“Llegado Jesús a la región de Cesárea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?” Ellos dijeron: “Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas”. Díceles él: “Y vosotros ¿quién decís que soy yo?” Simón Pedro contestó: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo” (Mt 16,13-16)
No basta saber lo que los demás afirman sobre Jesús de Nazaret, sino aquello que tú experimentas y sientes.
Muchos hombres y mujeres se han sentido sobrecogidos por Jesucristo, y su fe los han convertido en los mejores hijos e hijas de una generación.
Ojalá hoy brote en tu corazón el clamor de una pregunta que salta en las fibras más íntimas del alma y recorre el aliento de la oración: “¿Quién decís vosotros que soy yo?”.