La triste balada de Drake


Algunas vidas parecen más efímeras que otras. Cuarenta años después del suicidio de Nick Drake (1948-1974), su hermana publica un libro con fragmentos de sus diarios, entrevistas y otros recuerdos. Lo edita ahora en castellano Malpaso con el título “Recuerdos de un instante”.

Más allá de su enfermedad mental y drogadicción, muchos siguen fascinados por el genio introspectivo de esta voz cercana al susurro, que suena como un “dulce pájaro de juventud herido”. El mito de Drake no ha dejado de crecer desde su temprana muerte. ¿Qué es lo que hace que nos conmueva tanto?

Drake se da a conocer como un cantautor inglés, cuyos sonidos acústicos tienen algo del sentido evanescente del otoño. Su principal instrumento era la guitarra, aunque tocaba también el piano, el clarinete y el saxo. Firmó a los 20 años para la casa Island, pero en 1972 no había vendido más que cinco mil copias de sus tres álbumes. No le gustaba actuar, ni hacer entrevistas. Así que tuvo muy poco público durante su vida, pero su obra no se ha dejado de reeditar desde su triste muerte por sobredosis de antidepresivos en 1974.

UNA INFANCIA SOLITARIA
Nick nació en un hogar acomodado, pero en un lugar tan exótico como era Rangún (Birmania) en 1948. Su padre se había traslado allí a principios de los años treinta, para trabajar como ingeniero. Se casó con la hija de un funcionario británico de la India, pero la familia se establece en los años cincuenta en un pequeño pueblo de Inglaterra llamado Tanworth-in-Arden, en Warwickshire. Drake tenía una hermana mayor, Gabrielle, que se hizo actriz de cine y televisión, pero los padres tenían una clara inclinación musical. Es curioso que después de la muerte de Nick, se han conocido grabaciones de canciones de su madre, que recuerdan mucho el tono y estilo de la música que hizo su hijo, al final de su vida...



La voz frágil de Nick acompaña ya el piano de niño, en algunas composiciones propias que guarda su madre en una cinta que conservó en un armario. Fue interno a un colegio de Berkshire, pero se gradúa en la misma escuela donde estuvo su padre, su abuelo y tatarabuelo, en Wiltshire. Le gustaba correr, pero pronto forma un grupo de música con algunos compañeros, entre los que estuvo por un tiempo Chris de Burgh. Tenía el afectado nombre de Los Jardineros Perfumados. Tocaban clásicos de jazz y versiones de blues de los Yardbirds o Manfred Mann.

LA PSICODELÍA DE LOS SESENTA
El año 65 compra su primera guitarra acústica, que toca sin parar, mientras pasa medio año en la Universidad de Aix, antes de estudiar literatura inglesa en Cambridge. Estando en Francia, empieza a fumar cannabis, que busca incluso en Marruecos, a donde viaja con unos amigos. Es allí donde tiene su primer viaje con LSD y sus letras parecen mostrar una clara inspiración alucinógena (Clothes of Sand). Drake no tenía mucho interés en sus estudios, pero menos aún en los deportes que hacían famoso Cambridge, el rugby y el cricket. Prefería quedarse en su habitación de Fitzwiliam, fumando cannabis, escuchando y haciendo música...

El verano del año 67 conoce a un estudiante de música, que hace los arreglos para orquestar sus dos primeros discos. Él prefería el sonido acústico de su tercer álbum, pero su casa de discos no le permitió grabar sus canciones a un estilo folk, como Bob Dylan o Phil Ochs. Le conocieron por el bajista de Fairport Convention, que le escuchó tocar en Londres el año 68. Su productor era americano, pero había introducido en la industria a los principales grupos de folk-rock británico, como la Incredible String Band, que tenían un cierto aire psicodélico...



HOJAS QUE CAEN EN SILENCIO
Su primer disco se llama Five Leaves Left (Cinco hojas quedan) y tiene ese ambiente otoñal que sugiere el titulo. Lo graba en Londres en 1968, mientras estudia en la Universidad. Aunque tiene arreglos de cuerdas, presenta la voz directa e íntima de Drake, acompañado de músicos como Richard Thompson de Fairport Convention) o el bajista de Pentangle. Nick no se sentía cómodo en el estudio. Tras varios problemas con el productor, el disco se edita tarde y mal. Las letras aparecen mal impresas y apenas tiene publicidad. Suena poco en la radio, pero las pocas críticas que recibe, lo consideran “poético e interesante” (Melody Maker), aunque “no lo suficientemente variado, para ser entretenido” (New Musical Express).

Tras acabar sus estudios en Cambridge, Drake quiere dedicarse a la música en Londres, para decepción de su padre. Al principio no tiene casa. Así que duerme en el sofá o en el suelo del piso de su hermano o sus amigos. Actúa en algunos clubs de folk y es telonero incluso de Fairport Convention en el Royal Festival Hall, pero no conecta con la audiencia. Es incapaz de decir una palabra en público. Por lo que decide dejar de hacer conciertos...

LUNA SOLITARIA
Su disco del año 70, Bryter Later tiene una base algo más rítmica. El bajo y la batería suenan más pop, pero no resulta tan comercial como pensaban. John Cale participa en dos canciones. En su biografía dice que estaba entonces enganchado a la heroína, pero no se sabe si Drake la usaba. Su productor se marcha a Los Ángeles y Nick entra en una depresión. Se le ve serio y nervioso. Su familia hace que empiece a consultar un psiquiatra en Londres. Le recetan antidepresivos, pero comienza a mostrar las primeras señales de psicosis. Se aísla en su habitación y escribe las oscuras canciones de Luna Rosa, su disco del año 72, que no dura ni media hora.



Su último disco vende menos que ninguno de los anteriores. Nick se niega a hacer promoción y decide retirarse de la música. Vuelve a casa de sus padres, donde vive una existencia frugal y solitaria. Desaparece a veces durante días y sufre una crisis nerviosa, siendo hospitalizado durante cinco semanas. No vuelve a hacer ya canciones. Sólo tiene contacto con una amiga, que rompe con él una semana antes de su muerte.

TRISTE MUERTE
Drake sufría insomnio casi toda su vida. Se acostaba tarde y tomaba pastillas para dormir. Eso hizo también la madrugada del 25 de noviembre de 1974, pero ingirió también una gran cantidad de antidepresivos. Aunque no había más nota que una carta para su amiga, se concluyó que su muerte fue un suicidio, a causa de la depresión. Algunos la ven como un accidente, ya que no parecía desesperado. Sus cenizas están ahora enterradas bajo un roble en el cementerio de la iglesia local anglicana, donde muchos se acercan a ver su tumba y la casa de la familia en Far Leys.



Sus álbumes se reeditan y empieza a ser popular. En los años ochenta el grupo The Cure recibe su nombre de una de sus canciones. Algunos hacen versiones de sus temas y le dedican algunos discos. ¡Ha nacido el mito! Se hacen documentales sobre él y su música aparece en películas o anuncios. Se calcula que sólo un mes después de la publicidad de Volkswagen, el año 2000, se vendieron más discos que en los pasados treinta años. A veces parece que no hay nada mejor que morirse para ser famoso...

¿LA MADRE NATURALEZA?
La vida de Drake sin embargo es un triste ejemplo de la soledad de un hombre que busca su dios en la Naturaleza. Las referencias a la luna, las estrellas, el mar, la lluvia, los árboles, el cielo, la niebla y las estaciones, llenan sus canciones con un tono pastoral. Todo ello sin embargo evoca un sentimiento de pérdida y tristeza... Cuando las criaturas toman el lugar de Dios, el hombre se ve alienado y sin esperanza, como enseña Romanos 1.

Algunos piensan todavía que la Naturaleza es Dios, pero como dice el heterónimo de Pessoa, Alberto Caeiro, “si Dios es los árboles y las flores y los montes y la luz de la luna y el sol, ¿para qué llamarle Dios?”. Sólo el Creador puede salvarnos de la frustración de una creación “sujetada a vanidad” (Ro. 8:18). Ya que “la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (v. 21). Es cierto que hasta entonces, “toda la creación gime a una” (v. 22), como Drake, pero no confiemos en las criaturas, sino en el Creador. Porque ¡fuera de Él, no hay esperanza!...

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