"Conservá toda esa ‘juventud acumulada’ y seguí ofreciéndola en servicio parroquial”, le escribe el Papa "Juanita, ni se te ocurra jubilarte": La carta de Francisco a una catequista canaria de 96 años

“Querida Juanita, tú sabes que hay gente que le gusta dar noticias buenas. Y alguna de estas personas me habló de ti, de tu labor en la parroquia, tu trabajo como catequista y otras cosas hace mucho bien”. Juanita -Juana Casanova-no podía dar crédito a lo que le estaban leyendo. A sus 96 años, tras más de ocho décadas como catequista en la parroquia de Haría, en Lanzarote, el mismísimo papa Francisco le había escrito una carta agradeciéndole todo el servicio y la dedicación al prójimo a lo largo de todo ese tiempo.

“Me dicen que estás perdiendo la vista… Esto sucede con la edad, pero tú sabes ver con los ojos del corazón”, le escribía de su puño y letra Francisco, quien, acto seguido, le pedía que, “por favor, ni se te ocurra jubilarte. Conservá toda esa ‘juventud acumulada’ y seguí ofreciéndola en servicio parroquial”.

“Rezo por vos, por favor te pido que lo hagas por mí”, le pedía el papa Bergoglio a la catequista, finalizando con un “que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide. Fraternalmente, Francisco”.

“La anciana ha perdido la vista, pero ni esa discapacidad ni su avanzada edad le impiden continuar con la labor que lleva realizando durante más de ocho décadas en el municipio, desde que tenía 14 años: dar catequesis. Esa acción fue comunicada al papa a través de un correo electrónico y no dudó en contestar el mensaje” el pasado 18 de noviembre, señala en una amplia información el diario La Provincia.

La idea de enviar ese mensaje al Papa fue del sacerdote Norberto Antonio Medina Díaz y de un grupo de feligreses de la parroquia de la Encarnación, en el municipio de Haría, con motivo del homenaje que le brindaron a la veterana catequista en la iglesia el pasado 25 de noviembre en agradecimiento a todo el trabajo desarrollado en la misma “allá por el año 1941”.

Para Juana, la carta de Francisco ha supuesto "un reconocimiento muy grande. Nunca pensé que se acordara de esta muchachita que está en Lanzarote, aquí escondidita. La catequesis es lo mío. Mi maestra me cogió de pequeña, no era ni una mujer. Tenía que llevar un grupo y yo he seguido. Todavía estoy dando con una compañera en el despertar a los padres. Lo hago con una ilusión grande, pero es el Señor el que me da esta fuerza", señaló en declaraciones a La Provincia.