La Transverberación de Santa Teresa
El 26 de Agosto se conmemora la fiesta de la Transverberación de Santa Teresa de Jesús. Muchas personas no conocen esta fiesta porque está más ligada a la espiritualidad del Carmelo. Pero esta santa como doctora y mística de la Iglesia universal bien merece la pena ser más conocida y celebrada. La palabra transverberación se refiere a una experiencia de unión con Dios que la santa relato de la siguiente manera en uno de sus escritos llamado “Libro de la vida” (cap. 29): “Vi a un ángel hacia el lado izquierdo en forma corporal, muy hermoso, y vi en sus manos un dardo de oro largo y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Me parecía que me lo metía en el corazón y me llegaba a las entrañas. Al sacarlo, me dejaba toda abrazada en amor grande por Dios”. También en una de sus poesías lo expresó así: “Me hirió con una flecha enherbolada de amor, y mi alma quedó hecha una con sus criador. Yo ya no quiero otro amor, pues a mi Dios me he entregado, y mi Amado es para mí y yo soy para mí Amado”. Es decir, en esta fecha se conmemora esa experiencia mística de unión de la Santa con el Señor, unión que manifestó en el compromiso de su vida como reformadora del Carmelo pero, sobre todo, como maestra de oración, legado invaluable para tradición cristiana. Y es que en esa experiencia se resume la finalidad de la oración: identificarse con el Señor de tal manera que sus asuntos sean los nuestros y su voluntad sea la nuestra. No es algo reservado para santos excepcionales sino para todo cristiano que busca un seguimiento fiel del Señor. La unión con Dios es don suyo pero no es tan extraordinario como se creería. Es cuestión de apertura al Señor, de disposición a escucharle, de fidelidad a las mociones del Espíritu. De dejarse llenar de su amor y disponerse a servirle. Pidamos, conociendo más a la santa, la capacidad de orar como ella para sentirnos unidos al Señor de tal manera que sus caminos sean, efectivamente, los nuestros.