Dichosos los que tiene hambre y sed de justicia: En España algo no va bien
La justicia es el primer grado de amor
Lucas 12, 32-48 (Resumen)
Dijo Jesús a sus discípulos: “No temas, pequeño rebaño; porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino. Vended vuestros bienes y dad limosna para tener un tesoro inagotable en el cielo,... donde El nos quiere sentar a la mesa y servirnos por haber sido administradores fieles y solícitos de sus bienes en este mundo para todos los hombres...”
1.-Dios pone en nuestras manos el Reino de Dios: es decir, que somos los depositarios y constructores del mismo, cuya esencia es el amor, la fraternidad, la justicia, la vida, la solidaridad, la paz, con un destino de plenitud para todos los hombres y para toda la creación. De ahí que tener más bienes de los necesarios, se convierte en un deber de justicia para la necesidad del prójimo que no tiene lo necesario, por lo que debemos dar limosna, o sea, compartirlos. Jesús es tajante: "vended vuestros bienes y dad limosna. Pero, ¿qué significa bíblicamente limosna?
La palabra justicia, en sus diferentes acepciones, la mayoría de las veces referida a la justicia como tal, se repite en la Biblia más de 200 veces. Los profetas bíblicos, consideran que no se es fiel a Dios sin ser fiel al hombre, y que el acercamiento a Dios es falso si no es justo en las relaciones con los hombres y en la vida social. Exhortan a la limosna, pero no emplean esta palabra en el sentido que le damos hoy. En hebreo limosna se dice "sadaqah", que significa "justicia". Es decir que, en sentido bíblico, dar limosna es hacer justicia. En otras palabras, los profetas piden hacer justicia a quienes son víctimas de la injusticia.
Por tanto, ayudar a quien es víctima de la injusticia es un deber de justicia. Así Isaías dice: Velad por la equidad, practicad la justicia" (Isaías 56,1). "El ayuno que yo quiero, dice Dios, es desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, arrancar todo yugo, compartir tu pan con el hambriento, dar alojamiento a los que no tienen casa, cubrir al que pasa frío, no apartarte de tu semejante". (Isaías 58, 6-7).
Por su parte Jeremías escribe: Así dice Dios al rey Joaquín: “¡Ay del que edifica su casa sin justicia y sus pisos sin derecho! De su prójimo se sirve de balde y su trabajo no le paga... tu padre hizo justicia y equidad y le fue bien. Juzgó la causa del humillado y del pobre, y le iba bien..., pero tus ojos y tu corazón solo buscan el lucro hasta verter la sangre del inocente,... el entierro de un borrico será el tuyo”.
2.-Jesús entendió la limosna en el sentido bíblico genuino: Bien claro lo dice en su primer discurso programático de las Bienaventuranzas: "Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia". Incluso dice más: "dichosos los perseguidos por causa de la justicia". Este compromiso a El le costó la vida. Fue asesinado, víctima de los poderes político-religiosos de Jerusalén.
Por tanto dar “limosnas” en el sentido que lo entendemos hoy, sin luchar por la justicia, contra las injusticias y contra los injustos en cuanto tales y las estructuras sociales injustas, es una falsificación del Reino de Dios.
3.-Jesús no pide este compromiso a ciegas: Este compromiso tiene dos dimensiones: una inmanente: la construcción del Reino de Dios en este mundo para una vida digna y gratificante para toda la humanidad, y en ella implicada otra trascendente: un tesoro inagotable en el cielo, en cuya mesa Dios nos quiere sentar y servirnos El mismo.
4.-Nos falta mucho por hacer. Estos datos lo reflejan:
En 1970 los bienes de los ricos crecieron un 70 %, y los de los pobres tan solo un 4%, y 30 años más tarde los de los ricos crecieron un 85 %, y los de los pobres tan solo un 1,1 %: la desigualdad no solo no disminuyó, sino que aumentó considerablemente.
Dentro de la Unión Europea hay diferencias muy considerables, desde Holanda que tiene un 16 % de pobres a Bulgaria que tiene el 49 %, pasando por España que tiene un 27 %. La UE, a pesar de llamarse así, tiene unos 40 millones de excluidos sociales.
Pero si comparamos los países del Norte con los del Sur, la diferencia es abismal, sobre todo en Africa, donde va desde el 46 % hasta el 80 % como en Liberia, Malí o Chad, pasando por el Níger con el 63 %, cuyo uranio alimenta las 59 centrales nucleares de Francia, añadido a esa pobreza la abismal desigualdad que hay entre los pobres y los ricos de esos países, que puede ir desde 1 a 200, o más.
5.-En España algo no va bien: Desde que comenzó la crisis, la brecha entre ricos y pobres ha aumentado de forma considerable, pues la cifra de multimillonarios se ha duplicado en nuestro país y hoy son cerca de 500 los españoles que declaran un patrimonio de más de 30 millones de euros, ya que en 2007 eran 230. Y al mismo tiempo (según la última Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el Instituto Nacional de Estadística), algo más de 13 millones de personas, en su mayoría menores de 16 años, están en riesgo de exclusión social, ya sea porque no tienen ingresos o porque los que tienen no les dan para vivir con condiciones de vida minimamente dignas.
El crecimiento del 3,2% que el Producto Interior Bruto (PIB) nacional experimentó en 2015, no se ha traducido en una mejora del bienestar social. Aunque el IPC en 2014 y 2015 fue negativo (-1,1% y -0,19%), el 80 % de la población percibe que el coste de la vida es cada vez más alto porque el poder adquisitivo de las familias se ha reducido progresivamente desde 2008, ya que el empleo que se genera es cada vez más de peor calidad. De hecho todo el avance económico que se ha producido ha venido a enriquecer a los que eran ya ricos, causando mayor empobrecimiento de los pobres y convirtiendo en pobres a los que antes no lo eran. La España que va bien parece ser solo la de aquellos a los que siempre les ha ido bien. (Datos del Barómetro mensual de Metroscopia). Los seis grandes bancos ganaron en 2015 nada menos que 11.275 millones de euros. Hay de sobra para todos, lo que no hay es justicia para todos. El gobierno que aun no tenemos y estamos necesitando cada día más, tendrá que hacer una nueva y profunda reforma económica y laboral, que corrija desajustes tan grandes.
6.-Los cristianos, ¿Qué visión y sentido tenemos de la vida? ¿Qué hacemos con lo que nos sobra? ¿Nos queman en la sangre las injusticias tan atroces que hay en el mundo? ¿Nos tranquilizamos con limosnas o nos comprometemos con la justicia, tanto para los Seres Humanos como para la Madre Tierra? La justicia es el primer grado de amor; sin ella, todo lo demás no es auténtico.
Ojalá surjan cada día más personas comprometidas con la justicia para la construcción de un mundo mejor. De ellas depende el futuro de la humanidad.
Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino
Lucas 12, 32-48 (Resumen)
Dijo Jesús a sus discípulos: “No temas, pequeño rebaño; porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino. Vended vuestros bienes y dad limosna para tener un tesoro inagotable en el cielo,... donde El nos quiere sentar a la mesa y servirnos por haber sido administradores fieles y solícitos de sus bienes en este mundo para todos los hombres...”
1.-Dios pone en nuestras manos el Reino de Dios: es decir, que somos los depositarios y constructores del mismo, cuya esencia es el amor, la fraternidad, la justicia, la vida, la solidaridad, la paz, con un destino de plenitud para todos los hombres y para toda la creación. De ahí que tener más bienes de los necesarios, se convierte en un deber de justicia para la necesidad del prójimo que no tiene lo necesario, por lo que debemos dar limosna, o sea, compartirlos. Jesús es tajante: "vended vuestros bienes y dad limosna. Pero, ¿qué significa bíblicamente limosna?
La palabra justicia, en sus diferentes acepciones, la mayoría de las veces referida a la justicia como tal, se repite en la Biblia más de 200 veces. Los profetas bíblicos, consideran que no se es fiel a Dios sin ser fiel al hombre, y que el acercamiento a Dios es falso si no es justo en las relaciones con los hombres y en la vida social. Exhortan a la limosna, pero no emplean esta palabra en el sentido que le damos hoy. En hebreo limosna se dice "sadaqah", que significa "justicia". Es decir que, en sentido bíblico, dar limosna es hacer justicia. En otras palabras, los profetas piden hacer justicia a quienes son víctimas de la injusticia.
Por tanto, ayudar a quien es víctima de la injusticia es un deber de justicia. Así Isaías dice: Velad por la equidad, practicad la justicia" (Isaías 56,1). "El ayuno que yo quiero, dice Dios, es desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, arrancar todo yugo, compartir tu pan con el hambriento, dar alojamiento a los que no tienen casa, cubrir al que pasa frío, no apartarte de tu semejante". (Isaías 58, 6-7).
Por su parte Jeremías escribe: Así dice Dios al rey Joaquín: “¡Ay del que edifica su casa sin justicia y sus pisos sin derecho! De su prójimo se sirve de balde y su trabajo no le paga... tu padre hizo justicia y equidad y le fue bien. Juzgó la causa del humillado y del pobre, y le iba bien..., pero tus ojos y tu corazón solo buscan el lucro hasta verter la sangre del inocente,... el entierro de un borrico será el tuyo”.
2.-Jesús entendió la limosna en el sentido bíblico genuino: Bien claro lo dice en su primer discurso programático de las Bienaventuranzas: "Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia". Incluso dice más: "dichosos los perseguidos por causa de la justicia". Este compromiso a El le costó la vida. Fue asesinado, víctima de los poderes político-religiosos de Jerusalén.
Por tanto dar “limosnas” en el sentido que lo entendemos hoy, sin luchar por la justicia, contra las injusticias y contra los injustos en cuanto tales y las estructuras sociales injustas, es una falsificación del Reino de Dios.
3.-Jesús no pide este compromiso a ciegas: Este compromiso tiene dos dimensiones: una inmanente: la construcción del Reino de Dios en este mundo para una vida digna y gratificante para toda la humanidad, y en ella implicada otra trascendente: un tesoro inagotable en el cielo, en cuya mesa Dios nos quiere sentar y servirnos El mismo.
4.-Nos falta mucho por hacer. Estos datos lo reflejan:
En 1970 los bienes de los ricos crecieron un 70 %, y los de los pobres tan solo un 4%, y 30 años más tarde los de los ricos crecieron un 85 %, y los de los pobres tan solo un 1,1 %: la desigualdad no solo no disminuyó, sino que aumentó considerablemente.
Dentro de la Unión Europea hay diferencias muy considerables, desde Holanda que tiene un 16 % de pobres a Bulgaria que tiene el 49 %, pasando por España que tiene un 27 %. La UE, a pesar de llamarse así, tiene unos 40 millones de excluidos sociales.
Pero si comparamos los países del Norte con los del Sur, la diferencia es abismal, sobre todo en Africa, donde va desde el 46 % hasta el 80 % como en Liberia, Malí o Chad, pasando por el Níger con el 63 %, cuyo uranio alimenta las 59 centrales nucleares de Francia, añadido a esa pobreza la abismal desigualdad que hay entre los pobres y los ricos de esos países, que puede ir desde 1 a 200, o más.
5.-En España algo no va bien: Desde que comenzó la crisis, la brecha entre ricos y pobres ha aumentado de forma considerable, pues la cifra de multimillonarios se ha duplicado en nuestro país y hoy son cerca de 500 los españoles que declaran un patrimonio de más de 30 millones de euros, ya que en 2007 eran 230. Y al mismo tiempo (según la última Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el Instituto Nacional de Estadística), algo más de 13 millones de personas, en su mayoría menores de 16 años, están en riesgo de exclusión social, ya sea porque no tienen ingresos o porque los que tienen no les dan para vivir con condiciones de vida minimamente dignas.
El crecimiento del 3,2% que el Producto Interior Bruto (PIB) nacional experimentó en 2015, no se ha traducido en una mejora del bienestar social. Aunque el IPC en 2014 y 2015 fue negativo (-1,1% y -0,19%), el 80 % de la población percibe que el coste de la vida es cada vez más alto porque el poder adquisitivo de las familias se ha reducido progresivamente desde 2008, ya que el empleo que se genera es cada vez más de peor calidad. De hecho todo el avance económico que se ha producido ha venido a enriquecer a los que eran ya ricos, causando mayor empobrecimiento de los pobres y convirtiendo en pobres a los que antes no lo eran. La España que va bien parece ser solo la de aquellos a los que siempre les ha ido bien. (Datos del Barómetro mensual de Metroscopia). Los seis grandes bancos ganaron en 2015 nada menos que 11.275 millones de euros. Hay de sobra para todos, lo que no hay es justicia para todos. El gobierno que aun no tenemos y estamos necesitando cada día más, tendrá que hacer una nueva y profunda reforma económica y laboral, que corrija desajustes tan grandes.
6.-Los cristianos, ¿Qué visión y sentido tenemos de la vida? ¿Qué hacemos con lo que nos sobra? ¿Nos queman en la sangre las injusticias tan atroces que hay en el mundo? ¿Nos tranquilizamos con limosnas o nos comprometemos con la justicia, tanto para los Seres Humanos como para la Madre Tierra? La justicia es el primer grado de amor; sin ella, todo lo demás no es auténtico.
Ojalá surjan cada día más personas comprometidas con la justicia para la construcción de un mundo mejor. De ellas depende el futuro de la humanidad.
Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino