I JUEVES DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO C/17-1-2019
I JUEVES DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO C/17-1-2019
EVANGELIO DEL DÍA: Mc 1,40-45.
En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
COMENTARIO:
Celebramos el Jueves de la Primera Semana del Tiempo Ordinario. Hoy la Iglesia celebra la memoria de San Antonio Abad, modelo de espiritualidad ascética. Nace en Egipto hacia el año 250, hijo de ricos campesinos. Al morir sus padres, hizo vida eremita en el desierto, junto a un compañero llamado Pablo. Murió hacia el año 356 en el monte Colzim, cerca del Mar Rojo.
En el Evangelio de este Jueves de la Primera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según San Marcos (Mc 1,40-45).
La autoridad de Jesús sobre el mal y toda clase dolencia continúa. Ahora Jesús cura a un leproso, que le suplica de rodillas que lo limpie. Él, compadecido, extiende su mano, le toca y le dice: "Quiero, queda limpio".
Oh, Señor nuestro, Señor de cielo y tierra, compasivo y misericordioso, tú quieres que te sigamos con una entrega generosa, radical y santa. Ayúdanos a no dar nuestro corazón a nuestros bienes y a ser desprendidos ante tu llamada. ¡Oh, Señor, creemos pero auméntanos la fe!
EVANGELIO DEL DÍA: Mc 1,40-45.
En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
COMENTARIO:
Celebramos el Jueves de la Primera Semana del Tiempo Ordinario. Hoy la Iglesia celebra la memoria de San Antonio Abad, modelo de espiritualidad ascética. Nace en Egipto hacia el año 250, hijo de ricos campesinos. Al morir sus padres, hizo vida eremita en el desierto, junto a un compañero llamado Pablo. Murió hacia el año 356 en el monte Colzim, cerca del Mar Rojo.
En el Evangelio de este Jueves de la Primera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según San Marcos (Mc 1,40-45).
La autoridad de Jesús sobre el mal y toda clase dolencia continúa. Ahora Jesús cura a un leproso, que le suplica de rodillas que lo limpie. Él, compadecido, extiende su mano, le toca y le dice: "Quiero, queda limpio".
Oh, Señor nuestro, Señor de cielo y tierra, compasivo y misericordioso, tú quieres que te sigamos con una entrega generosa, radical y santa. Ayúdanos a no dar nuestro corazón a nuestros bienes y a ser desprendidos ante tu llamada. ¡Oh, Señor, creemos pero auméntanos la fe!