Prender fuego
Comentario al Evangelio 14 de agosto 2016:
Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el mundo: ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
Jesús dice que vino aprender fuego en el mundo y ojalá estuviera ya ardiendo.
Fuego para que:
Ardan las fábricas de armas de guerra, de terrorismo y violencia.
Ardan las fabricas y almacenes de drogas.
Ardan las fábricas de yates, cruceros, aviones, coches y palacios de lujo, incluidos también los de no pocos cardenales y obispos.
Ardan las fábricas de las riquezas de los ricos hasta que no hay pobres.
Ardan las fabricas de salarios de hambre.
Ardan las fábricas de trabajo esclavo, injusto e indigno.
Ardan las fabricas de egoísmos, envidias, odios, rencores, soberbia, desprecios, humillaciones.
Ardan las fábricas de poderosos, de dictadores, de corruptos y corruptores, de trepadores y aduladores, tanto políticos como eclesiásticos y sindicalistas.
Ardan las fabricas de miedos, de encarcelados, de víctimas injustas.
Ardan las fábricas de contaminación, de despilfarro, de gastos inútiles que empobrecen y matan la vida de nuestra Madre Tierra.
Ardan las fábricas de violación de los derechos humanos, de conservación de privilegios, de violación de la inocencia de los niños.
Ardan todos las fábricas de violencia de género, de racismo, de xenofobia, de discriminación de la mujer.
Fuego para que:
Prenda en cada uno de nosotros una llama viva muy grande de amor, de fraternidad, de justicia, de paz, de solidaridad, de vida, de esperanza para todos los hombres, donde entren especialmente los mismos predilectos de Jesús: hambrientos, sedientos, enfermos, desnudos, emigrantes y encarcelados; así como para toda la creación y con ella, los animales, los peces, las aves, los árboles, las plantas, las bacterias, los virus, porque no hay nada que no tenga una función sabiamente asignada por Dios a cada uno de ellos, a fin de que todo redunde en bien de todos y de todo.
Fuego para que:
Prenda una llama viva en la mente y en el corazón de cuantos luchan por un mundo mejor, más bueno y digno para todos.
Fuego para que:
Prenda en la mente y en el corazón de muchas personas la llama viva de un deseo inmenso de colaborar personal y económicamente con los más pobres del Tercer Mundo, porque son los más pobres de los más pobres.
Fuego para que:
Prenda también en nosotros, los cristianos, una llama tan viva que aleje el frío y el vacío de nuestra fe, atraiga las miradas de los que buscan luz y no pare quieta hasta hacer de todos los hombres y de toda la creación el hogar universal del Reino de Dios, en este mundo y para la vida eterna, porque la vida empieza pero no termina nunca.
Un cordial abrazo a to@s.-Faustino
Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a prender fuego en el mundo: ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
Jesús dice que vino aprender fuego en el mundo y ojalá estuviera ya ardiendo.
Fuego para que:
Ardan las fábricas de armas de guerra, de terrorismo y violencia.
Ardan las fabricas y almacenes de drogas.
Ardan las fábricas de yates, cruceros, aviones, coches y palacios de lujo, incluidos también los de no pocos cardenales y obispos.
Ardan las fábricas de las riquezas de los ricos hasta que no hay pobres.
Ardan las fabricas de salarios de hambre.
Ardan las fábricas de trabajo esclavo, injusto e indigno.
Ardan las fabricas de egoísmos, envidias, odios, rencores, soberbia, desprecios, humillaciones.
Ardan las fábricas de poderosos, de dictadores, de corruptos y corruptores, de trepadores y aduladores, tanto políticos como eclesiásticos y sindicalistas.
Ardan las fabricas de miedos, de encarcelados, de víctimas injustas.
Ardan las fábricas de contaminación, de despilfarro, de gastos inútiles que empobrecen y matan la vida de nuestra Madre Tierra.
Ardan las fábricas de violación de los derechos humanos, de conservación de privilegios, de violación de la inocencia de los niños.
Ardan todos las fábricas de violencia de género, de racismo, de xenofobia, de discriminación de la mujer.
Fuego para que:
Prenda en cada uno de nosotros una llama viva muy grande de amor, de fraternidad, de justicia, de paz, de solidaridad, de vida, de esperanza para todos los hombres, donde entren especialmente los mismos predilectos de Jesús: hambrientos, sedientos, enfermos, desnudos, emigrantes y encarcelados; así como para toda la creación y con ella, los animales, los peces, las aves, los árboles, las plantas, las bacterias, los virus, porque no hay nada que no tenga una función sabiamente asignada por Dios a cada uno de ellos, a fin de que todo redunde en bien de todos y de todo.
Fuego para que:
Prenda una llama viva en la mente y en el corazón de cuantos luchan por un mundo mejor, más bueno y digno para todos.
Fuego para que:
Prenda en la mente y en el corazón de muchas personas la llama viva de un deseo inmenso de colaborar personal y económicamente con los más pobres del Tercer Mundo, porque son los más pobres de los más pobres.
Fuego para que:
Prenda también en nosotros, los cristianos, una llama tan viva que aleje el frío y el vacío de nuestra fe, atraiga las miradas de los que buscan luz y no pare quieta hasta hacer de todos los hombres y de toda la creación el hogar universal del Reino de Dios, en este mundo y para la vida eterna, porque la vida empieza pero no termina nunca.
Un cordial abrazo a to@s.-Faustino