Fiesta de san Francisco de Asís, Patrono de la Ecología: Oración

Ayer 4 de octubre, hemos celebrado la fiesta de San Francisco de Asís, para la cual el Papa Francisco, el año pasado, escribió las siguientes palabras:

"Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior".



Por nuestra parte componíamos hace ya tiempo esta humilde y sencilla oración con los mejores deseos para el Hombre y la Madre Tierra:



Oración de la Esperanza por el Hombre y la Madre Tierra:





Aviva en mi, Señor, la más firme esperanza en el futuro de una nueva humanidad.
No puedo sentirme incapaz de hacer una Tierra nueva, llena vida en todos y en todo.
Puedo ayudar a cambiar la historia, porque todo lo que vive quiere vivir, quiere mejorar, quiere crecer, quiere estar alegre, ser feliz, amar, luchar, salvar y salvarse. Quiero contigo días con sol, noches con estrellas, plantas con vida, ríos con agua, mares con peces,cielos con aves, animales que juegan, niños que cantan, flores que perfuman, abejas que liban, rosas que llevan los ojos.

Creo firmemente que la verdad y el amor, la razón y la esperanza, la fraternidad y la paz,
la libertad y la cultura, la salud y la igualdad, y que la mente y el espíritu tendrán la última

palabra, y no el dinero, el militarismo, la guerra, la violencia, el odio, la venganza.



Creo, Señor del Universo, que tu no vas a fallar, y muchos que creemos en Ti tampoco

fallaremos aunque perdamos la vida, como tu Hijo, por un Cielo de Luz y una Tierra de Vida.


Creo, Señor Dios, que un día toda la humanidad te reconocerá como fuente de amor,

como Madre-Padre de todos, como Hermano entre hermanos, para que nadie

tema a nadie, nadie huya de nadie, nadie sea de nadie, todos seamos de todos, todos

estemos con todos, todos nos salvemos a todos y a todo, y Tu seas la Plenitud de un

Universo nuevo.





Gracias, Señor, porque estás en la piedra que sostiene mi casa; en el agua

que lleva la vida, que limpia y se limpia, y calma la sed de mis células; en el

árbol que crece; en el pez que nada; en el pájaro que vuela; en el niño que ríe;

en el amor que da brillo a los ojos; en el sol que alumbra y calienta; en la madera que

hace mi cama; en los alimentos que desaparecen para hacerse míos; en el tiempo

que pasa y me lleva hacia Ti; en la muerte que me devuelve a tu seno de amor.


Gracias, Señor, Gracias.
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