Justificar la riqueza
"No podéis servir a Dios y al dinero"
Ser rico es incompatible con ser cristiano
Lucas 19,1-10:
Entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa. Él bajó enseguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más», Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
1.-Los que son ricos siempre encuentran argumentos para justificar su riqueza: dicen que crean puestos de trabajo, que dan limosnas, colaboran con las ONGs, etc. Y muchos que no son ricos, pero quieren serlo, también acuden a los mismos argumentos para justificarla y justificarse.
O sea, que tenemos dos clases de ricos: los que lo son (los menos) y los que quieren serlo, que son muchísimos más y tienen en los ricos su modelo de hombre. De esto se encarga bien el neoliberalismo capitalista, que les introyecta en la mente y en los deseos la imagen del rico para que luchen para ser como él. Incluso algunos quieren serlo tan pronto, que no tienen paciencia para esperar a serlo "legalmente" y acuden al robo, a la corrupción, al soborno, al fraude, como los bankia, los gürtel, los pujoles, los eres, y un número demasiado alto de cargos políticos, que hacen las leyes a su modo y medida, como las retribuciones a los Presidentes del Congreso que se aproximan a los 200.000 € anuales. Pero parece que queremos ser todos como ellos, pues en las urnas apenas les pasamos factura.
Hay que decir que toda riqueza es injusta, aunque sea legal, como la de Zaqueo. No hay ninguna riqueza que sea inocente, y más con las leyes que los ricos se han dado a si mismos, hechas por ellos mismos para si mismos, como la impunidad de los 73 paraísos fiscales que hay en el mundo, donde la minoría de los grandes ricos atesora en ellos el 25 % del PIB mundial, unos 17,5 billones europeos de euros, o las SICAV españolas, para pagar tan solo el 1 % de impuestos. El resultado es que los que más tienen menos pagan. Incluso no hace mucho tiempo le hemos oído decir a un dirigente de Bruselas que no es bueno subir los impuestos a los ricos. Y si hace falta, les ofrecemos una "amnistía" fiscal, como hizo hace poco tiempo el Sr. Montoro.
Como consecuencia la desigualdad extrema en el mundo está creciendo de forma alarmante, de manera que el 1 % más rico ya posee más que el 99 % restante (Fuente: OSFAN, elEcoinomista). Y el problema es que los mismos gobernantes también colocan en ellos sus propios dineros, como uno español, el Sr. Soria, recientemente dimitido por esa causa.
2.-Zaqueo se convierte al mensaje de Jesús y toma una decisión tajante: "daré la mitad de mis bienes a los pobres y devolveré cuatro veces más de lo defraudado". Un rico solo puede convertirse al Evangelio cuando deje de ser realmente rico como consecuencia de asumir los valores evangélicos de la justicia, la igualdad, la fraternidad, el amor. Después que Zaqueo, toma esa decisión, y no antes, es cuando Jesús le dice: "hoy ha venido la salvación a esta casa".
El capitalismo, explotador del hombre y la Tierra, cada vez más extendido por el mundo, es radicalmente incompatible con el Evangelio, porque va dejando excluidos, marginados y pobres por donde quiera que pasa, no solo a los seres humanos, sino también al mismo Planeta Tierra, que ya es un pobre más entre los empobrecidos del mundo, de tal manera que si el consumismo de los países occidentales se extrapola al resto del mundo agotaremos el planeta en menos de medio siglo.
Por el contrario si los países ricos y las personas ricas devolviésemos a los países pobres y personas pobres cuatro veces más de lo que les hemos quitado, como Zaqueo, y nos conformásemos con lo necesario para vivir dignamente, no habría en el mundo, ni países empobrecidos ni personas empobrecidas, ni la Tierra correría peligro inminente de agotarse para las generaciones futuras.
3.-El Evangelio es un mensaje de liberación, el cual exige que los ricos sean liberados de su riqueza y los pobres de su pobreza, y así aquellos liberados de oprimir y estos de ser oprimidos, y el futuro del Planeta esté garantizado. Así lo expresa el Papa Francisco cuando dice:
...Se pretende legitimar el modelo distributivo actual, donde una minoría se cree con el derecho de consumir en una proporción que sería imposible generalizar, porque el planeta no podría ni siquiera contener los residuos de semejante consumo. El deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta. La visión que consolida la arbitrariedad del más fuerte ha propiciado inmensas desigualdades, injusticias y violencia para la mayoría de la humanidad, porque los recursos pasan a ser del primero que llega o del que tiene más poder: el ganador se lleva todo. El ideal de armonía, de justicia, de fraternidad y de paz que propone Jesús está en las antípodas de semejante modelo. Entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra,... que se une al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama otro rumbo (De la Encíclica Laudato Si, sobre el cuidado integral de la creación).
Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino
Ser rico es incompatible con ser cristiano
Lucas 19,1-10:
Entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa. Él bajó enseguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más», Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
1.-Los que son ricos siempre encuentran argumentos para justificar su riqueza: dicen que crean puestos de trabajo, que dan limosnas, colaboran con las ONGs, etc. Y muchos que no son ricos, pero quieren serlo, también acuden a los mismos argumentos para justificarla y justificarse.
O sea, que tenemos dos clases de ricos: los que lo son (los menos) y los que quieren serlo, que son muchísimos más y tienen en los ricos su modelo de hombre. De esto se encarga bien el neoliberalismo capitalista, que les introyecta en la mente y en los deseos la imagen del rico para que luchen para ser como él. Incluso algunos quieren serlo tan pronto, que no tienen paciencia para esperar a serlo "legalmente" y acuden al robo, a la corrupción, al soborno, al fraude, como los bankia, los gürtel, los pujoles, los eres, y un número demasiado alto de cargos políticos, que hacen las leyes a su modo y medida, como las retribuciones a los Presidentes del Congreso que se aproximan a los 200.000 € anuales. Pero parece que queremos ser todos como ellos, pues en las urnas apenas les pasamos factura.
Hay que decir que toda riqueza es injusta, aunque sea legal, como la de Zaqueo. No hay ninguna riqueza que sea inocente, y más con las leyes que los ricos se han dado a si mismos, hechas por ellos mismos para si mismos, como la impunidad de los 73 paraísos fiscales que hay en el mundo, donde la minoría de los grandes ricos atesora en ellos el 25 % del PIB mundial, unos 17,5 billones europeos de euros, o las SICAV españolas, para pagar tan solo el 1 % de impuestos. El resultado es que los que más tienen menos pagan. Incluso no hace mucho tiempo le hemos oído decir a un dirigente de Bruselas que no es bueno subir los impuestos a los ricos. Y si hace falta, les ofrecemos una "amnistía" fiscal, como hizo hace poco tiempo el Sr. Montoro.
Como consecuencia la desigualdad extrema en el mundo está creciendo de forma alarmante, de manera que el 1 % más rico ya posee más que el 99 % restante (Fuente: OSFAN, elEcoinomista). Y el problema es que los mismos gobernantes también colocan en ellos sus propios dineros, como uno español, el Sr. Soria, recientemente dimitido por esa causa.
2.-Zaqueo se convierte al mensaje de Jesús y toma una decisión tajante: "daré la mitad de mis bienes a los pobres y devolveré cuatro veces más de lo defraudado". Un rico solo puede convertirse al Evangelio cuando deje de ser realmente rico como consecuencia de asumir los valores evangélicos de la justicia, la igualdad, la fraternidad, el amor. Después que Zaqueo, toma esa decisión, y no antes, es cuando Jesús le dice: "hoy ha venido la salvación a esta casa".
El capitalismo, explotador del hombre y la Tierra, cada vez más extendido por el mundo, es radicalmente incompatible con el Evangelio, porque va dejando excluidos, marginados y pobres por donde quiera que pasa, no solo a los seres humanos, sino también al mismo Planeta Tierra, que ya es un pobre más entre los empobrecidos del mundo, de tal manera que si el consumismo de los países occidentales se extrapola al resto del mundo agotaremos el planeta en menos de medio siglo.
Por el contrario si los países ricos y las personas ricas devolviésemos a los países pobres y personas pobres cuatro veces más de lo que les hemos quitado, como Zaqueo, y nos conformásemos con lo necesario para vivir dignamente, no habría en el mundo, ni países empobrecidos ni personas empobrecidas, ni la Tierra correría peligro inminente de agotarse para las generaciones futuras.
3.-El Evangelio es un mensaje de liberación, el cual exige que los ricos sean liberados de su riqueza y los pobres de su pobreza, y así aquellos liberados de oprimir y estos de ser oprimidos, y el futuro del Planeta esté garantizado. Así lo expresa el Papa Francisco cuando dice:
...Se pretende legitimar el modelo distributivo actual, donde una minoría se cree con el derecho de consumir en una proporción que sería imposible generalizar, porque el planeta no podría ni siquiera contener los residuos de semejante consumo. El deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta. La visión que consolida la arbitrariedad del más fuerte ha propiciado inmensas desigualdades, injusticias y violencia para la mayoría de la humanidad, porque los recursos pasan a ser del primero que llega o del que tiene más poder: el ganador se lleva todo. El ideal de armonía, de justicia, de fraternidad y de paz que propone Jesús está en las antípodas de semejante modelo. Entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra,... que se une al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama otro rumbo (De la Encíclica Laudato Si, sobre el cuidado integral de la creación).
Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino