Mikel Garciandía se pregunta si, tras el ruido de los tractores, se les escuchará El obispo de Palencia denuncia que los agricultores están "en el total olvido"
Tras las consecuencias que deja la crisis, el alza de los precios, tanta inequidad en el reparto de los legítimos beneficios, los hombres y mujeres del campo pueden volver a quedarse con sus soledades, sin apenas medios, sin cobertura y en el total olvido
"La nuestra es una sociedad que parece movilizarse con las palabras naturaleza y ecologismo, pero que a menudo no tiene en cuenta a las personas que la viven y cuidan, y tantas veces, como ahora, sufren"
| Mikel Garciandía Goñi. Obispo de Palencia
Como comunidades cristianas sentimos nuestras las alegrías y las tristezas, y los problemas que vive nuestro mundo rural. Las protestas de estos días suponen una llamada a nuestra conciencia, a salir cada cual, de nuestra existencia, más o menos plácida y segura:
- Pueden ser una parada, un momento de reflexión ante la situación que vive nuestro mundo rural hoy.
- Son una llamada ante problemas graves a los que no se busca solución duradera.
- Deben suponer un tener en cuenta a nuestra gente que vive olvidada por todos… en nuestros pueblos, esos que apenas cuentan, esos que ven cómo otros deciden por ellos y sin contar con ellos.
La nuestra es una sociedad que parece movilizarse con las palabras naturaleza y ecologismo, pero que a menudo no tiene en cuenta a las personas que la viven y cuidan, y tantas veces, como ahora, sufren.
Tras las consecuencias que deja la crisis, el alza de los precios, tanta inequidad en el reparto de los legítimos beneficios, los hombres y mujeres del campo pueden volver a quedarse con sus soledades, sin apenas medios, sin cobertura y en el total olvido... “hasta más ver”. El mundo del campo, de la agricultura, de la ganadería vuelve a ser el mundo de los ignorados y tantas veces utilizados.
Los cristianos de nuestra Iglesia local de Palencia no podemos menos de hacernos eco de tantos hogares y comunidades rurales, cuyo modo de vida es cada vez más amenazado e insostenible.
¿Con el ruido de los tractores se les escuchará, o bien otra vez todo quedará en promesas que el tiempo disipa y olvida?
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