En el 23 aniversario de la matanza de los jesuitas de la UCA del Salvador Cristina Martín Baró: "Mi hermano es un mártir de la Teología de la Liberación"
(Antonio Aradillas).- Cristina es hermana de Ignacio Martín Baró, uno de los jesuitas que, con dos empleados más, fueron fusilados el día 16 de noviembre del 1989 en El Salvador. Al cumplirse 23 años de aquella trágica matanza, asegura que su hermano, al igual que todos sus compañeros, son "mártires de la Teología de la Liberación" y que, "precisamente por eso la jerarquía de la Iglesia no quiso saber más de ellos". Y, por supuesto, "santos" sin canonizar, porque el santoral está lleno de "compromisos políticos y económicos"
-¿Cómo definirías a tu hermano?
-De mi hermano es obligado asegurar que es mártir de la "Teología de la Liberación" y que, precisamente por eso, con excepción de los miembros de la Compañía de Jesús, la jerarquía eclesiástica no quiso saber más de ellos
-¿No es excesiva tu impresión acerca del comportamiento de los obispos
Sin perder la compostura, con dolor, piedad y misericordia, refuerza su juicio testificando que, por ejemplo, "Jon Sobrino y otros teólogos de la misma escuela de su hermano fueron oficialmente descalificados y relevados de sus cátedras".
- Seguirán Nacho y sus compañeros idénticos pasos que los seguidos por el obispo Mons. Romero en lo que respecta a la no declaración oficial de beatos y de santos?
- Ni creo, ni tengo por qué creer en ese "negocio" por muy espiritual y piadoso que se nos presente y practique en la Iglesia. Pero la muerte de mi hermano y de sus compañeros sigue mereciendo el reconocimiento oficial de la Iglesia- institución. Si el "Santoral" es de verdad lección viva de teología y de catequesis, es incomprensible e injusta la marginación a la que están siendo sometidos los artífices y defensores de la predicación y práctica de la "Teología de la Liberación". Se ve que eso de la "teología" y de la "liberación" no es del agrado de obispos, arzobispos y Papas, aun siendo ésta una de las asignaturas esenciales de la institución eclesiástica, de manera tal, que sin ella, o en versión incompleta, la Iglesia no es Iglesia de Cristo.
- ¿Rezas por tu hermano o le rezas a tu hermano?
- Le rezo a mi hermano y a la vez rezo por el Papa, por los obispos, por la jerarquía en general y por quienes hablan y actúan en su nombre. Los cristianos de a pie comprenden a la perfección lo que quiero decir. El "Santoral" precisa una buena purga de compromisos políticos, sociales y económicos y otras sinrazones. El sentido de la caridad y de la justicia lo encarna más el pueblo que su jerarquía
- ¿Inútil la muerte de tu hermano?
- Jamás una muerte, ni en humano ni en cristiano, podrá ser inútil. Siempre es fecunda y siempre es semilla de auténtica religión, de vida y de liberación.
Cristina recorre alguno de los capítulos de la vida de su hermano con devoción y recogimiento. Me relata que el cargo que ocupaba en la UCA (Universidad Central de América) era el de subdirector, siendo el Padre Ellacuría el director. Contaba con varios doctorados y libros publicados, y en la actualidad llevan su nombre cátedras de teología en universidades de Boston, Chicago y otras poblaciones. Varias tesis doctorales sobre él fueron ya publicadas.
Jerónimo, marido de Cristina, pone el acento además en la vocación, religiosidad y entrega a los pobres, compromiso con la Iglesia de verdad, estudio y simpatía desbordante, valores que fueron cultivados por Nacho ya desde el principio en Valladolid. Su cercanía a los niños, adolescentes y a los pobres en general le movió a practicar una de sus aficiones de ocio, consistente en la realización de actos de magia, tal y como el mismo Miguel Delibes refiere en uno de sus escritos
-¿Tu hermano y sus compañeros buscaron el martirio?
- No creo que lo buscasen, pero el martirio tenía que ser el destino del grupo. La "liberación" fue lo que les instó a quienes decidieron matarlos y a quienes los mataron. De entre las poderosas familias salvadoreñas destacaba la de los "Catorcenos", al dictado y consignas crueles como la de "lucha por su país y mata un jesuita". Los esbirros estuvieron siempre protegidos por el ejército.
-¿Algún dolor de especial relevancia en el drama familiar, social, y además y sobre todo, religioso?
Cristina y Jerónimo, al unísono y emocionados, mencionan la desatención por parte de la jerarquía eclesiástica.
- Mi hermano fue y es testigo y testimonio de Iglesia, cuya tarea es -tiene que ser- la liberación integral del mundo, sobre todo de los pobres.
Un triste, tristísimo, episodio vivido dentro de la Iglesia, del que el pueblo, pero no la jerarquía, conserva su recuerdo con religiosidad y esperanza.