Fútbol y símbolos (y Claves de la vida 90)

Ningún jugador es tan bueno
como todos juntos (Di Stefano).

El hombre es un animal simbólico, pues el simbolismo le abre a la cultura y, por tanto, lo humaniza. Frente a la reducción animal al medio, el humano busca el remedio del simbolismo cultural para ampliarse y proyectarse. El simbolismo plasma la razón afectiva del hombre, una razón no meramente abstracta sino colorista o cromática, sensible y emotiva. Se trata de una razón sentimental y consentimental, ya que nuestros sentimientos no son meramente individuales sino también comunes o colectivos.

Toda la vida humana es simbólica, y el simbolismo interhumano. La matemática y la literatura, la religión y la ciencia, la política y la economía se articulan en símbolos específicos y a la vez universales. La propia vida amorosa es esencialmente simbólica, y en los deportes brillan nuestros símbolos más lúdicos o deportivos. Entre ellos destaca la simbólica del fútbol como deporte masivo e internacional, el juego del balón que simboliza la lucha del hombre consigo mismo y con los demás, la defensa y el ataque, el pasado y el futuro, intermediados por un medio o media cuya mediación representa el presente transeúnte.

La clave del deporte en general y del fútbol en particular estaría en la descarga de nuestra energía y la concomitante proyección de energía al exterior. De este modo, nuestra descarga personal propia propicia la recarga energética del otro como espectador, produciéndose así un bucle dinámico entre el jugador y el conjugador que es el público, entre los futbolistas y los futboleros, entre el equipo y su equipación simbólica. Pues todo equipo simboliza con sus colores a la gente a la que se equipara, a su clan o tribu con sus atributos, al genio o duende del lugar. Así el Athletic de Bilbao tiene una simbología vasca, el Barça una simbología catalana, y el Real Madrid una simbología central o castellana y española o universal, a semejanza del idioma castellano y español en su nivel. En efecto, junto a la Selección nacional, el Real Madrid comparecería hoy como un símbolo de una España que reflota en medio de sus turbulencias, un simbolismo que personifica como nadie el realmadridista Rafael Nadal.

Así que el símbolo no es un mero signo convencional, sino un signo impregnado de sentido y, por tanto, sentimental. Por eso los símbolos no nos presentan literalmente sino que nos representan vicariamente, como las banderas, por ello merecen un respeto aunque también la crítica democrática. Pero el sentido del deporte es la deportividad, y la deportividad debería evitar todo fanatismo. Y ello porque el simbolismo deportivo representa una lucha simbólica y no real, cultural y no literal, pacífica y no belicosa.

Mientras que los meros signos se refieren a cosas u objetos, los símbolos refieren causas y sujetos, valores que no solo obtienen un precio a veces desorbitado, sino el aprecio positivo o el desprecio de su negatividad. La positiva enseñanza del deporte no está solo en la superación anímica realizada a través de la supuración corporal, sino en la ejemplaridad de un juego cuyas reglas nos hemos dado o aceptado democráticamente. Y cuya conjugación se basa en la mejor interpretación posible de un árbitro que conjugue y conjuegue objetividad y subjetividad, realidad con idealidad: algo que ni la más pura tecnología podrá nunca obviar, porque es un rasgo humano.


CLAVES DE LA VIDA 90



---Imagino un Dios emboscado: un Dios anarco.

---Este es mi cuerpo, dice Jesús, significa también: esta es mi corporación (iglesia).

---El Papa Francisco defiende un ecopersonalismo: la persona como síntesis cultural de la naturaleza.

---La auténtica persona no somete a la naturaleza ni se somete a ella: dialoga con ella recreadoramente.

---En la física cuántica desaparece Dios, pero permanece lo divino: S.Hawking diviniza las leyes de la naturaleza.

---Bach o la distensión del alma en el “tempo”.

---La Toccata y fuga de Bach por Karl Richter: canónica y canonical, expresiva e impresiva, contrastativa: se trata de una disputa o discurso musical que acaba en tablas (o más bien en coimplicación).

---Un clásico es un pesado para un romántico: un romántico es un locuelo para un clásico.

---El abandono del hombre en el mundo: acompañado por otro también abandonado.

---El dolor es la realidad, la dicha ensoñación (Voltaire).

---El cuerpo es inmanente, el espíritu trascendente: el alma es trascendencia inmanente o inmanencia trascendente.

---Paseo hasta un ámbito recóndito: donde me recojo.

---Soy vulnerable: y he sido vulnerado.

---El amor es el acompañamiento de la soledad en común.

---Amistad es complicidad: enemistad es complicación.

---Paradoja: odiamos a quien amamos sin correspondencia.

---Todo es política: así nos va.

---El himno de Estados Unidos proclama un país de libertad y valentía: el héroe liberal.

---Nadie es profeta en su tierra: ella se lo pierde.

---Tengo un superior que me supera en cualidades y defectos.

---Messi es habilidoso e implosivo: Cristiano es espectacular y explosivo.

---Messi es el virus de la tenencia: Cristiano es virulencia y contundencia.

---Pienso en el mar Cantábrico como soledad acompañada.

---Napoleón era un forofo del Werther de Goethe: escandaloso.

---Sentirse orgulloso de ser español: de lo bueno y no de lo malo.

---El aforismo como vivencia condensada.

---Pasear meditando o caminar filosofando: así asumo mejor el devenir del ser.

---Sucedió entre las 12 y las tres: el film que plantea el embrollo entre el mito y la realidad, lo real y lo ideal, la vivencia y la ensoñación.

---En la vejez uno queda despojado y el camino despejado: expeditivo.

---Las Meninas de Velázquez como retablo laico: tabla de salvación simbólica de lo real/visual.

---Ningún animal tiene un Dios: esta es la diferencia con el hombre.
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