Esto se ha hecho gracias a una financiación de 80.000 euros de la AECID. Con proyectos así, se pueden resolver problemas de este tipo a largo plazo. Pero con los famosos recortes de la crisis en España, fondos utilizados para proyectos de este tipo se han reducido enormemente, cosa por otra parte por la que nadie se queja lo mas mínimo en nuestra sociedad española, donde la verdad es que estos problemas nos siguen trayendo al pairo.

Y no olvidemos que durante los últimos años ocurre un nuevo fenómeno que agrava el problema de la inseguridad alimentaria. Paralelo a la crisis económica, los alimentos se han convertido en objeto de especulación en mercados bursátiles, y esto ha hecho que se disparen sus precios. Y no olvidemos que en África hoy día mucha gente ya no vive de lo que cultiva, sino de lo que compra, como en cualquier parte del mundo. Y esto se agrava con el acaparamiento masivo de tierras por parte de compañías extranjeras que se da hoy en mas de la mitad de países africanos. Al mismo tiempo que se buscan soluciones de emergencias, no estaría de más ocuparse de cambiar estos sistemas que agravan la situación alimentaria en un continente que sigue sufriendo hambrunas más que otras partes del mundo.
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