TOLEDO NO ES YA LO QUE ERA

Me refiero, por supuesto, a cuanto se relaciona con lo que fue y significó Toledo en la historia de la Iglesia en España, reafirmándome en la idea de que, hoy por hoy, Toledo ya no es Toledo. Pasaron los tiempos aquellos en los que, hasta a algunos de sus Cardenales, Arzobispos “Primados”, se les dignificó con el título de “Tercer Rey de España”, con plena aquiescencia y magnificencia de los poderes tanto divinales, como humanos, en todos –casi todos- los órdenes de la vida.

El hecho sacrosantamente feliz de que su Primado –“Primus inter pares”- dejara de ejercerse como tal ante “sus hermanos en el Episcopado” y ante la Sede Apostólica- Curia Romana, substituido por el Presidente de la Conferencia Episcopal, democráticamente elegido, despojó de sentido y de contenido su condición de “Primado”, convertido en un título más de los que “honraron” la larga y fastuosa letanía de los mismos, inexplicables siempre a la luz de la teología y de la pastoral efectiva, evangélica y evangelizadora.

Pero para mejor explicar temas tan absurdamente pendientes todavía, como el del destierro de la Virgen de Guadalupe, Patrona – civil y eclesiástica-, de Extremadura, pertenezca administrativamente a la “Sede Primada” de Toledo, hoy capital de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, no sobra el recordatorio de datos como el que ofrezco a continuación, extractados de los informes elaborados por la “asociación cívica extremeña “Guadalupex”, con explícita referencia a “territorios desmembrados de la Archidiócesis de Toledo y redistribución entre diócesis para unificarlos con sus provincias” y Comunidades Autónomas respectivas.

Adelanto que, en estos temas que se intitulan “religiosos”, por lo de “católicos, apostólicos y romanos”, la solución a los mismos suele estar condenada a eternizarse, con escándalo para el resto de los ciudadanos, que en las esferas civiles, y con procedimientos democráticos, llegan a solucionarlos con mayor prontitud y asentimiento. en beneficio y provecho de la colectividad.

“El papa Pía IX, por Letras Apostólicas del día 18 de noviembre de 187, concedió el Priorato de las Órdenes Militares con jurisdicción eclesiástica sobre todo el territorio civil de la provincia de CIUDAD REAL, con lo que comenzó a desmembrarse Toledo. Juan Pablo II, por la bula “Constat Militarium”, del 4 de febrero de 1980, la elevó a categoría de diócesis a costa de la archidiócesis de Toledo.

“León XIII, por la bula del 7 de marzo de 1885, “Romani Pntífices Praedecesores”, erigió en diócesis el territorio de MADRID, con el nombre de Madrid-Alcalá, haciéndola coincidir con su territorio civil, dejando de pertenecer a Toledo. En 1964 elevó la diócesis madrileña a Sede Arzobispal por la bula “Romanorum Pontificum, dejando de ser sufragánea de Toledo.. Por la bula “In hac beati Petri cathedra, de 1949, Pío XII creó la provincia eclesiástica madrileña.

“Por la bula de Pío XII “Inter praecipua” del 2 de noviembre de 1949 creó
la diócesis de ALBACETE, que abarca el territorio civil de esta provincia, que pertenecía a las diócesis de Cartagena-Murcia, Cuenca y Orihuela.

“El Adelantamiento de Cazorla”, hoy de la provincia de JAÉN, partido judicial y territorio que fue de la archidiócesis de Toledo desde el siglo XII – al igual que los territorios extremeños-, fue conquistado por el arzobispo de Toledo al rey moro de Granada y constituyó un “Adelantamiento” dependiente del la “Sede Primada”, pasando a ser de la diócesis de Jaén por decreto “Maiori Animarum Bono”, el 23 de abril de 1954, por decisión de Pío XII.

“ El territorio que tenía Toledo en la provincia de GUADALAJARA, pasó a la diócesis de Sigüenza-Guadalajara en conformidad con la bula de Juan XXIII del 9 de marzo de 1959.

“Por decreto de la Santa Sede publicado en 1959 se restauraron los límites diocesanos de la diócesis de CÓRDOBA, pasando a Badajoz el arciprestazgo de Castuera y algunos pueblos de Coria. Montánchez y su arciprestazgo, pasaron de Badajoz a Coria-Cáceres.

“PLASENCIA Y CORIA-CÁCERES arreglaron sus límites en 1960 con las diócesis de Ávila, Salamanca y Ciudad Rodrigo, quedando aún flecos pendientes.

Estos datos avalan el hecho, sorprendente para muchos, de que Toledo ya solo mantenga en su diócesis los territorios extremeños, y estos se corresponden a los arciprestazgos de Guadalupe, Herrera del Duque y Puebla de Alcocer. En total, 31 pueblos, -20 de de Badajoz y 11 de Cáceres-, con sagrada y cívica mención para La Puebla y el monasterio de GUADALUPE- “Patrimonio de la Humanidad”-, por más señas-, en el que se venera la imagen de la Patrona de la Comunidad Autónoma”.

De “cabezonada primada feudal”, se llega en determinados lugares extremeños, a definir con respeto “castúo”, por el pueblo fiel y aún por autoridades “civiles y algunas, eclesiásticas, el comportamiento arzobispal toledano – “Toledo, capital de las tres culturas” (¡¡)- , para cuya justificación de buscan, y no se encuentran, razones puramente eclesiales y evangelizadoras.

En tal panorama y contexto, no parece ser solución justa y seria la posibilidad de declarar a Guadalupe “Prelatura Territorial”, dejando de ser “Prelatura Personal” del arzobispo de Toledo que, por lo de “Primado”, es lo que en realidad parece que indefinidamente se pretenda que sea.
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