Del 3 al 5 de noviembre se celebró en Roma el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares, en el que participaron unos 200 miembros pertenecientes a 92 movimientos populares procedentes de 65 países. Los temas a tratar fueron siempre las denominadas tres T : “Trabajo, Techo, Tierra”, el cuidado del ambiente y la naturaleza, y la cuestión de los emigrantes y refugiados. En este Encuentro el Papa Francisco pronunció un importante discurso (se puede leer completo en Religión Digital), en el cual hizo una denuncia contundente y directa contra el neoliberalismo capitalista. Estas son sus palabras literales:

“¿Qué le pasa al mundo de hoy que, cuando se produce la bancarrota de un banco de inmediato aparecen sumas escandalosas para salvarlo, pero cuando se produce esta bancarrota de la humanidad no hay casi ni una milésima parte para salvar a esos hermanos que sufren tanto?”

De esto tenemos el ejemplo más evidente en España: la cantidad enorme de millones inyectados por el gobierno a los bancos. Según información facilitada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) las ayudas más ajustadas a la realidad quedan en 69.426 millones. Su desglose es: 40.418 millones en recapitalización, 25.533 millones en el rescate de activos deteriorados (las dos partidas más difíciles de recuperar) y otros 3.475 millones en medidas de liquidez.

Entre tanto, es el mismo gobierno el que no quiere recibir refugiados, los rechaza con vallas, los captura si las saltan o llegan en pateras, los encierra en los CIES en condiciones infrahumanas y tan pronto como puede los devuelve a donde sea. Esto es una crueldad inaudita, mientras tenemos en nuestro país al millonario más grande del mundo, y las riquezas de los ricos suben cada vez más, y los bancos ganan cada año más y más dinero. ¿A costa de quién?