"Los migrantes no son solo mano de obra ni juguetes de cambio" "'El salto'… un salto a la la vida, para muchos"
"Eva Gamayo nos invitó a la presentación de la película 'El Salto'. Gracias. Una mirada de Benito Zambrano ante unos migrantes 'enrejados' o atrapados por injusticias de unas políticas migratorias que hacen que llegar a España de manera legal desde la mayoría de países africanos sea prácticamente imposible"
"Su salto a la valla es un salto a la la vida, para muchos. Y que puede ser interrumpida con la amenaza de expulsiones como le sucede al protagonista"
"Seguir la concreta vida del protagonista nos acerca a ello … No se trata solo de pensar, de denunciar, actuar, proponer, hacer, protestar, ayudar a los emigrantes… Se trata también, con modestia lo propongo, de dejarse tocar por las entrañas de aquellos que la sufren"
"Ayer y hoy me siguen sorprendiendo y escandalizando las cifras tan bajas de asilo y refugio en España… Hay que apostar por una denuncia fuerte ahora mismo – ante las elecciones europeas- del actual Pacto europeo sobre migraciones"
"Seguir la concreta vida del protagonista nos acerca a ello … No se trata solo de pensar, de denunciar, actuar, proponer, hacer, protestar, ayudar a los emigrantes… Se trata también, con modestia lo propongo, de dejarse tocar por las entrañas de aquellos que la sufren"
"Ayer y hoy me siguen sorprendiendo y escandalizando las cifras tan bajas de asilo y refugio en España… Hay que apostar por una denuncia fuerte ahora mismo – ante las elecciones europeas- del actual Pacto europeo sobre migraciones"
Eva Gamayo nos invitó a la presentación de la película “El Salto”. Gracias. Una mirada de Benito Zambrano ante unos migrantes “enrejados” o atrapados por injusticias de unas políticas migratorias que hacen que llegar a España de manera legal desde la mayoría de países africanos sea prácticamente imposible. Su salto a la valla es un salto a la la vida, para muchos. Y que puede ser interrumpida con la amenaza de expulsiones como le sucede al protagonista.
Estoy muy de acuerdo con lo último del cardenal don José Cobo de que las migraciones "son un fenómeno político" al que desde la Iglesia hay que ayudar para "dar luz al diálogo político" desde la "riqueza de la diversidad". Un diálogo que se alimenta sobre todo cuando nos acercamos a las personas concretas. Seguir la concreta vida del protagonista nos acerca a ello.
"El diálogo se alimenta sobre todo cuando nos acercamos a las personas concretas. Seguir la concreta vida del protagonista nos acerca a ello"
Y de una historia concreta hablo, ya referida, y que renuevo al repasar fotos antiguas. Y tras seguir comprobando la necesidad política del acercamiento humano que Europa necesita en este tiempo de elecciones a los que la están construyendo día día. Que los migrantes no son solo mano de obra ni juguetes de cambio. Europa necesita 60 millones de inmigrantes para sobrevivir
Siempre me gustaba – cuando podía- empezar el camino peregrino por Tarifa, antes de cruzar el Estrecho. Por la Playa de los Lances, lugar de primeras y de últimas arribadas de muchos de los inmigrantes que entraban de forma irregular. Unos, al comienzo de su peripecia vital en el continente europeo y otros, porque sus restos quedarían para siempre entre nosotros. Beso la arena. Luego, rezo en el cementerio por los emigrantes innominados -aunque Dios sí sabe su nombre- que la Iglesia entierra.
En Tánger fuimos acogidos por la austera y alegre hospitalidad franciscana de monseñor Agrelo y su comunidad de puertas abiertas. Este arzobispo daba forma a sus crecientes denuncias evangélicas con hechos concretos. Por ejemplo, la creación de estructuras de apoyo a las migraciones en Tánger y Nador, al frente de las cuales se hallaban, dando forma a la justicia que brota de la fe, dos religiosos: Inmaculada Gala, de las religiosas Vedrunas y Esteban Velázquez, jesuita.
Compartimos una cena junto a jóvenes españoles. Éstos, junto a otros muchos -cientos me decían en 2015 -, estaban en Tánger en diversos campos de trabajo ayudando y empapando sus entrañas con los niños y mujeres de la calle, con los discapacitados profundos, con los emigrantes en tránsito… a quienes tienes que acoger con un cierto disimulo para que la hospitalidad no tuviera problemas legales. Sin ser de agencias subvencionadas. Alguno me decía que no eran cooperantes, sino– voluntarios cristianos.
Estuvimos toda la mañana -tras la Misa en un alegre convento carmelitano- visitando obras y proyectos: los de la Cruz Blanca, coordinados por el hermano Mikel, vasco de nacimiento, inmigrante de origen y de destino, que atiendía a los que nadie quiere: discapacitados profundos en el único centro de estas características que existía en todo Marruecos. O a las mujeres abandonadas por sus maridos que recibían la atención discreta de las Misioneras de la Caridad. O la atención más alborotada y bulliciosa de los citados cientos de voluntarios españoles que pasan por aquí… y se protegían en las instituciones católicas que les amparaban. El diálogo con los musulmanes se practicaba, por parte de la Iglesia católica, con el lenguaje de los hechos.
Viajamos 12 horas de Tánger a Nador. Y este tiempo da para mucho. La conversación entre monseñor Agrelo, Gabriel – delegado ejemplar en Cadiz- y yo mismo se centraba en que no se trata solo de pensar, de denunciar, actuar, proponer, hacer, protestar, ayudar a los emigrantes… Se trata también, con modestia lo propongo, - y lo recuerdo de nuevo - de dejarse tocar por las entrañas de aquellos que la sufren. Les dije: «Por mi trabajo hablo y escribo mucho sobre la emigración. Pero necesito acariciarlos una vez más». Aquello del Papa Francisco en mayo de 2013, al canonizar a la mejicana Madre Lupita: «Quien acaricia a los pobres, toca la carne de Cristo». Eso quería. Y esa frase movilizó mi primer viaje
"No se trata solo de pensar, de denunciar, actuar, proponer, hacer, protestar, ayudar a los emigrantes… Se trata también, con modestia lo propongo, de dejarse tocar por las entrañas de aquellos que la sufren"
A primera hora de la mañana de un 23 de Julio en Nador, Esteban Velázquez nos había preparado una entrevista con su equipo de migraciones. No la tuvimos. ¡Sucedió un nuevo intento de muchos subsaharianos de un salto a la valla! Nos lo dijo de manera apresurada Francisca, Hija de la Caridad, responsable de coordinar la acción sobre el terreno en cuanto se producía una situación como ésta. Lo recuerdo como si fuera hoy mismo al salir de la película que sirve de base a este recuerdo movilizador.
"23 de Julio en Nador… ¡Sucedió un nuevo intento de muchos subsaharianos de un salto a la valla! … Francisca sale corriendo, metiendo en la furgoneta un montón de medicinas, unos plásticos y algo de comida. Toda la gente se moviliza en las mismas claves que Francisca"
Sale corriendo, metiendo en la furgoneta un montón de medicinas, unos plásticos y algo de comida. Toda la gente se moviliza en las mismas claves que Francisca. Gabriel, mi compañero gaditano de viaje, y guía, sube a otra furgoneta con Esteban. Yo quedo a la espera en la Iglesia franciscana. Si hubiéramos ido más gente , nuestras plazas impedirían transportar a más heridos o a otros maltrechos lejos de la valla…
Cerca del monte Gurugú, su escondite y su defensa, desde donde saltaron al alba, corriendo en busca de su sueño. 200 lo intentaron. Ninguno lo consiguió. 20 heridos. Gabriel al volver nos narra, y Esteban completa, las cuatro horas recogiendo, animando, consolando, y procurando todo tipo de ayudas. Fue como el pasaje del samaritano: «Nos encontramos a gente al borde del camino, apaleada, descartada. Los echamos sobre los hombros…» Lo demás, ya os lo imagináis.
"200 lo intentaron. Ninguno lo consiguió. 20 heridos. Gabriel al volver nos narra, y Esteban completa, las cuatro horas recogiendo, animando, consolando, y procurando todo tipo de ayudas"
Luego les visitaríamos, lo mismo que hicimos por los montes vecinos de Ceuta, -guiados por la ejemplar religiosas Inma Gala-, entregando simplemente una tarjeta: la dirección de la comunidad cristiana, por si necesitaban ayuda. De hecho, con sencillos bloques prefabricados de hormigón, habían construido un pequeño hospitalillo que acogería una docena de heridos.
"Son especialmente duras las condiciones de vida en los asentamientos de Nador, el Bosque Gurugú y las montañas de Selouane"
Comprobé in situ, como me habían advertido mis compañeros jesuitas, que son especialmente duras las condiciones de vida en los asentamientos de Nador, el Bosque Gurugú y las montañas de Selouane, donde los migrantes se instalan mientras intentan reunir dinero o buscar una nueva oportunidad para pasar a Europa: Problemas alimentarios y sanitarios, vulnerabilidad de las mujeres víctimas de redes de trata, hostigamiento de las fuerzas auxiliares marroquíes… y la historia se repite años después .
Volvemos a Tánger. Otras doce horas empapándonos de paisajes y caminantes. De ahí, a Ceuta. Visita al CITE, generosamente explicado por su director, con buenas instalaciones, pero siempre en riesgo de desbordamiento; hablamos con algún emigrante «deseando que la justicia y la libertad -como dos alas de una mariposa- se besen». Encuentro con las Religiosas Vedrunas. Nos preocupaban entonces los asentamientos de familias sirias en pleno centro de Ceuta (había muchos niños, el más pequeño, tan sólo de unos 20 días; 18 mujeres – una anciana de 84 años y otra enferma de corazón-; y 31 varones adultos. Una situación humanitaria muy preocupante).
"Ayer y hoy me siguen sorprendiendo y escandalizando las cifras tan bajas de asilo y refugio en España"
Ayer y hoy me siguen sorprendiendo y escandalizando las cifras tan bajas de asilo y refugio en España, que podrían expresar la falta de protección jurídica en estas situaciones de tanta vulnerabilidad.¿Por qué no aunar esfuerzos de tantas asociaciones y conseguir consensuar respuestas que protejan más coordinadamente (algo así como la Red de Migrantes con derechos) sobre todo a los menores y sus familias? Quizá también hay que seguir denunciando los recortes en cooperación internacional. Y apostar por una denuncia fuerte ahora mismo – ante las elecciones europeas- del actual Pacto europeo sobre migraciones Sin asegurar el derecho a no emigrar, todo lo demás es estéril.
Me vinoSahif, uno de los heridos, uno de esos a los que la película “El salto” define como “uno de los más fuertes de corazón porque son los que van los primeros y recibirán los golpes más fuertes de los guardias” ¡Casi murió a palos! Le salvó que sabía algo de árabe, porque sus torpes palabras en francés no le servían de nada. Ni sus lamentos ante una vértebra rota que le impedía moverse. Sabía unas palabras en árabe que ni yo mismo sé cómo se escriben pero que traducidas, más o menos, vienen a decir: "Dejadme, que me estáis matando".
" Y es que a su dignidad no la habían derrotado.… Y quería saltar “al revés” cuando pudiera. A su país""Me vino Sahif, uno de los heridos … me hablaba y hablaba. Y soñaba. Casarse en cuanto pudiera. Pero no con una blanca. "Si es posible con una de mi país. Quería ser padre. Cuando cumpla los 30. Cuando tenga trabajo, ahorros para regresar...
Pudo caminar algo. Conversamos. Me llamaba la atención la energía que transmitía al narrarme su salto a la valla. Sus dudas justo antes de saltar – como también refleja muy bien la película citada- Y me hablaba y hablaba. Y soñaba. Casarse en cuanto pudiera. Pero no con una blanca. "Si es posible con una de mi país. Quería ser padre. Cuando cumpla los 30. Cuando tenga trabajo, ahorros para regresar..." Y es que a su dignidad no la habían derrotado… Y quería saltar “al revés” cuando pudiera. A su país. Hoy de nuevo ha “saltado” conmigo en una elipsis en ese salto en el tiempo y en el espacio de estos días. Como si no hubiera perdido la continuidad de la “secuencia”, al retomar lo vívido del recuerdo
Todo hombre tiene derecho tanto a emigrar, como a no emigrar: es la pancarta primera de la Doctrina social sobre Migraciones.
"Quizá también hay que seguir denunciando los recortes en cooperación internacional. Y apostar por una denuncia fuerte ahora mismo – ante las elecciones europeas- del actual Pacto europeo sobre migraciones"
Al terminar la película me sentí abrazado de nuevo. Con él
Como en una flashback haciendo mi propio salto en el tiempo y en espacio. “Doy” unos pasos cortitos con él.. Como aquel día. Y recuerdo como si fuera hoy el acercamos a visitar lo que serían unas habitaciones todavía en los huesos de bloques de hormigón para heridos recogidos por la Diócesis de Tánger.
Vamos abrazados. No es él quien se apoya en mi hombro para caminar cojeando, como sería lo normal. Soy yo quien apoya mi vida en la suya. También hoy.
Se hace de noche. Regreso a Tánger. He entrado en la capilla de los franciscanos para despedirme. Me quito las sandalias en una Iglesia católica en un territorio musulmán. Como Moisés ante la zarza, me he descalzado los pies. Pero no sé por qué, siento que lo que he descalzado ha sido el alma. Un buen final, ante el Señor, de un viaje entrañable.
Crítica 'El salto' en Fotogramas
En la narración de una historia, una elipsis es un salto en el tiempo o en el espacio. El espectador no pierde la continuidad de la secuencia, aunque se hayan eliminado los pasos intermedios.
El flashback es un recurso muy utilizado en el cine, sobre todo cuando se intenta representar los recuerdos de un personaje o algún otro momento relevante que tiene lugar en el pasado, sin importar qué tan lejano o cercano sea respecto del presente. Un flashback puede ser tan breve o largo como lo permita la historia.
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