José de Segovia El evangelio según los Beatles (1)
Su música ha marcado toda una época, pero ¿cómo puede conectar con cada nueva generación? ¿Cuál es su mensaje? ¿Se puede decir que hay un evangelio según los Beatles?
| José de Segovia
Hace ahora medio siglo que se separaron los Beatles. No hubo rueda de prensa, ni comunicado alguno. Es por eso que muchos esperaban que volviesen. Un tabloide sensacionalista, TheDaily Mirror, mal interpreta una entrevista de promoción del primer disco de Paul McCartney en solitario con el titular de que “abandona los Beatles”. Y John Lennon, llama encolerizado a un periodista para atribuirse “el mérito de romper el grupo”. Muchos piensan que en la tensión de la mezquina relación que había entre Paul y John estaba la fuerza del grupo. Lo cierto es que no pudieron acabar peor. El amor se volvió en odio...
No hay duda de que son el grupo de música popular que más ha vendido. Su antología y discografía remasterizada ha superado ya los mil millones de discos. Y aunque la mayoría de sus compradores tienen más de cuarenta años, la “beatlemanía” parece que no tiene fin. Su música ha marcado toda una época, pero ¿cómo puede conectar con cada nueva generación? ¿Cuál es su mensaje? ¿Se puede decir que hay un evangelio según los Beatles?
Entre el más de un millar de libros que se han escrito –literalmente– sobre los Beatles, hay uno que se hace esta pregunta. El poeta e historiador de la música popular Steve Turner, se plantea esta cuestión desde su fe cristiana, en The Gospel According To The Beatles (Westminster John Knox, 2006). Lo hace tras haber comentado todas y cada una de las letras de sus Canciones completas (Cúpula, 2016) y escrito en inglés sobre el grupo en 1966 y el texto que acompaña las fotos de Linda McCartney en los años sesenta.
El libro de este escritor evangélico londinense sigue el viaje espiritual de los Beatles, desde su agnosticismo amante de la diversión, hasta el misticismo inspirado por las drogas. Comienza en las iglesias de Liverpool para acabar en templos de la India y Japón, intentando destilar el mensaje de amor, paz, libertad y trascendencia de su evangelio. Se basa para ello en raras entrevistas y material de archivo que no había sido publicado hasta entonces. Todo ello con el extraordinario rigor que ha hecho famosas todas sus biografías.
Ídolos de masas
Es evidente que los Beatles no intentaron crear una religión. Eran sólo unos chicos de Liverpool que se juntaron para hacer música, pero al convertirse en símbolos de toda una generación, su vida y obra va a adquirir un significado histórico, que les hace heraldos de una auténtica revolución cultural. Ya que como John Lennon dice en 1968, “han cambiado la mente de muchas personas”.
Es importante por eso entender que su evangelio no está sólo en las letras de las canciones, sino en el sonido de una música y un estilo de vida que ha cambiado la conciencia de la humanidad. No es que hubiera en ellos la intención de impartir mensajes a su generación. De hecho, si les hubieran dicho en 1963 que cuatro años después, la gente comentaría sus palabras buscando dirección para su vida, se reirían de ello. No es extraño. Ellos son probablemente los primeros artistas que los medios de comunicación masivos levantan como profetas, sacerdotes y maestros.
La noche que los historiadores fechan el comienzo de la “beatlemanía”, el 9 de febrero de 1964, el 75% de los norteamericanos que veían la televisión, sintoniza la cadena en que actúa el cuarteto en el programa de Ed Sullivan. Hoy en día el gran momento televisivo del año que hay en Estados Unidos es la retransmisión de la Superbowl, que en su última edición no ha superado el 42,5% de audiencia –y eso que las grandes marcas actuales son deportivas–. No hay ya un fenómeno masivo como los Beatles. Son producto de una época, pero también ídolos de una sociedad, que conforma en torno a ellos una auténtica religión.
El nacimiento de un mito
Al principio los Beatles eran tratados como cualquier otro cantante popular. Elvis era un ídolo para la juventud desde los años cincuenta, pero no escribía sus propias canciones, ni sus opiniones tenían una influencia social que moviera el pensamiento de la gente. Su movimiento de piernas era más conocido que su visión del sexo, la muerte, la religión o la política.
En sus primeras entrevistas, a los Beatles se les pregunta por su comida favorita o los discos que escuchan, pero a nadie le interesaba saber qué inspiraba su música. Y es cierto que sus primeras canciones no requerían grandes explicaciones. La primera que grabaron, Love Me Do, tiene cien palabras, pero veintidós veces dice “love” (amor). Son canciones de romance adolescente, deseo y soledad.
Su música tiene sin embargo una riqueza y variedad sin precedentes. Aunque no tenían formación musical, ni podían leer una partitura, tenían una increíble intuición creativa. Su educación hace que hablen además como algo más que profesionales del entretenimiento. Por lo que, aunque algunos sigan dudando si lo suyo es arte, no hay duda que han tenido un impacto cultural tan grande como Picasso.
Visiones espirituales
El mítico editor de la revista Rolling Stone, Jan Wenner, le preguntó a John Lennon cuándo fue la primera vez que notó que había una “reacción espiritual” a su música. John menciona entonces una columna del periódico Times, que a finales de 1963 les compara con los grandes compositores de la Historia, considerándoles como si fueran “intelectuales”. Ya que la gente empezó a tomar en serio a los Beatles, mucho antes que ellos mismos se tomarán en serio...
Sus textos no empiezan de hecho a ser ambiciosos hasta que publican Rubber Soul. La canción La Palabra (The Word), dice Lennon en esta entrevista que fue el primer tema que escribió para impartir conocimiento. En un sentido es la primera canción ‘evangélica’ de los Beatles. “Podría ser del Ejército de Salvación”, dijo Paul McCartney. Composiciones como Nowhere Man o In My Life revelaron una búsqueda espiritual de la que nadie parecía consciente hasta ahora.
Aunque canciones como Help tenían una intención seria, las bromas que la rodeaban, parecían ocultar que John había escrito ese tema, fruto de la depresión y la ansiedad. Su figura toma en la época de Rubber Soul una dimensión casi chamánica. Aunque los Beatles no asumieran conscientemente ese papel –como Jim Morrison en los Doors–, transmiten sus visiones espirituales inducidas por las drogas a finales de los años 60, como el chamán que desciende a las profundidades (Let Me Take You Down) para elevarles a un mundo superior (Climb In The Back With Your Head In The Clouds), para dar sabiduría (I Can Show You).
Hambre de trascendencia
Para los Beatles no hay duda de que este mundo está lleno de pruebas y tribulaciones –dolor, depresión, soledad, desesperación, rechazo y adicción–, que se expresan en los I′m Down de Paul o el Blues Don′t Let Me Down de John. Sus canciones sin embargo nos elevan a un éxtasis visionario de experiencias en otras dimensiones (Across The Universe y Lucy In The Sky With Diamonds) por sueños (Julia, Strawberry Fields Forever o Tomorrow Never Knows) o estados alterados de conciencia (Glass Onion o Cry Baby Cry), para ver el mundo con nuevos ojos (Penny Lane, Good Day Sunshine o Mother Nature′s Son).
El fenómeno de los Beatles no se puede entender entonces simplemente como una tendencia más del capitalismo en su ramificación tecnológica. Hay una dimensión espiritual que revela una sed de trascendencia, que va más allá de la necesidad de comunicación humana.
Si himnos como Come Together, Revolution, Hey Jude, All You Need Is Love o Within You Without You, nos hablan de un mundo mejor, es porque los Beatles consideran que este mundo está mal. Su problema viene de una esclavitud de la que necesitamos liberarnos. “Una cosa puedo decirte”, canta John en Come Together, que “tienes que ser libre”. Libre de las limitaciones impuestas por la autoridad o la tradición, la ambición material, nuestro rampante ego, una conciencia limitada, la guerra, el prejuicio, la pobreza y las mentiras. Se pasa así de la rebelión juvenil a la autoconciencia.
Una nueva religión
En 1967 Paul dice: “Todos sabemos lo que nos gustaría ver en el mundo hoy –paz–, que seamos capaces de entendernos los unos a los otros”. Si preguntáramos hoy a muchos cuáles son sus mejores deseos para tiempo, creo que utilizarían el mismo lenguaje que McCartney, tantos años después. ¡Hasta ahí ha llegado la influencia de los Beatles!
Los años 60 trajeron una revolución espiritual de la que todavía vivimos hoy. El racionalismo y la religión tradicional son cuestionados, porque el progreso había dejado de lado lo inexplicable. La teología había acabado con el alma y el misterio de la fe. La Iglesia había aceptado la alianza industrial-político-militar, buscando sólo el poder para imponer su moralidad. Las religiones orientales, sin embargo, parecían mostrar más respeto por la naturaleza y estar menos interesadas por la guerra y la búsqueda de las riquezas.
“Yo creo más en las religiones de la India” –dice George Harrison, al volver de Bombay en 1966–, “que en todo lo que he aprendido del cristianismo”. Para él, “su religión no es como lo que parece ser el cristianismo, ir a la iglesia el domingo por la mañana, porque se supone que tienes que ir, en vez de porque quieres ir”. En Oriente encuentra algo que “es cada segundo y minuto de tu vida, cómo actúas, cómo te comportas y cómo piensas”...
“Todos somos Dios”
Los Beatles no traían credos o doctrinas, pero ofrecían un modelo de espiritualidad, escéptico sobre las iglesias, pero que reformula las creencias cristianas, dándoles un nuevo sentido. Así el All You Need Is Love de Lennon está basado en palabras como las de 1 Corintios 13, aunque le dé un sentido absoluto que Pablo no contempla. El Within You Without You de Harrison nos desafía a no ignorar las realidades espirituales, frente a la realidad material, citando incluso las palabras de Jesús. Y cuando Paul escribe Lady Madonna tiene en la mente la imagen de la virgen María, aunque la extienda a todas las mujeres trabajadoras con sus hijos...
“Todos somos Jesús y todos somos Dios”, dice John en 1968. “Él está dentro de todos nosotros y de eso se trata”, asegura McCartney. “Tan pronto como te das cuentas del potencial que hay en cada persona, puedes cambiar (la humanidad) y las personas mismas”. Para John, “eso es todo”. Ya que “Jesús no era Dios viniendo a la tierra, más que cualquier otra persona, sino un mejor ejemplo de una buena persona”.
El amor, la paz, la esperanza, la verdad, la libertad, la honestidad y la transcendencia de la que hablan los Beatles, producen un sentimiento positivo, que hace mirar al futuro con el optimismo de Getting Better (1967). “Los Beatles eran una especie de religión”, dice John después de la ruptura. Hasta que “el sueño se acabó”, anuncia a Wenner en Rolling Stone. Su música sigue siendo objeto de devoción, pero el cristianismo no ha vuelto a ocupar el lugar que tenía antes de los años 60.
“Más populares que Jesucristo”
Durante siglos la cultura occidental giraba en torno a la historia cristiana, inspirando toda la imaginación popular. Es allí donde las personas descubrían de dónde venían, lo que valían, para qué estaban aquí, cómo deberían vivir y qué hay después de la muerte. Las iglesias proporcionaban una comunidad local con sus ritos de paso, prácticas regulares, enseñanza, dirección y oportunidad de adoración.
La popularidad de los Beatles coincide con la pérdida de influencia de un cristianismo que ya no afecta a la conducta individual o pública de las personas. Su visión del mundo ya no está determinada por la enseñanza de la Biblia o la doctrina de la Iglesia. Es en ese contexto que Lennon dice en 1966 sus famosas palabras de que ellos son “más populares que Jesucristo”. Fue algo escandaloso para los norteamericanos, que un cantante popular comparara su influencia con la figura central de una religión histórica que había cambiado el mundo.
La cuestión es si esa religión era verdaderamente el cristianismo. De eso hablaremos la semana que viene. Para ello tenemos que volver al Liverpool de los años 40 en que nacieron los Beatles, para ver qué tipo de cristianismo es el que conocieron. Descubriremos el papel tan importante que jugó la iglesia en Woolton para todos ellos, y cómo su introducción a la fe cristiana es fundamental para entender qué es el evangelio según los Beatles...