SANTA TERESA, ¡”ORA PRO NOBIS”¡
Los ya próximos actos conmemorativos del centenario del nacimiento de santa Teresa de Ávila, aportan, y aportarán, multitud de reflexiones concretamente acerca de la mujer en la sociedad y, de manera especial, en la Iglesia. La imploración sentida, ancha y vertical del “¡ora pro nobis¡” dirigida a la santa española, sigue siendo, por ahora, elemento clave en la teología, en la moral y en la pastoral, de la mujer, por mujer.
“¡Ora pro nobis”¡, es decir, intercede, aboga, defiende, ayuda y tercia ante Dios a favor de la mujer, en el marco hostil e indigno en el que todavía se encuentra , a consecuencia del comportamiento sobre todo de la jerarquía, con impiadosos y paganos pretextos bíblicos “religiosos”, discriminatorios, incultos e interesados.
. “Obstat sexus” – “se opone o lo impide el sexo” -, fue la razón esgrimida por la Sagrada Curia Romana ya desde el año 1923, cuando en la misma ciudad de su nacimiento, se solicitó el título de “Doctora de la Iglesia”, que alcanzaría tan preciado, e impensable entonces, reconocimiento oficial, el 27 de septiembre de 1970, por designación personal del Papa Pablo VI.
. Y es que, por ejemplo, santo Tomás de Aquino, el “Aquínate” por excelencia, padre de la teología escolástica, maestro adoctrinador de Papas y obispos, e inspirador de la piedad del pueblo de Dios, aseveraba en sus “sumos” escritos teológicos, en el latín medieval universitario, que “mulier naturaliter est minoris virtutis et dignitatis, quam vir”. La traducción de tan indocto y desaprensivo latinajo, con aquiescencia y anuencia jerárquica, se ajustaba a la castellana proclamación de que la mujer “naturaliter” –por naturaleza, de por sí y por el hecho de ser mujer- , posee menor dignidad y virtud que el varón, por varón.
. Desde perspectivas aviesamente irracionales y a-científicas, mientras que a muchos les causa admiración los avances constados en la Iglesia en relación con la aceptación del otrora llamado “devoto sexo femenino”, a los más –y a las más-, les sobran razones para rechazar la marginación a la que “en el nombre de Dios”, infelizmente administrado por el dominico autor de la “Summa Theológica”, les ha supuesto y supone, tan infamante discriminación para la mujer dentro de la misma institución eclesiástica.
. Sería de lamentar que el principal objetivo de los actos, estudios y proclamaciones del centenario teresiano, no coincidiera exactamente con tan noble tarea de reivindicación de la mujer, en cuyo ministerio está a punto la Iglesia de perder el tren de la historia.
. Tanto o más lamentable sería el hecho de que, entre los supremos organizadores de fastos tan solemnes, con inclusión de los miembros de la Conferencia Episcopal Española, prevaleciera por encima de todo, o de casi todo, la preocupación por la venida del Papa para presidirlos y se desaprovechara tan grandiosa posibilidad de la mediación, testimonio y ejemplaridad de la santa abulense -“¡ora pro nobis”¡- , para que la redención femenina se llevara a cabo “religiosamente”, al menos en igualdad con el hombre.
. Sería lamentable también que las ideas del “centenario teresiano” y de la “venida del Papa”, se inmiscuyeran entre sí, prevaleciendo esta – tal y como suele acontecer- , sobre otras, con el riesgo de ahondar más aún en la presentación de la imagen de una Iglesia poderosa y masiva, labrada a base de efervescentes y arrebatadoras manifestaciones y culto a la persona, sin, por ejemplo, haber echado antes las cuentas, dado que todo esto cuesta dinero y este ha de salir de alguna parte…Todavía se hacen eco los “insidiosos” medios de comunicación de cuales y cuantas son las cantidades “eclesiásticas” que se les deben a las Comunidades Autónomas, y hasta cuales o cuales fueron, y siguen siendo, sus tramposas procedencias.
. De todas maneras, y para utilidad y provecho de muchos, en el “Libro de las Fundaciones” de santa Teresa, resultará de utilidad y provecho recordar, entre otros, estos lugares para ejercitarse en el “turismo religioso”: Ávila, Ortigosa, Medina del Campo, Valladolid, Malagón, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas del Segura, Villanueva de la Jara, Caravaca, Sevilla, Palencia, Soria, Granada y Burgos.
“¡Ora pro nobis”¡, es decir, intercede, aboga, defiende, ayuda y tercia ante Dios a favor de la mujer, en el marco hostil e indigno en el que todavía se encuentra , a consecuencia del comportamiento sobre todo de la jerarquía, con impiadosos y paganos pretextos bíblicos “religiosos”, discriminatorios, incultos e interesados.
. “Obstat sexus” – “se opone o lo impide el sexo” -, fue la razón esgrimida por la Sagrada Curia Romana ya desde el año 1923, cuando en la misma ciudad de su nacimiento, se solicitó el título de “Doctora de la Iglesia”, que alcanzaría tan preciado, e impensable entonces, reconocimiento oficial, el 27 de septiembre de 1970, por designación personal del Papa Pablo VI.
. Y es que, por ejemplo, santo Tomás de Aquino, el “Aquínate” por excelencia, padre de la teología escolástica, maestro adoctrinador de Papas y obispos, e inspirador de la piedad del pueblo de Dios, aseveraba en sus “sumos” escritos teológicos, en el latín medieval universitario, que “mulier naturaliter est minoris virtutis et dignitatis, quam vir”. La traducción de tan indocto y desaprensivo latinajo, con aquiescencia y anuencia jerárquica, se ajustaba a la castellana proclamación de que la mujer “naturaliter” –por naturaleza, de por sí y por el hecho de ser mujer- , posee menor dignidad y virtud que el varón, por varón.
. Desde perspectivas aviesamente irracionales y a-científicas, mientras que a muchos les causa admiración los avances constados en la Iglesia en relación con la aceptación del otrora llamado “devoto sexo femenino”, a los más –y a las más-, les sobran razones para rechazar la marginación a la que “en el nombre de Dios”, infelizmente administrado por el dominico autor de la “Summa Theológica”, les ha supuesto y supone, tan infamante discriminación para la mujer dentro de la misma institución eclesiástica.
. Sería de lamentar que el principal objetivo de los actos, estudios y proclamaciones del centenario teresiano, no coincidiera exactamente con tan noble tarea de reivindicación de la mujer, en cuyo ministerio está a punto la Iglesia de perder el tren de la historia.
. Tanto o más lamentable sería el hecho de que, entre los supremos organizadores de fastos tan solemnes, con inclusión de los miembros de la Conferencia Episcopal Española, prevaleciera por encima de todo, o de casi todo, la preocupación por la venida del Papa para presidirlos y se desaprovechara tan grandiosa posibilidad de la mediación, testimonio y ejemplaridad de la santa abulense -“¡ora pro nobis”¡- , para que la redención femenina se llevara a cabo “religiosamente”, al menos en igualdad con el hombre.
. Sería lamentable también que las ideas del “centenario teresiano” y de la “venida del Papa”, se inmiscuyeran entre sí, prevaleciendo esta – tal y como suele acontecer- , sobre otras, con el riesgo de ahondar más aún en la presentación de la imagen de una Iglesia poderosa y masiva, labrada a base de efervescentes y arrebatadoras manifestaciones y culto a la persona, sin, por ejemplo, haber echado antes las cuentas, dado que todo esto cuesta dinero y este ha de salir de alguna parte…Todavía se hacen eco los “insidiosos” medios de comunicación de cuales y cuantas son las cantidades “eclesiásticas” que se les deben a las Comunidades Autónomas, y hasta cuales o cuales fueron, y siguen siendo, sus tramposas procedencias.
. De todas maneras, y para utilidad y provecho de muchos, en el “Libro de las Fundaciones” de santa Teresa, resultará de utilidad y provecho recordar, entre otros, estos lugares para ejercitarse en el “turismo religioso”: Ávila, Ortigosa, Medina del Campo, Valladolid, Malagón, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas del Segura, Villanueva de la Jara, Caravaca, Sevilla, Palencia, Soria, Granada y Burgos.