Apelan al “diálogo político” para afrontar los problemas energéticos y alimentarios Las 3 crisis que preocupan a los obispos españoles ante los efectos de la guerra en Ucrania
Con el título de “Crisis energética, paz y cuidado de la creación”, los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social publican un mensaje de cara a la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación del 1 de septiembre
“Vuelven de nuevo amenazas y riesgos que parecían ya olvidados, pues en esta encrucijada emerge de nuevo con fuerza la “cuestión nuclear”, tanto en el caso del conflicto entre Rusia y Ucrania, como en otras partes del mundo”
La preocupante situación internacional derivada de la guerra en Ucrania marca la reflexión que los obispos españoles han desplegado en el mensaje con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación del próximo 1 de septiembre.
“En un contexto de conflicto bélico de gran repercusión en la vida de Europa”, dicen los pastores de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social-, vuelven de nuevo amenazas y riesgos que parecían ya olvidados, pues en esta encrucijada emerge de nuevo con fuerza la 'cuestión nuclear', tanto en el caso del conflicto entre Rusia y Ucrania, como en otras partes del mundo".
"Graves daños a la casa común"
Es un contexto, añaden, que “nos ha sorprendido a todos” y que, salta a la vista, preocupa mucho a los pastores, pues se ha puesto en cuestión “la paz internacional y se están provocando graves daños a la casa común”, según señalan.
Y es desde esta preocupación desde la que los obispos advierten sobre tres graves peligros que se ciernen en este momento histórico sobre la humanidad e, incluso, sobre la vida en el planeta, a causa de la crisis energética que ha causado ya la invasión rusa; la alimentaria, factor colateral que ya han empezado a sufrir los países más vulnerables, incluso a miles de kilómetros del campo de batalla; y la crisis de confianza en el concierto de la política internacional, traducida en un quebranto para la fraternidad universal, es decir, para la paz.
1.- Crisis energética
“Hay una interdependencia evidente entre los atentados contra la paz y su incidencia en la casa común, en el orden de la Creación. Cuando ya estaba naciendo un cierto consenso para afrontar los problemas de fondo de la humanidad en el orden energético y en el orden alimentario, con la guerra se ha puesto en peligro el equilibrio en la disponibilidad de recursos alimentarios para numerosas poblaciones que dependen de los graneros sometidos a la violencia del conflicto”, señala los obispos.
De hecho, algunos países de Europa reabren el debate sobre el uso del carbón y se paraliza el desmantelamiento de la energía nuclear, ante la imposibiliad de una pronta transición hacia energías verdes debido a la amenaza de corte de suministro de gas por parte de Rusia.
“La comunidad internacional, y también nuestro país, se ha comprometido en estos últimos años, a realizar una transición hacia el uso de energía no contaminante y lograr una agricultura sostenible", pues “sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes – sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas – necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora”. Sin embargo, esta demora es ya un hecho, con las consecuencias que señalan para el deterioro del medio ambiente.
2.- Crisis alimentaria
Es la más dramática, rápida y de efectos inmediatos. “Con la guerra -dicen los obispos- se ha puesto en peligro el equilibrio en la disponibilidad de recursos alimentarios para numerosas poblaciones que dependen de los graneros sometidos a la violencia del conflicto y, sobre todo, están en riesgo alimentario importantes poblaciones de los países más pobres, pues son preferentemente esos países los que se están viendo especialmente afectados por las múltiples crisis sanitarias, geopolíticas y climáticas”.
De hecho, subrayan, “la crisis alimentaria ha supuesto una presión fuerte para la alimentación de los más pobres, pues la escasez fomenta la elevación de precios, y forma una alianza trágica con la presión de los precios de la energía. Todo ello incide en las condiciones de vida digna de los más vulnerables”.
3.- Crisis de fraternidad
"Se nos ha recordado que las soluciones son complejas y requieren no solo de la innovación tecnológica y la adecuada financiación, también del diálogo político, señalan los obispos, para, acto seguido, lamentar que “pensábamos hasta hace poco que ese diálogo se había conseguido y nos encaminábamos hacia un continente en el que la protección del medioambiente y la paz eran metas a conseguir”
“Sin embargo, la situación en la que nos encontramos ahora, nos hace ser más cautos y nos empuja a recordar que tanto la paz como el cuidado de las relaciones personales y entre las naciones siempre están amenazadas”.
Cuidarlas requiere de “una atención constante y de una profundidad espiritual para poder sostenerse en el tiempo”, destacando que “esta la contribución especial que los cristianos podemos hacer en el complejo panorama actual”, pidiendo “al Creador que nos conceda la paz y nos ayude a vivir la fraternidad entre los pueblos”.
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