“Mammon(el diablo) lo llevóa un lugar alto, y mostrándole todos los países del mundo le dijo: “Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países, porque yo lo he recibido y se lo daré a quien quiera dárselo.Site arrodillas y me adoras, todo será tuyo.” Lucas, 4. 5-7

Vale recordar que, en aquel momento, Jesús llegaba de una estancia de mas de cuarenta días en el desierto, cansado y con mucha hambre.  Por otro lado, se recordaba las palabras de su Padre, al momento de su  bautismo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. » 

Con esas palabras, supo claramente lo que lo esperaba para los tres años a venir: cumplir, con fidelidad y amor, la misión mandada por  su Padre, misión llevándolo hasta el rechazo del pueblo y su condena a la muerte sobre la cruz. Al mismo tiempo, su fe, en su Padre, era absolutay sabia que su Padre iba a resucitarlo y haciendo de su hijo el primero humano nacido de la raza divina. 

Con su resurrección nació “el reinodel Padre” sobre una tierra nueva y un cielo nuevo.”  Tenia presentes, en si mismo, esos pensamientos al momento de oír Mammon ofrecerle todo el poder sobre todos los países. Jesús, fiel a su Padre y a su misión hacia la Humanidad, no ha negociado nada y dijo un “no” irrevocable a Mammon.  Él sabia que con Mammon, el diablo, no se negocia. Una frase repetida varias veces por el Papa Francisco en los últimos meses. En todos los casos es importante no confundir discípulos del Reino del Padre con discípulos del Reino de Mammon. Eso puede suceder y generar confusión. 

Todo a lo largo de los tiempos que siguieron la resurrección et la Ascensión de Jesús, sus discípulos que lo acompañaron de su vivo se dedicaron a proclamar la llegada del Reino del Padre, un reino de fraternidad, de amor, de misericordia, de solidaridad, de justicia, de verdad. Siguieron el camino, trazado por Jesús, la verdad que libera, así que la vida que unifica y hace crecer a las personas y a los pueblos por el interior. El hijo del Padre, el resucitado sigue siendo muy presente en la vida de cada persona que le abre la puerta de su corazón. 

Siglos pasaron desde el nacimiento de ese nuevo Reino de Dios con hombres y mujeres, pueblos y naciones de todas las partes de la tierra. Mammon no se ha quedado los brazos cruzados y supo intervenir en la vida de las personas, de los pueblos y de las Iglesias para vender lo bueno de su “reino que lleva mucho dinero y seguridad material. Así, muchos se dejaron llevar por sus sugerencias y muchos otros se hicieron valientes discípulos de este para volver a tomar el control del mundo. Cuando uno habla del 1% o de 2% de los mas ricos del mundo puede entender que tienen buenas relaciones con Mammon. 

Mammon dispone del poder del dinero y no le hace falta convencer a gobiernos y iglesias y personas con idea de asegurar el bien estar de ellos y de sus aliados. Sabe actuar por personas interpuestas que saben convencer y corromper a la vez a personas, gobiernos y, aun personas de Iglesias. Tras de todo eso hay un compromiso, discreto, de los beneficiarios de no acusarlo y a sus colaboradores, corromper, dividir, mentir y buscar poner fin al reino del Resucitado.

El reino de Mammon puede ser calificado por lo que los filósofos llamaban “el tener” mientras que el reino del Padre puede ser calificado por “el ser”.

En el primer caso se manifiesta el egoísmo, la mentira, la ambición   del tener lo mas posible, poco importa los caminos tomados. En el secundo caso, predomina el amor, el compartir, la solidaridad, la justicia, la comprensión, la misericordia y la verdad. Es el camino querido por Jesús  y sus primeros discípulos.

Conclusión

La Institución eclesial se encuentra en la cruzada de un camino que le exige comprometerse con los pobres y humildes y con los gobiernos que se dedican a asegurar el bien común de sus pueblos, dando prioridad al “ser” mas que al “tener”. En general, esos pueblos constituyen una amenaza a los del “tener” que encontraban en esos pueblos riquezas y dominio sobre los gobiernos.

Si no se puede negociar con el diablo, no veo como se puede negociar con esas potencias que dominan todas las fuerzas del mundo. ¿Fuera eso negociar con el diablo?

Pienso que la Iglesia tiene que limpiarse de toda forma de corrupción y que tenga en ella, la fe que tuvo Jesús ante la oferta de Mammon. Con la fe del Resucitado que confío en su Padre, asi tiene que hacer la Iglesia en sus solidaridades humanas.

Oscar Fortín

22,04,2021