Comunicado profesionales de Extremadura con motivo de la semana Laudato si' Laudato Si’ o "nada de lo humano me es ajeno"
"Profesionales de muy distintos ramos de Extremadura manifiestan conjuntamente su apoyo y compromiso por el planteamiento de la Laudato si y sus siete objetivos en conexión con los ODS, objetivos de desarrollo sostenible"
"Este documento se escribe y se hace público en mayo de 2015, y es el primero en la historia de los textos pontificios que aborda explícitamente la problemática medioambiental como cuestión moral"
"Nada de lo humano nos es ajeno. Y resulta que la deriva que toman las inquietudes de una Iglesia capitaneada por este Papa es profundamente humana"
"Nosotros, desde nuestro ser y hacer como profesionales en distintos ámbitos (salud, educación, empresa…), nos alegramos de estas iniciativas en la Iglesia Católica y apoyaremos su puesta en marcha personal, familiar, profesional y comunitariamente, como creyentes y como ciudadanos comprometidos"
"Nada de lo humano nos es ajeno. Y resulta que la deriva que toman las inquietudes de una Iglesia capitaneada por este Papa es profundamente humana"
"Nosotros, desde nuestro ser y hacer como profesionales en distintos ámbitos (salud, educación, empresa…), nos alegramos de estas iniciativas en la Iglesia Católica y apoyaremos su puesta en marcha personal, familiar, profesional y comunitariamente, como creyentes y como ciudadanos comprometidos"
| Trinidad Ruiz y Jesús Sánchez
Con estas palabras demostraba el autor Terencio que desde la Roma clásica, se sabe que el alcance de lo que afecta a las personas es mucho más de lo que parece a simple vista. A partir de la antigua contraposición social versus natural, cultural versus ambiental, las nuevas relaciones que estamos llamados a cultivar con el planeta (nuestra única casa) parece que se dibujan más como un entramado que como una bidireccionalidad. Y la ecología, entonces, ahora, adquiere una nueva dimensión. Podríamos decir que la ecología ya no es lo que era… o mejor: ahora tenemos que entenderla como lo que siempre fue.
Es curioso que a esta corrienteque en los contextos occidentales parece encabezar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Asamblea de las Naciones Unidas, muchas iniciativas suman desde inquietudes y sensibilidades diferentes. De todas ellas, es particularmente relevante la liderada por el Papa Francisco y su encíclica Laudato Si’.
Este documento se escribe y se hace público en mayo de 2015, y es el primero en la historia de los textos pontificios que aborda explícitamente la problemática medioambiental como cuestión moral. Es decir, arrastra a los creyentes de una de las religiones más significativas de la humanidad a un espacio donde la cuestión ecológica deja de ser meramente política (o civilmente política, si se quiere) para integrarla en el corpus de la doctrina católica. Lo ecológico es una cuestión de Dios. Del Dios cristiano y de aquellos que manifiestan seguirle y vivir de acuerdo a sus preceptos.
No es algo que nazca de la nada. Francisco ha recogido en esta encíclica la tradición de milenios de enseñanza católica y la ha aplicado al contexto de crisis y emergencia climática (y universal) actual. Una crisis que se lleva por delante, sobre todo, a los más pobres.
Por eso, la ecología de Francisco engloba los aspectos no solo ambientales, sino también económicos, culturales y de la vida cotidiana. Y esta visión global, holística, de lo ecológico lleva al Movimiento Católico Mundial por el Clima a celebrar próximamente (16-24 mayo) la Semana Laudato Si’, en colaboración con unas 150 organizaciones católicas de muy diversos perfiles.
Francisco auspicia este evento desde el Dicasterio (o Ministerio vaticano) para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Es un gran paso hacia esa conversión ecológica a la que nos invita el pontífice y en esta semana se concretarán medidas para caminar en este sentido.
Como adelanto, la plataforma de Acción Laudato Si’, que está poniéndose en marcha, y la Comisión Vaticana COVID-19 han propuesto unos Objetivos Laudato Si’ y un proceso de siete años orientado a la ecología integral, donde se irán sumando e imbricando diferentes instancias: desde las familias hasta órdenes religiosas, pasando por universidades, parroquias, etc.
Si los ODS marcan una serie de desafíos (17) que se espera ir consiguiendo a medida que se alcancen una serie de metas intermedias, con esta misma filosofía de integración y transversalidad, se plantean los OSL, Objetivos Laudato Si’, en número de 7.
Es interesante que integran esa idea que los ODS dibujaron (desarrollo sostenible como medio para una justicia distributiva universal y una mejora de la calidad de vida de todos) enraizándolos en la tradición bíblica e inspirándolos en la Doctrina Social de la Iglesia.
Llama la atención que estos siete ejes tengan su inicio en la sostenibilidad hacia y para la naturaleza (lo que Francisco señala como el clamor de la Tierra), la casa común; pero integra la lucha contra la injusticia y la defensa de los vulnerables y los olvidados (el clamor de los pobres), la economía o la educación. Y completa el recorrido como lo empezó, haciendo énfasis y enfocando la dimensión trascendente de esta visión de la realidad. Por eso, los Objetivos Laudato Si’ hablan también de adoptar un estilo de vida sencillo (sobrio, en el sentido más cristiano de la palabra y de la tradición) y una espiritualidad ecológica, donde la vivencia celebrativa de la religión (oraciones, liturgias, etc) se centre en la imagen del Dios de la Creación.
Nada de lo humano nos es ajeno. Y resulta que la deriva que toman las inquietudes de una Iglesia capitaneada por este Papa es profundamente humana. Nos recuerda mucho a aquellas palabras de la Gaudium et Spes “Las alegrías y las esperanzas, los gozos y las angustias de los hombres son (…) los de la Iglesia”.
Nosotros, desde nuestro ser y hacer como profesionales en distintos ámbitos (salud, educación, empresa…), nos alegramos de estas iniciativas en la Iglesia Católica y apoyaremos su puesta en marcha personal, familiar, profesional y comunitariamente, como creyentes y como ciudadanos comprometidos. La crisis climática que vivimos, de la que la covid es tan solo una consecuencia, es profundamente humana. Ojalá los Objetivos Laudato Si’ sirvan para dejar un mundo mejor a nuestros hijos y unos hijos mejores a nuestro mundo.
Trinidad Ruiz Téllez 08797681C, Farmacéutica
Jesús Sánchez Martín 80075129P, Ingeniero Químico
Juan Carlos Alía Gallego 33974676L, Ecólogo,
José Blanco Salas 08829814E, Biólogo
Ana Belén Bravo Caballero 07047854, Periodista
Jesús Cordero Muñoz 080044309P, Geógrafo
Luis Espejo Antúnez 08865301C, Fisioterapeuta
Carmen Fernández González 29742040G, Química
María Peligros Folgado Cordovés 0879604B, Enfermera
María Victoria Gil Alvarez 33971088L, Química
Rafael Alejo González 08802412J, Filólogo
Vicente Pablo Guerrero Bote, 33972471E, Documentalista
Pedro Gutierrez Domínguez 09200875R, Músico
José Moreno Losada 08783040B, Teólogo
Jose María Monteagudo Cebrián 08784977N, Empresario
José Ortíz Jimenez, 08848184S, Profesor
Juana María Pavo Rojo 532644291V Técnica en Actividades Socioculturales,
Francisco Manuel Pedraja Chaparro, 08785272P, Economista
Ismael Pérez Franco 09209971N, Economista
María Gracia Ramiro Barroso 08874434E, Directora de Residencia de Mayores
Ana Beatriz Rodriguez Moratinos 08804122K, Bióloga
Jesús Salas Martínez 08795508D, Cirujano
María José Toledo Serrano 52359157W, Uróloga
Francisco Zamora Polo 08836562P, Ingeniero Industrial
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