El 20 de Julio de 1221, el obispo Mauricio bendecía la primera piedra de la que, ocho siglos después, sigue siendo "un imponente edificio de la fe". Así definió el 20 de Julio de este año su sucesor, el arzobispo Mario Iceta en la fiesta de la Dedicación de la Santa Iglesia Catedral, que celebra sus 800 años. Con este motivo hemos entrevistado a Piluca Gil, Directora General del VIII Centenario Catedral de Burgos. El Presupuesto aprobado inicialmente para la conmemoriación asciende a 2,5 millones de euros y los actos se prolongarán hasta finales de 2022.

Una vez que han finalizado los actos en torno al 800 cumpleaños del templo, continuamos
con una larga lista de iniciativas para seguir conmemorando la efeméride. Así, dentro del
programa ‘Burgos, Capital Mundial del Ciclismo’, que incluye una veintena de carreras, a
mediados de agosto Burgos acogerá la salida de La Vuelta. Y a la vuelta del verano continuará
nuestra extensa programación de música clásica y lírica, las tertulias del ciclo ‘Diálogos en la
Catedral para la concordia’, charlas literarias, exposiciones... Y así hasta diciembre de 2022.

¿Podría hacernos una radiografía periodística de la Catedral de Burgos?

La Catedral de Burgos es el principal monumento de la provincia y la única catedral de España
que es Patrimonio de la Humanidad por sí sola. A ella, antes de la pandemia, acudían cerca de
400.000 visitantes cada año y en su restauración se han invertido en torno a 40 millones de
euros en los últimos 25 años. Este esfuerzo en el que han participado numerosas entidades
continúa hoy en día, con la Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021 como gran
mecenas del templo (implicada en la recuperación del archivo musical de la Seo, la
restauración de los tapices de la colección de Fonseca, la limpieza del altar mayor...).

Sí, y es una de las iniciativas que más nos gustan, porque tiene vocación de permanencia y
responde a una necesidad que creíamos que debíamos solucionar. Llevamos tiempo
trabajando en distintos proyectos de accesibilidad al templo y estas visitas adaptadas a otras
capacidades cognitivas permitirán una mejor comprensión de las maravillas que atesora la
Catedral, con un lenguaje sencillo, con realidad aumentada, un plano dinámico y locución de
apoyo.

Nuestras estimaciones, previas a la pandemia, era que por las calles de Burgos y la Catedral
pasaran este año en torno al millón de turistas, al confluir el VIII Centenario del templo, el Año
Santo Jacobeo y el Año Jubilar concedido a Burgos por el Vaticano. Obviamente, con las
restricciones a la movilidad, las cifras son muy inferiores, pero estos días se está viendo la
atracción que ejerce la Catedral de Burgos, con largas colas a sus puertas para visitar el templo
y la exposición ‘Lux’, de Las Edades del Hombre.

Nuestro presupuesto ha ido aumentando desde que arrancara nuestra programación en 2018.
El presupuesto aprobado inicialmente para 2021 asciende a 2,5 millones de euros, si bien es
probable que aumente a lo largo de este ejercicio con nuevas aportaciones privadas.

¿Qué cree que va a suponer para Burgos y para la Iglesia en particular la realización de este VIII Centenario de su Fundación?

El VIII Centenario de la Catedral de Burgos surgió con la vocación de transformar la ciudad a
través de la cultura, con la idea de que muchas de las actividades permanezcan en el tiempo y
se queden instauradas en el calendario cultural de Burgos. Para la Iglesia, el VIII Centenario
unido al Año Jubilar, es una oportunidad para mostrarse a toda la sociedad y reivindicar el
papel fundamental que tiene en ella.

"La idea es que muchas de las actividades impulsadas en el marco del Centenario permanezcan en el tiempo y se queden instauradas en el calendario cultural de Burgos"

Me quedaría con un espacio mágico, que atestigua el poder de don Pedro Fernández de
Velasco y de la sensibilidad de doña Mencía de Mendoza: la capilla de los Condestables. Esa
capilla que muchos definen como una catedral dentro de la catedral. La otra visita imperdible
solo requiere de alzar la mirada y dejar que se pierda en el cielo estrellado de la magnífica
bóveda calada que se alza sobre el crucero: el cimborrio. Estos dos espacios creo que ellos
solos justifican hacer parada en Burgos y adentrarse en las seculares piedras de la Catedral.

Y con razón. Es indiscutible que su arquitectura emana de los grandes ejemplos del gótico
francés y que el edificio tiene ejemplos excelsos de todas las etapas del Gótico, como esas
obras cumbres que son la capilla de los Condestables y la cúpula del cimborrio, como una
encrucijada gótica y renacentista, con elementos heredados del arte mudéjar. Las portadas del
Sarmental, de Coronería y del claustro, todas del siglo XIII, muestran la esencia del arte ojival
más puro. Es una pena que no tengamos más que un grabado de cómo pudo ser la gran
portada gótica de Santa María, desmantelada a finales del siglo XVIII.

El proyecto de las puertas creadas por Antonio López sigue avanzando y estas obras de arte se
instalarán donde lo considere Patrimonio, como recordó hace unos días el arzobispo y
presidente de la fundación, Mario Iceta. Entendemos que es la gran aportación duradera del
VIII Centenario a la Catedral, que completa el sentido teológico de la fachada y añadirá valor a
la portada de Santa María. Su coste es de 1,2 millones y será sufragado por aportaciones
privadas de los empresarios burgaleses.

Efectivamente, los actos se prolongarán más allá de 2021. En concreto, hasta finales de 2022.
De esta manera podremos recuperar todos esos eventos que nos vimos obligados a cancelar o
posponer por la pandemia, y así lograremos cumplir uno de nuestros objetivos: llegar al mayor
número de personas posible y hacer partícipe a toda la sociedad burgalesa de la
conmemoración del VIII Centenario de su Catedral.