XXXIII MARTES DEL TIEMPO ORDINARIO/CICLO B/ 20-11-018
XXXIII MARTES DEL TIEMPO ORDINARIO/CICLO B/ 20-11-018
EVANGELIO DEL DÍA: Lc 19,1-10.
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.
En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».
Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo:
«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».
Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:
«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».
Jesús le dijo:
«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
COMENTARIO:
Celebramos el Martes de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario. “Hoy es necesario cimentar la fe cristiana en un testimonio válido que sea capaz de convertirse en la auténtica "roca angular” de la vida y de nuestra fe. La auténtica fe cristiana se debe fundamentar en la experiencia pascual de Jesús de Nazaret, vivida y testimoniada por los apóstoles, unos testigos válidos, que puedan dar soporte estructural a una continuidad legítima entre nosotros y el mismo Jesús.
En el Evangelio de este Martes de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 19,1-10).
En Jericó, Jesús realiza "otro milagro", la conversión de Zaqueo, el jefe de los publicanos. Zaqueo tiene que superar el obstáculo de la gente, que le impide ver a Jesús. Se sube a un árbol y allí llama la atención de Jesús, que se autoinvita a la casa del recaudador de impuestos, algo que escandaliza a la gente.
Ya en casa, Zaqueo tendrá que superar otra dificultad: su riqueza. Y Zaqueo toma la decisión de compartir con los pobres sus bienes y restituir el cuádruplo de lo que ha adquirido de mala manera.
Pidamos especialmente en este día el gran don de la generosidad para dar y para darnos. Amén.
www.marinaveracruz.net
EVANGELIO DEL DÍA: Lc 19,1-10.
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.
En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».
Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo:
«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».
Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:
«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».
Jesús le dijo:
«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
COMENTARIO:
Celebramos el Martes de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario. “Hoy es necesario cimentar la fe cristiana en un testimonio válido que sea capaz de convertirse en la auténtica "roca angular” de la vida y de nuestra fe. La auténtica fe cristiana se debe fundamentar en la experiencia pascual de Jesús de Nazaret, vivida y testimoniada por los apóstoles, unos testigos válidos, que puedan dar soporte estructural a una continuidad legítima entre nosotros y el mismo Jesús.
En el Evangelio de este Martes de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio de San Lucas (Lc 19,1-10).
En Jericó, Jesús realiza "otro milagro", la conversión de Zaqueo, el jefe de los publicanos. Zaqueo tiene que superar el obstáculo de la gente, que le impide ver a Jesús. Se sube a un árbol y allí llama la atención de Jesús, que se autoinvita a la casa del recaudador de impuestos, algo que escandaliza a la gente.
Ya en casa, Zaqueo tendrá que superar otra dificultad: su riqueza. Y Zaqueo toma la decisión de compartir con los pobres sus bienes y restituir el cuádruplo de lo que ha adquirido de mala manera.
Pidamos especialmente en este día el gran don de la generosidad para dar y para darnos. Amén.
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