La vida cristiana tiene su razón última en tanto en cuanto el creyente está atravesado hasta el final por el amor de Dios, manifestado en y por Jesucristo. Por tanto, su fuerza radica en el convencimiento pleno de que Dios sale en busca del hombre para "atraerlo con correas de amor".
Madre Teresa de Calcuta decía que "la santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría... La fidelidad forja a los santos”, y los santos, como bien afirmaba Urs Von Balthasar " son respuesta de Arriba a las cuestiones y problemas de aquí abajo".
Los santos palpan de vez en cuando la perfección suprema de Dios y nos recuerdan a los humanos que el mal puede ser vencido solamente con sacrificio, constancia y confianza.
Los santos están convencidos que una vida injertada en el evangelio solamente puede transformar las raíces de la sociedad y de la humanidad, ancladas a menudo en la tierra de la propiedad privada, el lucro y el poder.
¡En este día, por favor, recuerda que la santidad es, "hacer la voluntad de Dios con alegría" (Madre Teresa de Calcuta), y necesitamos la conversión, que “vence al mal en su raíz, que es el pecado, aunque no siempre pueda evitar sus consecuencias” (Benedicto XVI)!