Minucias -Argucias - Malicias 28-XII-2018

Es bíblico el principio de que “a cada día le basta “su” malicia”. Es decir, su propio afán, su contrariedad o empeño, su tarea. Y han de ser esa tarea precisa, ese afán recurrente, esa noticia que sorprende o asombra, ese quehacer que a cada día viene asignado el plató en que la vida se escenifique, fluya y se remanse o acelere; y aprenda con ello y tome nota para esa tarea personal y colectiva de “hacerse” uno mismo, una familia, una ciudad, una sociedad, un pueblo o nación…..
Ocurre sin embargo que la vida –en tiempos acelerados como los actuales- se acelera también y los hechos acosan mucho más que en otras épocas de mayor quietud y reposo. Pasa que -por la globalización y las tecnologías- el mundo se hace más pequeño, especie de pañuelo, y todo se sabe casi al instante de suceder, y estamos al tanto inmediatamente de todo lo que pasa en todas partes, lo mismo de España que de los antípodas….. No se acaba de digerir un hecho y ya está el siguiente atosigando y pidiendo vez….
No hay tiempo ni de pensar en todo ni, menos aún, de comentarlo todo. Ni siquiera de anotar lo que unos y otros piensan, idean o hacen ante las distintas realidades. Con la particularidad añadida de que la libertad del hombre se ha vuelto tan voluble y es tan libertina que –ante cualquier cosa- las emanaciones de los hechos se multiplican de tal forma que no hay manera de seguirles el paso y se ha de contentar uno con mirarlas, verlas al vuelo por su envés y revés, limitarse a preguntarles algo fugazmente y seguir en busca de otro hecho en solicitud -inaplazable igualmente- de atención y análisis.

Hay veces, por eso, que, ante la imposibilidad manifiesta de holgarse más de la cuenta con lo que pasa o nos pasa y de hacerlo con un mínimo de pausa y buen orden, una salida para no volverse pasota o bloquearse sin saber a qué atender puede ser el método del picoteo que sugieren las palabras del encabezado: minucias-argucias-malicias…
“Minucia” se llama una cosa de poca entidad. Las “argucias” son argumentaciones hábiles y de poco monte o fuste. Y las “malicias” las refiero en mi caso, más que a señales de malignidad o maña y treta maliciosas, al mero hecho de columbrar algo raro, extraño o viscoso en las aguas del fluir de la vida que vehiculan esas noticias o hechos.
Como la inmediatez obliga y todo se repone a marchas forzadas, una elemental cortesía invita, por lo menos, a una pequeña parada en las cosas que pasan, un mariposeo más por las formas que por los fondos, aunque no sin dejar colgado al aire algún puntillo de ironía, gracejo y buen ánimo, y –por supuesto- las puertas abiertas a otras posibles reflexiones más abundantes o profundas de quienes, incitados por tan breves puntadas, se puedan avenir a seguir pulsando las cuerdas del hecho, noticia o idea, y así escuchar más en serio su música, armoniosa en ocasiones, pero con frecuencia estridente o impertinente.
Y así, como estos días son pródigos en “cosillas” de estas, que invitan a no dejarlas pasar sin decirles algo, hoy me salgo con algunas de las que -a mí personalmente- invitan a saludarlas al menos.

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- La alcaldesa tropieza. La Sra. Alcaldesa de Madrid ha sufrido dos caídas –casi seguidas- en su casa; si en la primera fueron unos puntos de sutura y nada más, con la segunda se ha roto o distendido un tobillo y tuvo que ir a quirófano…
Y como dicen que “no hay dos sin tres”, ¡cuidado, Sra. Alcaldesa!, porque también se dice que “a la tercera va la vencida”. Que la Sra. Alcaldesa goce de buena salud –pedimos- y, a la vez, que mida bien los pasos para no recrearse en las caídas… Porque también en mi pueblo aseguran que “el que tropieza y no cae adelanta camino”, lo que no impide que ese lado blanco del tropezón orille su lado negro.

- Si el hombre se vuelve malo… Estos días pasados, un policía de Barcelona mató de un disparo a un perro que, en la calle, le acosaba. A la Sra. Alcaldesa de la ciudad se le oyó decir: “Es horrible”. A parte de abrir expediente al agente –cosa por lo demás normal- acabo de oír que en una ulterior manifestación ciudadana se guardó un minuto de silencio por el pobrecito animal de compañía…..
Como creo que “nada es nuevo bajo el sol” y que “en todas partes se cuecen habas”, recuerdo que en un pueblo castellano –al morirse de viejo un perro que era la compañía única y más querida de su dueño- pidió al párroco que le hiciera un funeral…
Como así mismo era noticia estos días la ley de las “mascotas”, de la Autonomía de La Rioja, que impone por ejemplo hacer la autopsia a estos animales para esclarecer de qué murieron, con otra serie de lindezas que hablan alto y claro del grado de civilización a que ha llegado o va llegando esta sociedad llamada de “progreso”.
Encomiable –cualquiera diría- que se sigan –por fin- el ejemplo de Hitler en su veneración por los animales; que ,según informa en las Memorias una de sus secretarias, rechazaba comer carne porque le horrorizaban los mataderos….
Y, como no me cuadran bien cosas tan dispares, hago una pausa para escuchar a María Dolores Pradera entonando, como si fuera un ángel, la música de la “Milonga para mi perro”, de Horacio Guarany. Es evocadora la letra y estremece la música. “¡Qué ofensa para mi perro compararlo a gente mala!”: así termina el verso cuando la música y la voz de la cantante siguen flotando en el aire empeñadas en prolongar la poesía…

- Lo del Rey. La víspera de Navidad, Felipe VI dirigía su Mensaje de Navidad a la nación española, aunque –como es costumbre- algunas “teles” oficiales hicieron caso omiso de su obligación de retransmitirlo al ser un uso anual del Jefe del Estado. Los mismos, claro, que no acuden a los actos de la Fiesta Nacional, el 12 de octubre, y hasta no se privan, a la menor ocasión, de zaherir a quien detenta –por fas o por nefas- la primera magistratura de la nación y representa por tanto –quiérase o no- a su máximo nivel a todos los españoles.
Más de una vez he confesado que no soy monárquico pero que tampoco soy anti-monárquico; y que respeto, sin embargo, al Rey que en este momento lo es de España.
En cuanto a su discurso del pasado 24, fue el de un estadista responsable en momentos más que azarosos para el futuro de España, Defendió la Constitución –lógico por demás. Elogió la Transición en lo que fue realmente: la primera vez que, en la Historia trágica de las Dos Españas, se dieron lealmente la mano todos los contrarios –fenecido ya el “franquismo” con la ley de la Reforma Política- para -superando diferencias- buscar juntos la senda del mejor período –en todos los órdenes- de la España contemporánea. Hizo un llamamiento a la Juventud a favor de la concordia, una convivencia en paz y justicia y todo ello por la ventura de un futuro mejor…
Un amigo mío que me lo comentaba poco más tarde me dijo algo premonitorio: a poco que me descuide, me haré monárquico. Y yo también, le repuse.

- Lo de Vox. Casi no sabía yo que hubiera en España un partido político llamado Vox. Me sonaba algo por su presencia como acusación particular contra el “procés” y el golpismo separatista catalán –cosa, por cierto, nada negativa, y que no hicieron otros ante la sedición y el empeño de romper España por parte de los “ventajistas catalanes”. Se destapó con el resultado de las elecciones andaluzas, en las que obtuvo cuatrocientos mil votos y 12 escaños.
Cundió de inmediato el miedo, quizás el pavor, entre los eternos creídos de que “su verdad” es “la verdad”, y de inmediato empezaron a caer sobre la casi desconocida formación –nunca ha gobernado ni en un ayuntamiento- las peores pedradas que –ahora mismo- algunos políticos acostumbran a poner como “sambenito” de maldición públicas sobre las espaldas del denostado enemigo: “fascista”, “racista”, “anti-feminista”, “anti-europeo”, “extremista”… Topicazos generalmente o maldades, porque, si aún no ha tocado poder, ¿cómo se le puede acusar de lo que no ha ni ensayado todavía? Si en el mus –juego de trampas y engaños- la “palabra no hace juego” ¿lo ha de hacer en la política, que es -si nos atenemos a lo de Ortega- “el imperio de la mentira”, al tomar la utilidad por verdad?.
El caso es también que, ante la campaña orquestada por el miedo y los intereses, mi amigo –el mismo de antes- me decía lo que ante lo del Rey; a poco que se descuiden votaré a Vox. Yo me lo plantearé también, le respondí. Por lo sospechoso que resulta quien insulta por interés.

- La rueda de prensa del Sr. Presidente tras el Consejo de Ministros de hoy mismo. No tiene desperdicio si por eso entendemos ligereza, cuento, incongruencias múltiples, los postureos de costumbre y alguna que otra golosina para entretener, deleitar o emgatusar al personal.
Y en ella lo del resquemor agudo –se le nota- a la sorpresa de Vox en Andalucía.
Cualquiera se pregunta. ¿Con qué cara se puede –lo ha hecho en la rueda de prensa- poco menos que anatematizar a Ciudadanos y al PP por contar con los votos de Vox en Andalucía, cuando él sacó adelante la posición de censura y se mantiene en el Poder con los votos y el apoyo de extremistas de izquierda como Podemos, golpistas como los separatistas catalanes y hasta Bildu y los amigos del terrorismo etarra?. Su salida –en la misma rueda de prensa- de que no es lo mismo la moción de censura que lo de formar gobierno en Andalucía, si no fuera risible en sí misma, sería el deleite de Maquiavelo y su consigna de que el fin –sobre todo si es el de uno- vale para justificar los medios.
Como glosa breve a las argucias podrían valer unos interrogantes, para esto y para otras similitudes de estos días. ¿Nos siguen tomando por idiotas? ¿Nos vamos a dejar que nos sigan tomando por subnormales? Y como hasta las 12 de la noche es 28 de diciembre, ¿se tratará de otra “inocentada”?

- Lo de Jose Mari Múgica.
Fui amigo de Fernando Múgica Herzog y mis vivencias con él, a pesar de nuestras distancias en tantas cosas y quizás por eso, aún residen en mí como de las mejores experiencias de una vida. Podría escribir un libro para relatarlas. A Jose Mari lo conozco y a Fernando y Rubén también; lo mismo que a Mapi Heras.
Tan sólo diré hoy dos cosas.
Primera. La reacción de José Mari, de ayer mismo, tras contemplar el desvergonzado compadreo de la Secretaria del Psoe en Euskadi con el super-batasuno Arnaldo Otegui, en -al menos aparente- feliz camaradería, de darse de baja en el partido que mamó desde niño es de una dignidad humana tan colosal y de una coherencia tan superlativa que las palabras sobran para el encomio. Del mismo modo que lo otro –lo del compadreo referido- es un insulto no sólo a la inteligencia sino a esa misma dignidad humana que José Mari ha visto por los suelos al contemplar la foto.
Segunda. El comentario del Sr. presidente del gobierno, al ser preguntado por esa reacción en la rueda de prensa –soslayar y quitar importancia-, se hace inexplicable en qujien no sea o parezca insensible a los valores humanos.
Como este gesto de darse de baja honra y dignifica a Jose Mari, anto como deshonra a “otros”, prometo volver sobre lo mismo mañana o pasado, por débito a la verdad y a la gran amistad que mantuve con Fernando.

- La felicitación de Carmen. Mari Carmen es una señora de Rentaría. Acabo de recibir su felicitación y copio a la letra sus últimas palabras. “Cuando reces estos días, mira al Infante que ha nacido en un establo, que –por ser el Rey de los cielos- no quiso en la tierra palacios”.
Si a esta lección magistral de verdad teológica navideña, en una mujer sin cualificación especial alguna, pero mujer, no le hiciera un leve brindis de comentario, me sentiría mal. Y mi comentario se reduce a esto: ¿Hay quién dé más?
Afanarse por vivir en palacios –con todo lo que esta palabra encubre- es cosa de hombres; a veces de medio-hombres. Dios no lo necesita para ser Dios. O quizás mejor, no lo hace ni pretende porque es Dios.
Una gran lección en la pluma de una mujer de las que no necesitan de “feminismos” deconstructores de la mujer para ser mujeres de verdad.

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Y baste ya por hoy a esta serie de minucias, argucias y malicias, que a veces no lo son tanto como vemos.
Y para terminar y a tono con alguna de las “minucias” dichas, un doble recuerdo.
El de lo que me dijera tantas veces mi amigo, notario francés y personaje cargado de sensatez, experiencia y sus pequeñas retrancas ante las “malicias” de la vida, Carlos De Launet: “los perros sólo tienen un defecto; que se fían de los hombres; en lo demás, pudieran ser “santos”; “pero –añadía- lo malo es que por eso no dejan de ser perros”….
Y lo que dije, en un artículo publicado por mí el año 2002, en el diario ABC, con ocasión de una polvareda levantada a propósito de las llamadas “violencias de género”: que quien maltrata a una mujer, como quien maltrata a los animales, no anda lejos de los síntomas de la “psicopatía”. Las palabras textuales fueron estas: “El criterio que, con el derecho y las ciencias del hombre en la mano, se mantiene con razón es el de presumirse que una persona que causa mal trato a un ser humano -cónyuge, hijos, amigos, enemigos incluso, y hasta por extensión a otros seres de la creación como animales o a la naturaleza misma, va sembrando al paso señales de anormalidad psicológica”.

SANTIAGO PANIZO ORALLO
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