El Dios de las casualidades
El programa “Buenas noticias TV”, de la comunidad evangélica, del domingo 6 defebrero trató de “El Dios de las casualidades” en el que cada uno de los participantescontó pequeñas anécdotas que habían marcado sus vidas, y en las que ellos veningenuamente (?) la intervención de Dios.
Una buena oportunidad para recorrer el camino de su vida y ver el dedo de Dias que nos ha conducido
y sigue conduciendonos a la obra que mas nos conviene servir.
y sigue conduciendonos a la obra que mas nos conviene servir.
| Gonzalo Haya
La teología progresista de nuestra cultura occidental se ha propuesto defender la autonomía del ser humano y, como consecuencia, negar la intervención de Dios en nuestra Historia. De este modo borran la providencia de Dios, connatural en el Jesús de
los evangelios.
El A T se basa en estas intervenciones directas de Dios en la Historia: elige a los profetas llamándolos de viva voz o enviándoles un ángel (mensajero); interviene en sus guerras (de liberación y de invasión) separando las aguas del mar rojo o deteniendo el sol.
El N T combina la intervención directa con la indirecta. Es muy significativo el pasaje del retiro de Jesús al desierto después de su experiencia mística en el Jordán.
Marcos dice que el Espíritu lo empujó (intervención directa, Mc 1,11-2); Mateo, que
Jesús fue conducido por el Espíritu (Mt 4,1); y Lucas, que Jesús fué en Espíritu al
desierto (intervención indirecta, Lc 4,1 ¿en Espíritu o en espíritu? En ese tiempo no
hacían distinción con las mayúsculas ni los signos de puntuación). Algo semejante ocurre
con la asistencia ante los tribunales (Mc 13,11-12; Mt 10,19-20; Lc 12,11-12; Lc 21,14-15;
Lc 14,26).
Lucas desarrolla “Los Hechos de los apóstoles” como el tiempo del Espíritu, y le
atribuye muy directamente su dirección del progreso cristiano. ¿Hemos de entender que
el Espíritu determina quién y cómo debe viajar a otra región para anunciar el mensaje de
Jesús? ¿o se trata de una decisión que los discípulos toman “en espíritu”? (Hechos 13,2;
16,6).
Disiento en este punto de la teología progresista occidental, y considero que Dios no
interviene directamente en nuestras decisiones, pero sí influye indirectamente, como
influye en nosotros un padre o un amigo.
Si no podemos explicar quién, qué, cómo es Dios. Si no conocemos cómo se
mantiene el equilibrio de fuerzas del universo. Si creemos que todo está conectado (el
efecto mariposa). Si las leyes del macromundo no se corresponden con las leyes del
micromundo. Si desconocemos el 90 % de las capacidades de nuestro cerebro. ¿Cómo
podemos negar rotundamente la experiencia de Jesús, y de tantos cristianos y no
cristianos, de que Dios influye en nuestra vida respetando nuestra libertad? ¿Será por
nuestro orgullo? Juan Antonio Vinagre en su libro “En torno a la fe y la Iglesia” presenta la
humildad como clave para el encuentro con Dios.
Dios no es ni totalmente ajeno a este mundo, ni tan identificado que se diluya en él y
desaparezca totalmente. Creo que Dios es inmanente y trascendente. Creo en el Dios
vivo de Jesús, que actúa en nuestra vida con amor maternal a través de las
casualidades.
2. El Dios de mis casualidades
De profesor de biblioteca a la pastoral de la calle
Hoy puedo ver dos etapas en mi orientación teológica; una a ser profesor centrado en
el estudio, y otra orientada al ministerio pastoral.
Destinado a realizar un doctorado en Teología moral, propuse hacer la tesis sobre la
ética de Aranguren, pero mi tutor rechazó esta propuesta; y no sé por qué decidí hacerla
sobre El espíritu Santo en el libro de los Hechos de los apóstoles. Ahora veo que este
cambio imprevisto por mí ha marcado posteriormente mi visión de la teología.
El cambio hacia la pastoral se lo debo al profesor de teología moral, que me
consideró propenso a la “ética de la situación” y propuso a mi superior que me sacara de
Roma sin acabar el doctorado. Mi superior no acogió esa propuesta, pero no me
recibieron como profesor en la Facultad de teología de Granada.
Otra intervención casual, no prevista por mí, fue mi destino a Chile, porque allí se
necesitó sustituir al director del departamento de teología. Llegué a Chile con las ideas de
la Conferencia de Medellín, la revolución del 68 de los estudiantes en París, y el gobierno
de la Unidad Popular de Salvador Allende. Mi actividad se consagró a realizar en mi
ciudad de Antofagasta las ideas del naciente “Cristianos por el socialismo”.
En estas circunstancias complejas tomé la decisión de secularizarme, pero tuve que
casarme civilmente por la negativa de mi obispo a conceder la dispensa. También tuve
que regresar a España por las consecuencias del golpe de Estado de Pinochet y su
“toma” de la universidad. En España tuve que dedicarme a un “trabajo alimentario”, como
diría Buñuel, y con un desengaño de la teología y de las prácticas religiosas. Esta ruptura
con las normas obligatorias de la Iglesia también ha tenido un efecto en mi vuelta a la
teología, y me ha dado mayor libertad en su interpretación.
Dentro de este largo periodo intervino otra vez el Dios de las casualidades en mi
destino a Mozambique. Yo trabajaba en el Departamento de Formación de Renfe. Se
necesitó, como en Chile, sustituir al asesor del Jefe del Departamento de Formación. A
uno de los psicólogo de selección de personal se le ocurrió proponerme ese puesto a
pesar de mis 61 años y a pesar de la tendencia oficial a las jubilaciones anticipadas.
También mi convivencia en Mozambique con el jefe musulmán, con cristianos de
resabios culturales animistas, y con protestantes, ha influido posteriormente en mi
teología.
Vuelta a la teología
Al jubilarme volví a España y, libre de “trabajos alimentarios” espontáneamente
recuperé mi interés por la teología. Comencé a leer la Biblia entera, que no había leído ni
en el seminario ni en mis años de teología; y a leer artículos de diversas revistas,
constatando el giro de 180 grados que había dado la teología.
Sin un plan previsto tuve encuentros que me facilitaron escribir algún artículo, pero
la propuesta más inesperada, más casual, la recibí del Director de Fe Adulta, por
indicación de un jesuita al que yo entonces no conocía. Y esta colaboración ha sido la
base de mi desarrollo teológico, y me ha permitido la elaboración y publicación de seis
libros.
También la elaboración de algunos libros ha partido de una sugerencia casual e
inesperada. La publicación de mi primer libro, aparte de la obligada publicación de la
tesis de doctorado hacía ya 50 años, fue iniciativa de mis hijos con los artículos que había
ido publicando en algunos blog. La elaboración del Comentario al evangelio de Marcos, el
libro que más ha influido en mí, se la debo a la sugerencia de una oyente en una
conferencia.
La publicación en inglés de mi tesis sobre el Espíritu Santo me llegó por un email que
me preguntaba si yo era el autor de aquella tesis publicada hacía años en editions du cerf.
Xabier Pikaza, al ver que que aquella obra se había publicado en francés y en inglés, le
propuso al Secretariado Trinitario que publicara el original español.
La publicación de Espiritualidad y Religión se debe a la propuesta de un compañero
de otros tiempos para dar un curso que no se realizó. Mi último libro “Leer la Biblia con Fe
Adulta” se debe a la propuesta del Papa sobre el año de la Biblia y a la disposición de Fe
Adulta de acoger un artículo semanal sobre este tema.
3. En conclusión
Al recordar las vicisitudes de mi vida, descubro un sentido que yo no había previsto,
y que se ha ido modelando unas veces con las decisiones que he tomado y otras veces a
pesar de estas decisiones.
Circunstancias casuales me han movido a tomar decisiones no previstas; amigos
circunstanciales o amigos ya olvidados me han propuesto una actuación o una orientación
que yo he aceptado, aunque no entraba en mis proyectos.
Todo esto puede atribuirse a la casualidad de las circunstancias en las que vivimos,
o puede atribuirse a la intervención indirecta del Dios de las casualidades, que
“escribe derecho con nuestros renglones torcidos”, como hace tiempo que ha sabido
interpretar la sabiduría popular.