Los obispos pasaron de puntillas por los temas escabrosos para no romper la buscada "unanimidad" en torno a los abusos Una Plenaria en la que "no ha pasado absolutamente nada"
Argüello echa balones fuera a la hora de hablar de su continuidad, aunque asegura que "es la Asamblea Plenaria la que elige, en la siguiente Plenaria yo estaré de secretario general"... si no pasa nada. "Hoy, mi situación es la que es"
Fue una Plenaria con menos tensión de la esperada, en buena medida por la calculada decisión del presidente Omella de ‘limar asperezas’ con el sector conservador, decidido a plantear una pugna si se les forzaba a entregar información sobre los abusos a entidades privadas, y también por la “tristísima noticia” del fallecimiento, este miércoles, del cardenal Amigo
"Nuestra palabra de denuncia de la invasión injusta, de la solidaridad con el pueblo ucraniano que se ve obligado a ejercitar una legítima defensa ante un ataque injusto, a la necesidad de que el respeto de derecho internacional y la búsqueda de soluciones pacíficas que pongan fin a la guerra, y una solución justa a los conflictos que se han querido resolver con la forma bárbara de la guerra"
"Nuestra palabra de denuncia de la invasión injusta, de la solidaridad con el pueblo ucraniano que se ve obligado a ejercitar una legítima defensa ante un ataque injusto, a la necesidad de que el respeto de derecho internacional y la búsqueda de soluciones pacíficas que pongan fin a la guerra, y una solución justa a los conflictos que se han querido resolver con la forma bárbara de la guerra"
“Yo he sido elegido por cinco años, en 2018. Cumpliré mi tiempo cuando se cumpla este plazo. Hemos hablado de funerales, nadie tenemos la vida asegurada, o cualquier otro tipo de circunstancia. Hoy, mi situación es la que es. Es la Asamblea Plenaria la que elige, en la siguiente asamblea plenaria yo estaré de secretario general”. Aunque todos los rumores sitúan su nombramiento como arzobispo de Valladolid en los próximos días, Luis Argüello mantuvo su tesis de no tomar decisiones hasta que no se den las noticias, y respondió de este modo a la pregunta de la prensa acerca de si ésta iba a ser su última rueda de prensa como portavoz.
El obispo auxiliar de Valladolid, cuyo entorno aseguró en exclusiva a RD que, en el caso de ser nombrado obispo titular pensaría “muy seriamente” si podría compatibilizar ambos cargos, se mantuvo en esta ocasión en su sitio tras una Plenaria con menos tensión de la esperada, en buena medida por la calculada decisión del presidente Omella de ‘limar asperezas’ con el sector conservador, decidido a plantear una pugna si se les forzaba a entregar información sobre los abusos a entidades privadas, y también por la “tristísima noticia” del fallecimiento, este miércoles, del cardenal Amigo.
Pasar de puntillas frente a la "cultura del enfrentamiento"
“No ha pasado nada, absolutamente nada. Hemos pasado de puntillas por todos los temas escabrosos para no romper la imagen de ‘unanimidad’ que había que dar”, asumen, resignados, dos obispos nada más escuchar la rueda de prensa del obispo auxiliar de Valladolid. Tal vez por ello Argüello destacó las palabras de Omella contra la “cultura del enfrentamiento”, que unida a “una falta de referentes éticos” puede poner en crisis la democracia. También en la Iglesia, aunque Argüello (y Omella) buscaban lanzar un ‘dardo’ envenenado al Gobierno.
Buena parte de la Plenaria, junto a nombramientos y análisis varios, giró en torno a la situación en Ucrania. A este respecto, Argüello expresó “el deseo de orar por la paz” para “no acostumbrarnos al drama y la injusticia de la guerra” en el corazón de Europa.
"Invasión injusta" de Ucrania
“Además, nuestra palabra de denuncia de la invasión injusta, de la solidaridad con el pueblo ucraniano que se ve obligado a ejercitar una legítima defensa ante un ataque injusto, a la necesidad de que el respeto de derecho internacional y la búsqueda de soluciones pacíficas que pongan fin a la guerra, y una solución justa a los conflictos que se han querido resolver con la forma bárbara de la guerra”, recalcó el prelado, quien animó a seguir “demostrando la capacidad de acogida, hospitalidad, solidaridad con los refugiados ucranianos que han llegado a España”, para “transformar la emoción en virtud, sobre todo en política, en lo que supone de acogida de los refugiados”.
Y no sólo los ucranianos, porque, recordó, “a España están llegando no sólo refugiados ucranianos, también por la frontera sur, a Ceuta, Melilla, Canarias…”. En este punto, añadió que “hemos establecido la posibilidad de crear unos corredores de hospitalidad, para que no sean solo las dos diócesis canarias las que tengan que soportar la carga”, aunque “esto es imposible sin colaboración con las administraciones públicas”.
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