El Gobierno, interesado en acelerar la marcha, mientras Cantera continúa poniendo trabas ¿Destino Silos? Los benedictinos de Cuelgamuros venderán cara su salida del Valle
Silos es el destino más barajado por los benedictinos, considerando que sería el lugar natural para el regreso de una comunidad que no tendría más de una docena de miembros (la norma que creó la Fundación del Valle, hoy derogada, exigía una presencia mínima de veinte monjes)
Otra opción podría ser el monasterio de Leyre, también benedictino, en Navarra, aunque esta posibilidad es bien remota. Mucho más, de hecho, imposible, sería el traslado a Montserrat (se trata de benedictinos de otra rama, no dependiente de la de Solesmes)
"No hay nada decidido", declara a El Periódico el abad de Silos, el monje, teólogo e historiador religioso Lorenzo Maté, restándole inminencia al traslado, como también hace Moncloa que, sin embargo, sí muestra cierta preocupación por los plazos
"No hay nada decidido", declara a El Periódico el abad de Silos, el monje, teólogo e historiador religioso Lorenzo Maté, restándole inminencia al traslado, como también hace Moncloa que, sin embargo, sí muestra cierta preocupación por los plazos
Los monjes benedictinos del Valle de Cuelgamuros tendrán que salir del Valle. Y tendrán que hacerlo pronto. Pero no lo pondrán fácil, pese a que, en los últimos meses, tal y como ha podido saber RD, se han intentado arbitrar distintas soluciones, desde la creación de una nueva comunidad en el 'cementerio de los mártires' de Paracuellos, hasta la diseminación de los religiosos en varios cenobios de la congregación, pasando por una 'vuelta' al monasterio de Silos (de allí partieron en 1958 para fundar monasterio en el Valle de los Caídos) que, hoy por hoy, se antoja como la más factible.
Al menos, así, lo asegura El Periódico, quien apunta a que Silos es el destino más barajado por los benedictinos, considerando que sería el lugar natural para el regreso de una comunidad que no tendría más de una docena de miembros (la norma que creó la Fundación del Valle, hoy derogada, exigía una presencia mínima de veinte monjes). Otra opción podría ser el monasterio de Leyre, también benedictino, en Navarra, aunque esta posibilidad es bien remota. Mucho más, de hecho, imposible, sería el traslado a Montserrat (se trata de benedictinos de otra rama, no dependiente de la de Solesmes).
"No hay nada decidido"
"No hay nada decidido", declara a El Periódico el abad de Silos, el monje, teólogo e historiador religioso Lorenzo Maté, restándole inminencia al traslado, como también hace Moncloa que, sin embargo, sí muestra cierta preocupación por los plazos. Del mismo modo, apuntan, hay pendiente una negociación con el Arzobispado de Madrid para determinar el futuro de la abadía y de la conservación religiosa del complejo, (el templo no se tocará).
Unas negociaciones que no han comenzado, aunque sí se han dado algunas tomas de contacto. La Comunidad de Sant'Egidio, un movimiento especializado en la resolución de conflictos y la búsqueda de la paz en todo el mundo, podría ser quien asumiera la gestión del recinto religioso. Pero para ello primero hay que 'sacar' a los benedictinos de Cuelgamuros. Y no será tarea fácil.
Sin embargo, según ha podido saber RD, los benedictinos de Cuelgamuros venderán cara su derrota, y no descartan (de hecho, están siendo animados a ello por ciertos grupos vinculados a la derecha extrema mediática, política y jurídica) emprender acciones legales contra Patrimonio Nacional y contra la Ley de Memoria Democrática, que declara extinguida la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos lo que, en puridad, habría de suponer la salida de la comunidad. De hecho, se están preparando un pleito por impago de las cuotas destinadas a la fundación (que llevan varios años congeladas por Patrimonio), y una cuestión de constitucionalidad sobre la norma que cambia de nombre al Valle y reconfigura el espacio para convertirlo en un espacio de memoria.
El falso mantra del derribo de la cruz
Los monjes, liderados por Santiago Cantera, tampoco descartan una denuncia por vulneración del derecho fundamental a la libertad religiosa, pues no son pocos (incluso, dentro del episcopado) que aseguran que la marcha de los benedictinos es un ataque directo a la fe cristiana, utilizando para ello el mantra (falso) del cierre de la abadía y del templo e, incluso, el derribo de la cruz, la más alta del mundo.
Nada de esto va a ocurrir, pero en andamiaje mediático podría servir para estructurar una demanda que, como se ha visto en las últimas semanas, podría ser admitida por un sistema judicial que no pasa por sus mejores momentos.
El objetivo final no sería tanto evitar la expulsión, sino ganar tiempo para bloquearla y confiar que, dentro de un año, las elecciones generales configuren un escenario en el que la derecha (PP y VOX) reviertan, como así han prometido en numerosas ocasiones, la Ley de Memoria Democrática.
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