Oración por la Madre Tierra

Querid@s amig@s colaboradores y cooperantes: Mañana es el día de la Madre-Tierra. Hace unos días hicimos una reflexión sobre la importancia de cuidarla y cultivarla. Hoy sentimos que es necesario quererla tiernamente porque está enferma y es necesario curarla de las heridas que le causamos por el mal que le hacemos o por el bien que dejamos de hacerle. Queremos hacerlo con esta sencilla oración:



Aviva en mi, Señor, la más firme esperanza en el futuro de una nueva humanidad. No puedo sentirme incapaz de hacer una Tierra nueva, llena vida en todos y en todo. Puedo ayudar a cambiar la historia, porque todo lo que vive quiere vivir, quiere mejorar, quiere crecer, quiere estar alegre, ser feliz, amar, luchar, salvar y salvarse. Quiero contigo días con sol, noches con estrellas, plantas con vida, ríos con agua, mares con peces, cielos con aves, animales que juegan, niños que cantan, flores que perfuman, abejas que liban.



Creo firmemente que la verdad y el amor, la razón y la esperanza, la fraternidad y la paz, la libertad y la cultura, la salud y la igualdad, la mente y el espíritu tendrán la última palabra, y no el dinero, el militarismo, la guerra, la violencia, el odio, la venganza.



Creo, Señor del Universo, que tu no vas a fallar, y muchos que creemos en Ti tampoco fallaremos aunque perdamos la vida, como tu Hijo, por un Cielo de Luz y una Tierra de Vida.



Creo, Señor Dios, que un día toda la humanidad te reconocerá como fuente de amor, como Padre-Madre de todos, como Hermano entre hermanos, para que nadie tema a nadie, nadie huya de nadie, nadie sea de nadie, todos seamos de todos, todos estemos con todos, todos nos salvemos a todos y a todo, y Tu seas la Plenitud de un Universo nuevo



Gracias, Señor, porque estás en la piedra que sostiene mi casa; en el agua que lleva la vida, que limpia y se limpia, y calma la sed de mis células; en el árbol que crece; en el pez que nada; en el pájaro que vuela; en el niño que ríe; en el amor que da brillo a los ojos; en el sol que alumbra y calienta; en la madera que hace mi cama; en los alimentos que desaparecen para hacerse míos; en el tiempo que pasa y me lleva hacia Ti; en la muerte que me devuelve a tu seno de amor. Gracias, Señor, Gracias...



Un abrazo muy cordial a tod@s y a la Madre-Tierra.-Faustino
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