La Agrupación Ilerdense de Belenistas cerrará este domingo "uno de los mejores ciclos pesebrísticos de los últimos tiempos" Jordi Curcó: "Hemos sabido preservar la tradición de mantener el pesebre hasta el día de la Candelaria"

Jordi Curcó
Jordi Curcó Obispado de Lleida

Jordi Curcó es periodista, activista cultural y, desde hace seis años, presidente de la Agrupación Ilerdense de Pesebristas, una de las más activas en el mapa pesebrístico de Cataluña

En Lleida existe la tradición de mantener el belén un poco más allá del día de Reyes. La costumbre señala que la representación del Nacimiento no debería retirarse hasta el día de la Candelaria; es decir el 2 de febrero

“Este domingo 2 de febrero, día de la Candelaria, escenifica el punto final”, recuerda Curcó en referencia a un "ejercicio de fantasía creativa" que este año ha demostrado tener más pulmón que nunca en Lleida

Este arte plástico, imaginativo y manual "conecta a todo el mundo, tanto si se cree en Dios como si no, con los instintos más entrañables de cualquier humano", apunta

(FLAMA).- Por las calles de Lleida y de otras muchas poblaciones todavía se respira un ambiente navideño que “se resiste a desaparecer” por la presencia, aunque disimulada, de los pesebres que continúan expuestos en las entradas de casas y edificios culturales y religiosos. Esto es lo que cree Jordi Curcó, periodista, activista cultural, hombre integrado en el tejido asociativo de la capital del Segrià desde que tiene uso de razón (sigue viviendo en la ciudad donde nació en 1958), y, desde hace seis años, presidente de la Agrupación Ilerdense de Pesebristas, una de las más activas en el mapa pesebrístico de Cataluña.

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Como en muchas localidades, en Lleida, la mayoría de sus vecinos se apresuran a desmontar el pesebre justo después del Día de Reyes. Pese a ello, existen tradiciones que recomiendan mantenerlo un poco más. Una de estas costumbres señala que la representación del Nacimiento no debería retirarse hasta el día de la Candelaria; es decir el 2 de febrero, cuarenta días después de Navidad. Se trata también del día de la Luz y, en este sentido, tiene un significado especial en la tradición cristiana: conmemora la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María, marcando el cierre simbólico del tiempo navideño.

Exposición de pesebres en Lleida
Exposición de pesebres en Lleida

“Este domingo 2 de febrero, día de la Candelaria, escenifica el punto final”, recuerda Curcó en referencia a un “ejercicio de fantasía creativa” —tal y como lo definía el papa Francisco en su carta apostólica Admirabile signum, el mismo año que el leridano accedía a la presidencia de la asociación— que este año ha demostrado tener más pulmón que nunca en Lleida: “Durante los meses de diciembre y enero, hemos tenido uno de los mejores ciclos pesebrísticos desde hace mucho tiempo”, pone de relieve mientras apunta hacia la celebración de dos concursos de dioramas que han superado todas las expectativas: "Hemos contado con unos 150 participantes -continúa- entre ambas ediciones", una de las cuales con 90 años de existencia.

"El pesebre también molesta a mucha gente"

Con estas cifras en sus manos, Jordi Curcó considera que este arte plástico, imaginativo y manual que "conecta a todo el mundo, tanto si se cree en Dios como si no, con los instintos más entrañables de cualquier humano", ha encontrado durante los últimos tiempos la fórmula necesaria para sobrevivir y, si acaba siendo posible, haciéndolo hasta el 2 de febrero. “Nos encontramos con que todos aquellos que, como dice el Papa, experimentan el dulce y exigente proceso de transmisión de la fe mediante la creación del pesebre no pueden mantenerlo durante los cuarenta días posteriores al nacimiento de Jesús, pero es loable que, algunos casos, se haga“, señala.

Por eso, Curcó se apresura, antes de esa fecha, a visitar algunos de los belenes que todavía no ha podido ver (“ayer mismo fui a ver uno que hizo, en su casa, un destacado belenista leridano”, admite), mientras reconoce que, el anuncio del pesebre, a pesar de ello, “también molesta a mucha gente”. Y se explica: “Tanto los que queremos preservar esta tradición como los que no también debemos tragarnos cada año, por estas fechas, otra tradición: la del eterno debate que surge [como es el caso de Barcelona] en torno a si hay que colocar el pesebre en la vía pública en medio de una gran ciudad”. sentencia.

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