El coronavirus deja sin internos, por primera vez en tres décadas, estas 'cárceles' de inmigrantes "Los CIE no se han cerrado, se han vaciado"
Alberto Ares, sj.: "Estamos experimentando que podemos vivir sin CIE, es decir, sin privar de libertad a las personas por una simple falta administrativa"
Los obispos e instituciones como Red Migrantes con Derechos o el SJM han instado al Gobierno a que cierre definitivamente los CIE
Javier Baeza: "Estas personas son encarceladas sin haber cometido delito alguno. Es como si a mí me paran con el DNI caducado"
Javier Baeza: "Estas personas son encarceladas sin haber cometido delito alguno. Es como si a mí me paran con el DNI caducado"
Son auténticas cárceles, aunque los presos no serán juzgados, sino deportados de vuelta a su país. Los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), siete centros (más el anexo de Tarifa) están vacíos por primera vez en más de tres décadas. No por una decisión de política social o migratoria, sino por la emergencia del coronavirus.
Esta semana han sido liberados los últimos cuatro internos que quedaban en el centro de Algeciras. Hoy por hoy, no queda nadie en los CIE. ¿Punto final a un drama que se ha cobrado muchas vidas y ha sonrojado a nuestro país a nivel internacional, o un simple punto y aparte hasta el fin de la pandemia? Hablamos con los expertos.
Para Alberto Ares, sj., director del Instituto de Estudios sobre Migraciones de Comillas, la noticia supone que “desde hace un mes, y debido a la situación excepcional que vivimos, estamos experimentando que podemos vivir sin CIE, es decir, sin privar de libertad a las personas por una simple falta administrativa”.
En opinión del experto, los Centros de Internamiento de Extranjeros “se crearon para controlar los flujos migratorios, frenar la llegada de inmigrantes y agilizar las devoluciones”, pero “en estos últimos años hemos visto que no cumplen satisfactoriamente ninguna de sus funciones”.
Vulneraciones muy graves de los derechos básicos
“Informes de entidades especializadas en el acompañamiento y defensa de los inmigrantes como el Servicio Jesuita a Migrantes denuncian año tras año vulneraciones muy graves de los derechos básicos de las personas en los distintos CIE repartidos por territorio español”, sostiene Ares, que recuerda cómo “la Red Migrantes con Derechos y la Iglesia en España, representada por sus obispos, ha denunciado esta situación repetidamente, instando al cierre de los CIE y la búsqueda de vías alternativas a la privación de libertad para controlar los flujos migratorios."
Mucho más crítico se muestra el párroco de San Carlos Borromeo, Javier Baeza, quien pide “tomar conciencia de que esas personas son encarceladas sin haber cometido delito alguno. Es como si a mí me paran con el DNI caducado”. “Son personas que no han podido arreglar la documentación por nuestra maldita ley de Extranjería, o que quedaron en el paro y no pueden renovar su estancia”.
“Hemos escuchado, y ciertamente ha costado a este gobierno roñoso en Derechos, que los CIE se han cerrado. Pero no es así. Los CIE no se han cerrado, se han vaciado”, denuncia Baeza.
Espacios de impunidad y sufrimiento
“Los CIE ahí siguen ahí, como los definió el Juez Emérito de control del CIE D. Ramiro García como 'espacios de impunidad policial y de sufrimiento para las personas internadas'", sostiene el sacerdote, que pide que esta situación de confinamiento, “que a muchos nos cuesta”, sirva para “experimentar la perdida de libertad se nos hace cuesta arriba”.
“Hemos escuchado testimonios desgarradores en esos lugares, hemos asistido al entierro de compañeras muertas en dichos sitios por mala atención médica, vivimos cotidianamente la aplicación de normas dependiendo del funcionario de turno, hemos visto a las mujeres 'tiradas' en el suelo por no poder salir al patio, mujeres vejadas cuando tienen la regla teniendo que demandar una compresa o un trozo de papel higiénico, niños encerrados en lugares que no queremos ni para los adultos, libertades dadas con nocturnidad que te dejan al deriva en una ciudad que no es la tuya y donde no viven tus allegados y sin un duro en el bolsillo… Situaciones calamitosas como estas, de sufrimiento institucionalizado conocidas por los responsables jurídicos y políticos cuya mirada al problema ha sido traspasada continuamente por esa ley de extranjería a la que antes nos referimos, y que convierte a los vecinos en “los otros”. Y estos otros invisibilizados y olvidados”, finaliza el sacerdote, que lleva años denunciando la realidad de estos centros que, hoy, están vacíos, pero no cerrados.